Aprendiendo de NRH · Epílogo


Reflexiones sobre el epílogo de La nueva revolución humana
Por Hiromasa Ikeda


El maestro Ikeda comenzó a escribir La nueva revolución humana hace veintiocho años, el 6 de agosto de 1993, y la concluyó hace tres, en la misma fecha de 2018. Él mismo se ha referido a los veinticinco años dedicados a esta labor como una «batalla intensa y sin concesiones contra los límites que impone la vida»; sin duda, se trata de una empresa que podría describirse como una proeza histórica.

El 6 de agosto de 1945 fue el día en que se perpetró el bombardeo atómico de Hiroshima y el 8 de septiembre, fecha en que se publicó la última entrega de la novela en el Seikyo Shimbun, el aniversario de la «Declaración para la abolición de las armas nucleares» de Josei Toda, presentada en 1957. Ikeda Sensei escogió estas fechas, específicamente, para comenzar y finalizar su obra como expresión de su compromiso de trasmitir y dejar como legado eterno para las futuras generaciones el registro del juramento que recibió de su maestro: erradicar estas armas y asegurar que la tragedia que provoca su uso no se repita nunca más.

A partir de 2010, la actividad de Ikeda Sensei se centró en la escritura de La nueva revolución humana. Estoy convencido de que logró terminar su labor gracias al cálido apoyo y a las oraciones de todos los miembros que alrededor del mundo han encontrado aliento en sus escritos. De esto se puede deducir que la culminación de La nueva revolución humana es una verdadera victoria de la lucha conjunta del maestro y los discípulos del siglo XXI.

La última entrega del volumen 30 concluye con las siguientes palabras:

Los ojos de Shin’ichi veían la gallarda figura de los jóvenes de la Soka que, imponentes como jóvenes águilas, una tras otra y sin cesar, surcaban el vasto cielo del mundo, recibiendo de lleno el sol naciente del tercer milenio.

Tal vez podamos percibir en estas palabras la esencia misma de los pensamientos que albergaba nuestro mentor a medida que se aproximaba el final de su novela. Expresan su absoluta convicción de que los jóvenes sucesores continuarían surgiendo con el ímpetu del sol del amanecer para crear una era de coexistencia armoniosa.

En esta última entrega de las reflexiones sobre La nueva revolución humana, me gustaría reconfirmar algunos de los temas más importantes plasmados en los treinta volúmenes.

El primero es el concepto budista de transformar el karma en misión. Tal como menciona el epílogo: «El karma y la misión son dos caras de una misma moneda; nuestro karma pasa a ser, directamente, nuestra noble misión personal».

El segundo de los temas es la verdadera naturaleza de las diversas funciones demoníacas o «malos amigos» en el budismo, que intentan impedir el avance del kosen-rufu. A lo largo de la novela encontramos que un requisito fundamental para que prevalezca la verdad y la justicia en nuestra contienda por el kosen-rufu, que en definitiva es una lucha entre el Buda y las funciones negativas, es el grado de compromiso con que asumimos nuestra fe.

A lo largo de la novela encontramos que un requisito fundamental para que prevalezca la verdad y la justicia en nuestra contienda por el kosen-rufu, que en definitiva es una lucha entre el Buda y las funciones negativas, es el grado de compromiso con que asumimos nuestra fe.

En el capítulo «Un clamor de victoria» del volumen 30 se describe con las siguientes palabras:

Cuando uno se prepara para enfrentar lo peor, y hace frente a los grandes obstáculos resueltamente, fortalece su fe y puede transformar su karma.

Tal como se explica en este pasaje, tengo la convicción de que la fe comprometida de Shin’ichi Yamamoto es la fuerza motriz que ha permitido a la Soka Gakkai superar los múltiples desafíos que debió afrontar. En este sentido, dedicarnos a la lucha junto con nuestro maestro implica forjar una fe así de profunda y resuelta, que nos permita estar dispuestos a asumir lo que sea.

UNA NUEVA GUÍA PARA LA HUMANIDAD

Ikeda Sensei escribió el epílogo de La nueva revolución humana el 8 de septiembre de 2018, la misma fecha en que se publicaba la última entrega [la número 139 del capítulo «Juramento»] en el Seikyo Shimbun. En el epílogo explica el trasfondo que lo llevó a escribir La revolución humana y La nueva revolución humana, su motivación para hacerlo y el significado de haberlo podido llevar a término.

La revolución humana describe la epopeya de un individuo –representado en el maestro Toda–, que por propia decisión se pone de pie dispuesto a «generar un cambio en el destino de un país», y los pasos que da junto con sus discípulos para reconstruir la Soka Gakkai.

A su vez, en La nueva revolución humana se refiere a los esfuerzos realizados por Shin’ichi y sus discípulos para propiciar un cambio en el rumbo de toda la humanidad a través de la lucha compartida por el kosen-rufu mundial.

Según el principio de «adoptar voluntariamente el karma adecuado», cada uno ha hecho, como bodisatva, el juramento de guiar a otros a la iluminación; para ello, ha elegido nacer en esta época de maldad del Último Día de la Ley con diversas circunstancias kármicas –enfermedades, penurias económicas, discordia familiar, soledad, falta de autoestima y tantas otras situaciones– que hacen el destino.

Como aclara este pasaje del epílogo, todos tenemos una misión única que cumplir. Somos Bodisatvas de la Tierra, «protagonistas estelares de una saga gloriosa que transcurre en el gran escenario de la vida para transformar las aflicciones en alegría». Y continúa: «sin revolución humana, no puede haber paz duradera, ni felicidad personal ni prosperidad social».

