La construcción de una era de solidaridad humana


Agosto, mes rico en imágenes plácidas y hermosas, es también un mes en que la Soka Gakkai renueva su compromiso por la paz para evitar la repetición de otras imágenes, estas absolutamente terribles: las imágenes de la guerra, que tuvo un momento tristemente álgido en un mes agosto hace ahora 75 años.[1] Dedicamos esta sección a profundizar en algunas de las pautas para la construcción de una sociedad global sostenible, donde todas las personas puedan vivir con dignidad y seguridad, que plantea Daisaku Ikeda en su propuesta de paz de 2020, cuya edición en castellano ve la luz ahora.

Portada de la edición en castellano de la propuesta de paz de 2020 | Ediciones Civilización Global

Como cada año desde 1983, el pasado 26 de enero, Día de la SGI, Daisaku Ikeda presentó ante las Naciones Unidas una propuesta de paz. Con el título La construcción de una era de solidaridad humana: Hacia un futuro para todos,[2] el documento examina los principales desafíos a los que hace frente la humanidad a nivel global y, sobre la base de la filosofía budista, sugiere vías hacia su solución.

A raíz de la declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo, el día a día de las personas así como las agendas de las organizaciones se han visto fuertemente alteradas. Paralelamente, y comprensiblemente, la expansión de la COVID-19 y sus consecuencias han centrado durante meses buena parte de la atención de los medios de comunicación. Como resultado, muchos otros retos, algunos de enorme importancia e incluso urgencia, han quedado marginados de la actualidad en mayor o menor medida, a veces de manera interesada.

La publicación en estas fechas de la edición en castellano de esta nueva propuesta de paz por Ediciones Civilización Global se revela como una oportunidad para, sin bajar en absoluto la guardia en relación con la pandemia, devolver la atención merecida a aquellos otros retos postergados. De hecho, unos y otros no están desligados; al contrario. Por citar solo dos ejemplos que resuenan con la propuesta de paz, diversos científicos han vuelto a señalar en este período el vínculo entre la destrucción medioambiental y la difusión de enfermedades; y, cuando las llamadas al confinamiento han topado con realidades como el sinhogarismo o los hogares sin ahorros, se ha hecho particularmente patente la necesidad de proteger específicamente a las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad.

Como esbozaba el resumen de la nota de prensa publicado en su día en esta revista,[3] la primera parte de la propuesta de paz de 2020 se centra en analizar los elementos necesarios para forjar una firme acción solidaria dirigida a revertir el cambio climático. Lo hace desde la perspectiva de tres compromisos: no abandonar jamás a quienes viven en circunstancias difíciles; actuar de manera conjunta y constructiva, en vez de, simplemente, comunicar un sentido de crisis compartido; y apoyar las iniciativas de los jóvenes para que los próximos diez años sean un decenio de acción por el clima, en el contexto integral de la reciente Década de Acción de las Naciones Unidas para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.

La segunda parte del texto detalla cuatro propuestas en áreas que califica como centrales: la construcción de un basamento de apoyo al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, aprobado en 2017, pero aún en proceso de ratificación; las negociaciones multilaterales para el desarme nuclear y la eliminación de las amenazas que representan los ciberataques y la incorporación de inteligencia artificial a los sistemas de armamento nuclear; el cambio climático y la reducción del riesgo de desastres; y la educación para las niñas y los niños en situación de crisis.

Además, este año también, la perspectiva de género es palpable en la propuesta de paz. El autor cita a Mary Olson al afirmar que «la participación plena, efectiva y en condiciones de igualdad de las mujeres […] es un factor esencial para la promoción y el logro de la paz y la seguridad sostenibles».[3]

Con la voluntad de conocer un poco más de cerca las áreas centrales antes mencionadas, que pueden parecernos distantes en algunos casos, a continuación presentamos en esta sección entrevistas a tres mujeres cuyas profesiones están relacionas con, al menos, una de dichas áreas: desarme, reducción del riesgo de desastres y educación.


[1]El 6 y el 9 de agosto de 1945 se bombardearon con artefactos nucleares dos ciudades: Hiroshima y Nagasaki, ambas en Japón.

[2]Disponible en el sitio web de Ediciones Civilización Global, apartado Libros> Categorías> Paz, cultura y educación> Propuestas de paz.

[3]Véase, en Civilización Global, n.º 179, marzo 2020, «Nueva propuesta de paz».

[4]IKEDA, Daisaku: La construcción de una era de solidaridad humana: Hacia un futuro para todos, Rivas Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2020, pág. 42.

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