Julia Vásquez · Hervás, Cáceres
Cada año, para conmemorar la fundación de la Soka Gakkai, me fijo un objetivo a corto plazo para ofrecer una victoria de fe a mi maestro de vida, Daisaku Ikeda. El del año pasado era un 18 de noviembre muy significativo, y me determiné a expandir mi práctica. Como resultado, tres amigas decidieron empezar a practicar y asistir a reuniones de diálogo de nuestro grupo, creado hace apenas dos años en el norte de Extremadura. Paralelamente, llamaba por teléfono a mis compañeras de fe cada quince días para saber si estaban bien. Una de ellas, una mujer de 80 años que ahora vivía sola, me informó de que su suscripción a Civilización Global había vencido. Empecé a orar para que todas las miembros del grupo fueran felices y, concretamente, para que se mantuvieran conectadas con Ikeda Sensei a través de la revista, que considero el nexo fundamental con su aliento, el espíritu compasivo de la Soka y los demás miembros de España y del mundo. Poco después, tuve oportunidad de responder a la petición de la hija de esta compañera de apoyarlas en el proceso de realizar online una suscripción, esta vez doble: para su madre y para ella; y también a una petición similar de otra compañera. Dos de las nuevas participantes en el grupo han expresado, además, su deseo de suscribirse por primera vez. Esto me ha dado una intensa alegría, y me ha motivado a tomar nuevas determinaciones como mensajera de paz para 2021.