Entrevista a Hayley Ramsay-Jones


Directora de la Sede de Ginebra de la Oficina de la SGI para Asuntos de la ONU (SGI OUNA)


Hayley Ramsay-Jones | Foto: Ari Beser

Civilización Global (CG): Muchas gracias, Hayley, por responder a nuestras preguntas. En SGI OUNA tu área de especialización es la del desarme, y la abolición de las armas nucleares es, nuevamente, un tema central en la propuesta de paz de este año. Al abogar por el apoyo a la ratificación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), el documento alude a este como representación tanto de «lo ideal» como de «lo real».[1] ¿Podrías hablarnos de cómo el aspecto «real» está ganando fuerza a través de los esfuerzos de SGI OUNA y de otras organizaciones de ideas afines?

Hayley Ramsay-Jones (HRJ): El TPAN fue adoptado el 7 de julio de 2017 en las Naciones Unidas, con el apoyo de 122 estados. Una vez que 50 estados firmen y ratifiquen el TPAN, este entrará en vigor como acuerdo legal internacional. En este sentido, SGI OUNA está trabajando con el equipo de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) dedicado a la entrada en vigor del TPAN.

Como activistas por la entrada en vigor en ICAN, trabajamos con gobiernos apoyando sus esfuerzos para firmar y ratificar el TPAN. Esto implica entablar un diálogo y fortalecer la confianza con los representantes gubernamentales y diplomáticos en la ONU, así como proporcionar documentos de investigación y apoyo práctico para ayudarlos a comprender mejor las graves consecuencias de las armas nucleares.

Desde la adopción del TPAN, SGI OUNA ha estado trabajando con la región del Caribe, ya que la sociedad civil no había centrado sus esfuerzos en ella. En aquel momento, el Caribe ocupaba el penúltimo lugar en términos de firmas y ratificaciones del TPAN; en cambio, ahora es una de las regiones que más lo apoya, ocupando el segundo lugar por sus firmas y ratificaciones.

Como Daisaku Ikeda menciona en su propuesta de paz de 2020, el TPAN «tiene el poder de sumar no solo a quienes ya están comprometidos con la paz y el desarme, sino también a las personas preocupadas por los derechos humanos, la igualdad de género, y el futuro de sus hijos y familias».[2] En este sentido, ha sido importante para nosotros trabajar en la universalización del TPAN porque las normas sociales y políticas que promueve tienen el potencial no solo de liberar al mundo de las armas nucleares, sino de ayudar a crear un mundo donde el uso de estas resulte inconcebible.

CG: La propuesta de paz aborda también la preocupación por la aplicación de la inteligencia artificial (IA) a los sistemas de armamento. En 2019, la SGI se convirtió en miembro de la Campaña para Detener a los Robots Asesinos. Este ámbito de compromiso es, posiblemente, poco conocido aún. ¿Podrías describir su trasfondo?

HRJ: En el corazón de los problemas de las armas nucleares y las armas totalmente autónomas (también conocidas como robots asesinos) está la negación radical de los demás: de su humanidad y de su derecho igualitario a la felicidad y la vida. Como asociación global de budistas comprometidos con la defensa del máximo respeto por la vida propia y de los demás, así como de la convicción en la capacidad humana de fomentar una paz sostenible, hace mucho tiempo que pedimos la abolición de las armas nucleares. Con el rápido ritmo de cambio en las tecnologías emergentes y sus serias implicaciones para el futuro de la humanidad, nos parece necesario adoptar una postura firme contra las armas totalmente autónomas. Estos son algunos de los problemas que nos están causando gran preocupación, a nosotros y a la comunidad mundial de paz y desarme:

  • Autonomía y responsabilidad humanas: entregar la decisión sobre la vida y la muerte a una máquina torna aséptico el acto de matar, bajando el umbral para el uso de la fuerza letal; mina los principios de autonomía humana, responsabilidad y dignidad, así como el derecho a la vida. Muchos de los procesos que controlan el objetivo y el lanzamiento de armas nucleares ya están informatizados, y es escalofriante contemplar cualquier avance en su automatización.
  • Cuestiones éticas que nos hacen humanos: los avances tecnológicos pueden expandir el ámbito de lo que podemos hacer, lo que es posible, pero no se puede permitir que esto oscurezca o evite un doloroso ajuste de cuentas con la pregunta de qué deberíamos hacer, qué es lo correcto y qué es incorrecto. Como individuos, organizaciones religiosas y gobiernos, no podemos evitar estas preguntas, y lidiar con ellas es esencial a nuestra humanidad.
  • Desigualdades existentes exasperantes: se están diseñando armas totalmente autónomas para atacar y matar basándose en entradas de datos y algoritmos preprogramados. Dado que la IA no es neutral y que los prejuicios distorsionantes operan en todos los sistemas de IA, existe un peligro real de que discriminaciones inherentes de larga data impliquen que algunas comunidades sean mucho más vulnerables que otras. En este sentido, las armas totalmente autónomas no solo actuarían para afianzar aún más las desigualdades ya existentes, sino que podrían exacerbarlas con consecuencias letales.
Hayley, en un encuentro de promotores de la Campaña para Detener a los Robots Asesinos, Nueva York (otoño de 2019) | Foto: Clare Conboy

CG: Desde que presenció la declaración antinuclear de su mentor Josei Toda ante una audiencia juvenil, en 1957, Daisaku Ikeda ha instado a sucesivas generaciones de jóvenes a que asuman la responsabilidad de la paz. ¿Te gustaría dirigir algunas palabras de aliento a los jóvenes que estén leyendo esta entrevista?

HRJ: En mi juventud, leí unas poderosas palabras de Ikeda Sensei que resonaron en mí:

La clave para resolver todos nuestros problemas, ya sea construir una paz segura y duradera, proteger nuestro medio ambiente o superar las dificultades económicas, es deshacerse de la apatía y las nociones preconcebidas que nos llevan a ver una situación como irresoluble o inevitable. Los problemas causados por los seres humanos pueden ser resueltos por los seres humanos.[3]

Para crear y mantener un mundo que defienda la dignidad de la vida, la paz, la justicia y la seguridad humana, debemos desafiar nuestra propia apatía, desesperanza y duda en nuestra capacidad. Esto es algo que podemos y debemos hacer, y al hacerlo, construiremos un futuro mejor y más humano para nosotros y las generaciones venideras.


[1]IKEDA, Daisaku: La construcción de una era de solidaridad humana: Hacia un futuro para todos, Rivas Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2020, pág. 39.

[2]Ib., pág. 43.

[3]Véase https://www.ikedaquotes.org/peace-disarmament/peace-disarmament_889.html

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