En cada rincón del mundo hay miembros de la SGI que se esfuerzan de todo corazón […]. Cuando pienso en ello, no puedo reclinarme a descansar ni aflojar mi propio esfuerzo. Siento la necesidad de entonar daimoku, pensar y pensar de qué manera puedo apoyar más a los miembros, qué acciones concretas emprender…[1]
Quizás estas palabras le resulten familiares a quien lea este artículo introductorio. No sería del todo extraño, porque se incluyeron en el número anterior de esta revista, como parte del ensayo de Daisaku Ikeda al que pertenecen. Y porque, de haberse leído, difícilmente se habrán olvidado: conociendo la trayectoria vital de su autor, se reciben como algo demasiado real y, por ello, impactante, como para no reflexionar sobre lo que transmiten. Y, si esa lectura se ha dado en el marco del cultivo de una relación maestro-discípulo, dicha reflexión probablemente se habrá traducido en una determinación: la de asumir igual actitud –«Si mi maestro no deja de esforzarse en bien de las personas que se esfuerzan, tampoco dejaré de esforzarme yo; ¡me esforzaré aún más!»–.
Nos referimos a lo anterior porque, en torno a las fechas en que los esfuerzos del equipo responsable de esta revista se trasladaban del cierre del número anterior a la preparación de un nuevo número (este), erupcionó el volcán en la isla de La Palma. Y las circunstancias del acontecimiento no dejaron espacio al disfrute de lo que, en otras condiciones, podría haberse presenciado como un simple fenómeno geológico de interés: estaban en juego la seguridad, la salud, el bienestar, las expectativas de futuro… de demasiadas personas. ¿Cómo reclinarnos a descansar, cómo aflojar nuestros esfuerzos a la hora de crear el número de noviembre de 2021 de Civilización Global en ese contexto? Intentamos estar a la altura y asumir el desafío de incluir en él, además de importantes contenidos ya planificados, otros que respondieran a esta situación improvisa.
Erupcionó el volcán en la isla de La Palma. […] ¿Cómo reclinarnos a descansar, cómo aflojar nuestros esfuerzos a la hora de crear el número de noviembre de 2021 de Civilización Global en ese contexto? Intentamos estar a la altura…
De ahí que la presente edición recoja, por un lado, experiencias de personas que están afrontando ejemplarmente la crisis derivada de la erupción, apoyando a quienes más lo necesitan («Mi historia» y «Para dialogar»), así como una entrevista a alguien que ha hecho de su contribución a la asistencia en situaciones de emergencia –incluida esta– su profesión («En sociedad»); y que, por otro lado, la revista no deje de aportar materiales de referencia o estudio relativos a la fundación de la Soka Gakkai y su significado («Estudio mensual»), su independencia espiritual («Este mes» y «NRH y yo»), la visión que de todo ello aporta el epílogo de La nueva revolución humana (NRH 30), el Día del Departamento Futuro de la SGEs («De pie y de paz») y actividades recientes y próximas impulsadas por el movimiento Soka («Actualidad»).
De habernos parado a pensar en ello, probablemente habríamos previsto algo que descubrimos sobre la marcha: que todos estos contenidos encajaban perfectamente. La primera pista nos la dio la lectura de la primera frase del reciente ensayo de Ikeda Sensei presentado en la sección inicial («Punto de partida»): «Ante todo, quiero expresar mi más profunda solidaridad con los miembros de la Soka Gakkai del mundo que, en tiempos recientes, han sufrido las consecuencias de diversos desastres naturales». Como afirma el Gosho, «Myoho-renge-kyo es su propia vida»[2] y «el almacén de las ochenta y cuatro mil enseñanzas [budistas] representa un registro diario de la propia existencia».[3]
Deseamos una provechosa y solidaria lectura.
[1] ↑ Véase Civilización Global, n.º 198, octubre 2021, sección «Punto de partida».
[2] ↑ END, pág. 3.
[3] ↑ WND-2, pág. 843.