La prueba real y la filosofía de la revolución humana basada en los principios del budismo Nichiren han de «convertirse en una nueva guía para la humanidad en nuestra marcha hacia el tercer milenio».

El drama de nuestra lucha para transformar el karma puede irradiar luz de esperanza y valentía a quienes nos rodean y a la sociedad en su conjunto.

Tal como declara nuestro maestro, la prueba real y la filosofía de la revolución humana basada en los principios del budismo Nichiren han de «convertirse en una nueva guía para la humanidad en nuestra marcha hacia el tercer milenio».

UN DIÁLOGO INTERIOR CON NUESTRO MAESTRO

Para mí ha sido un gran honor poder encargarme de escribir, a lo largo de casi tres años, esta serie de reflexiones titulada «El resplandeciente camino del kosen-rufu mundial: Aprendamos de La nueva revolución humana».

La nueva revolución humana no trata simplemente la historia de la Soka Gakkai, sino que es una obra donde se señalan los principios eternos del kosen-rufu. De ahí que, en cada entrega, me haya esforzado seriamente en poner de relieve estos valores en función de las actividades de nuestros días.

A medida que releía cada volumen iba grabando en mi vida con más profundidad el significado de esta obra, que podría resumir de la siguiente manera: 1) Es un «libro de texto de la fe», que nos enseña acerca del espíritu Soka. 2) Es un «libro de diálogo» para hablar con el maestro en nuestro corazón. 3) Es un «libro del juramento» legado por el maestro a los discípulos.

Tal como se explica en el epílogo, La nueva revolución humana y La revolución humana constituyen, juntos, una crónica de la labor que, día tras día, ha desempeñado la Soka Gakkai en pos del kosen-rufu. Es la verdadera historia del espíritu de la Soka Gakkai, un libro de texto de la fe que nos permitirá cultivar y profundizar el espíritu Soka.

Además, Ikeda Sensei nos cuenta que dio todo de sí al escribir, teniendo siempre presente a sus compañeros de lucha:

Imaginando a nuestros preciados camaradas de Japón y del mundo, que tanto se estaban esforzando en la fe y en la práctica, fui dando forma a la historia desde los confines más recónditos de mi ser, como si cada escena fuese una carta.

Para nosotros, también, cada página da la oportunidad de abrir nuestro corazón para mantener un diálogo interior con nuestro maestro. Sensei escribe:

En estas palabras iniciales de ambas novelas, quise dejar constancia de mi eterno juramento como discípulo, dispuesto a perpetuar los ideales y el corazón de los dos primeros presidentes de la Soka Gakkai, y a trabajar para que el rumbo de la historia se apartara de un siglo de guerra y avanzara hacia un siglo de paz.

De este modo, podemos decir que esta obra es el registro de un juramento que el mentor ha confiado en sus discípulos.

Este es el momento de que cada uno de nosotros asumamos el protagonismo en el gran escenario del kosen-rufu y escribamos nuestra propia historia brillante de revolución humana.

Ikeda Sensei concluye el epílogo trasmitiendo su esperanza de que los miembros de la Soka Gakkai hagan de la culminación de La nueva revolución humana un «nuevo punto de partida». Este es el momento de que cada uno de nosotros asumamos el protagonismo en el gran escenario del kosen-rufu y escribamos nuestra propia historia brillante de revolución humana.

«¡Yo soy Shin’ichi Yamamoto!». Con esta conciencia y con la mira puesta en el quinto y el décimo aniversario de la culminación de la novela, avancemos en nuestra travesía de maestro y discípulo para hacer realidad el gran juramento del kosen-rufu y continuemos tejiendo el magnífico tapiz de victoria humana que es el kosen-rufu para nuestras vidas.

El 6 de agosto de 2018, Daisaku Ikeda terminó de escribir La nueva revolución humana; ese mismo mes, fotografió esta uve de «victoria» en Nagano, Japón
El mismo día en que empezó a escribir La nueva revolución humana, el 6 de agosto de 1993, Daisaku Ikeda mantuvo un encuentro con el intelectual y activista indio Neelakanta Radhakrishnan

PASAJES CLAVE DEL VOLUMEN 30, CAPÍTULO «JURAMENTO»

Para realizar el gran ideal de la paz es preciso contar con la fuerza y la pasión de los jóvenes.

El camino de un intercambio, una vez abierto, debe ser recorrido constantemente para hacerlo más sólido y amplio aún.

El camino que nos espera en la nueva era del kosen-rufu estará también sembrado de pruebas y desafíos. Sin una resuelta determinación y sabiduría, no podremos conseguir victorias ni obtener logros brillantes.

El objetivo del budismo Nichiren es aliviar el sufrimiento de las personas. Esto no se puede concretar tan solo con ideales. Es preciso tener sabiduría verdadera e iniciativas concretas. Desde nuestra perspectiva, se trata del principio de «sustituir la sabiduría por fe», es decir, hacer uso de la sabiduría del buda inherente a nuestra vida por medio de la práctica budista.

La gran misión y responsabilidad de los individuos que profesan una fe hoy día consisten en fortalecer su compromiso de crear un mundo libre de la tragedia de las guerras y buscar la unión de los pueblos en torno al anhelo común de realizar la paz y la felicidad del género humano.

Para el mentor no hay motivo de mayor alegría, dicha y esperanza como saber del desarrollo de la juventud que se hará cargo de la próxima generación, ver la victoria del discípulo. Este es el corazón del mentor, la naturaleza del lazo que une al maestro y el discípulo.


(Traducción del artículo publicado el 6 de agosto de 2021 en el Seikyo Shimbun. Los textos citados pueden variar ligeramente con respecto a la versión publicada en forma de libro).

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