MELANY GABARRE · TENERIFE
Encontré la práctica budista en la Soka Gakkai hace ya cinco años, gracias a una maravillosa familia que siempre vivió cerca de mí. Con disciplina y amor, compartieron conmigo la Ley Mística, que cambiaría mi vida, y en 2017 ingresé en la SGEs.
Siempre he hablado de Nam-myoho-renge-kyo con mucha alegría. Ya que para mí es una fuente de felicidad, naturalmente deseo compartirla con todas las personas: es casi como un fuego que arde por dentro y solo se apacigua encendiendo otras fogatas.
Desde que conocí la red de aliento en la organización, y sentí la profunda felicidad y empoderamiento que me proporcionaba el daimoku, no he experimentado mayor alegría que ver a otras personas logrando lo mismo.
En estos años, cuatro amigos han ingresado en Gakkai, y es maravilloso pensar que pueden transformar sus vidas con esta filosofía gracias, también, a mi aliento. Algunas personas iniciaron la práctica, pero luego la abandonaron. Esos momentos me llevaron a dudar y a manifestar debilidad. Gracias al aliento de una compañera de fe, comprendí que se trataba de una prueba de mi propia fortaleza y aceptación del otro. Debía ir a lo verdaderamente fundamental: compartir la Ley ya es un motivo de profunda alegría. Volví, entonces, al punto de partida sobre mi postura, tal como nos insta Sensei:
«¡Yo lo haré!»;
«Debo vencer»;
«Debo ganar sobre mí mismo».[1]
En estos momentos, dos amigos míos están entonando daimoku y participando en las actividades de la Soka Gakkai y quieren ingresar también como miembros.
En La nueva revolución humana, Ikeda Sensei dice: «No importa qué retos se nos presenten, la Ley budista de causa y efecto es absoluta».[2] Así quiero vivir, entregando mi vida en esa dirección, en pos del kosen-rufu. Sé que mientras camine en esta dirección, con el mismo corazón que Sensei, todo estará bien.
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: «Cuento con los logros monumentales de la siempre victoriosa Kansai», Seikyo Shimbun, 03/07/2022.
[2] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vol. 30, parte I; Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, pág. 77.