Reflexiones sobre el volumen 21 de La nueva revolución humana · Por Hiromasa Ikeda
El capítulo «La SGI» del volumen 21 de La nueva revolución humana narra en detalle cómo surgió la Soka Gakkai Internacional (SGI) y el espíritu con que fue fundada. La SGI fue establecida el 26 de enero de 1975 durante la Primera Conferencia por la Paz del Mundo celebrada en Guam.
Inicialmente, en dicho encuentro solo se tenía programado crear la Liga Internacional Budista (LIB), una organización global dedicada a la paz, cuyo objetivo era ofrecer apoyo y colaboración a los miembros que vivían fuera de Japón, considerando la expansión que mostraba el movimiento de la Soka Gakkai alrededor del mundo. Se trataba de un organismo que se encargaría de coordinar y asistir a las diferentes organizaciones y entidades jurídicas que la conformarían.
Sin embargo, mientras organizaban los preparativos para el establecimiento de la LIB, los responsables y representantes de los diferentes países se percataron de que también era necesario un organismo –lo que más tarde sería la SGI– que los pudiera guiar correctamente en la fe. Aunque los aspectos administrativos de la organización podían ser llevados adelante mediante la colaboración y el consenso mutuos, sentían que para poder impulsar el kosen-rufu mundial era imprescindible la presencia de un maestro de quien pudiesen aprender sobre la fe y el espíritu de la Soka Gakkai, y deseaban fervientemente que Shin’ichi Yamamoto asumiera el liderazgo de ese organismo internacional.
Tras una cuidadosa consideración, Shin’ichi decidió aceptar la responsabilidad. De hecho, el surgimiento de la SGI se debió «al compromiso compartido de maestro y discípulo y a la apasionada determinación de Shin’ichi de forjar verdaderos valores humanos que trabajaran por la paz y la felicidad de las personas, sumado al ferviente anhelo de los miembros de buscar a su maestro en la fe».
Hoy que el mundo está siendo azotado por grandes adversidades, debemos reafirmar el propósito original de la SGI y hacer aún mayores esfuerzos para fortalecer el vínculo de maestro y discípulo.
En el capítulo «La SGI», Ikeda Sensei señala: «Nuestra organización es una inmensa red humana que abarca el mundo, que une a las personas en torno a un propósito común. Es una luminosa antorcha de paz global». Continuemos avanzando en estrecha unión con nuestros camaradas alrededor del mundo a tono con esta guía.
CIRCUNSTANCIAS EN LAS QUE SE DESARROLLÓ LA PUBLICACIÓN EN SERIE DEL VOLUMEN 21
El 1 de febrero de 1975, pocos días después del establecimiento de la SGI, uno de los principales periódicos de Japón comenzó a publicar por entregas la colección de ensayos autobiográficos del maestro Ikeda Watakushi no rirekisho (Mi historia personal), que fue editada en formato de libro en la primavera de ese mismo año. Estos artículos, que eran un llamamiento a la paz basado en su experiencia personal, tuvieron una gran repercusión entre los lectores. Revelaban cómo había venido dedicando su vida a construir una paz duradera a través de incentivar a cada persona a emprender su propia revolución humana.
En el capítulo «La SGI», Shin’ichi exhorta a los representantes de los 51 países y regiones que se habían dado cita en la Primera Conferencia por la Paz del Mundo a asumir, junto con él, el siguiente compromiso:
El sol del budismo de Nichiren Daishonin ha comenzado a elevarse en el horizonte. Espero que no vayan tras la alabanza o la gloria personal, sino que dediquen sus nobles vidas a sembrar por el mundo las semillas de paz de la Ley Mística. Yo me comprometo a hacerlo.
Desde la celebración de este cónclave en el que quedó establecida la SGI, Ikeda Sensei ha estado en la vanguardia de los esfuerzos dirigidos a forjar lazos de amistad con personas de todos los campos del quehacer humano alrededor del mundo.
A partir de entonces, el movimiento mundial de kosen-rufu se expandió a un ritmo acelerado. Para 2008, año en el que comenzó la publicación en serie volumen 21 de La nueva revolución humana en el Seikyo Shimbun, la SGI se había extendido a 190 países y territorios, alcanzando un importante hito en su desarrollo. Este también fue el año en que Sensei cumplió 80 años.
En un ensayo publicado en 1998, en el que detalló lo que deseaba lograr en las próximas décadas, había escrito: «A los ochenta años: Haber terminado la construcción de los cimientos del kosen-rufu del mundo». En 2008, esta meta era ya un hecho.
A partir de septiembre de 2007, las reuniones mensuales para responsables del Departamento de Jóvenes de la Soka Gakkai que se realizaban a nivel nacional adquirieron un nuevo significado: se llevaron a cabo con el espíritu de marcar el comienzo de la segunda fase del kosen-rufu. A esta iniciativa le sucedió el establecimiento del Ikeda Kayo-kai, el grupo de capacitación del Departamento de Mujeres Jóvenes de la SGI, el 16 de marzo de 2008. El volumen 21, que en ese momento se estaba publicando diariamente en el Seikyo Shimbun, contiene guías fundamentales para quienes llevan a cabo el kosen-rufu en esta segunda fase. Tal como señalan los siguientes pasajes: «Nuestra unión está basada, por un lado, en la relación inquebrantable del maestro y el discípulo dedicados al kosen-rufu» y «Es preciso tener espíritu de búsqueda e ir activamente hacia el maestro con el afán de aprender de él», la clave está en seguir el camino de inseparabilidad de maestro y discípulo a lo largo de la vida.
Un pasaje del volumen 10 de La revolución humana explica que solo cuando el discípulo comprende la intención de su maestro y la asume como algo propio, cuando los pensamientos del mentor palpitan en el interior del discípulo y se expresan en sus acciones, podemos decir que tanto el maestro como el discípulo han logrado una unión inseparable. En la relación de maestro y discípulo todo depende de la determinación del discípulo; los logros que nuestro maestro ha concretado en pos del kosen-rufu mundial solo resplandecen cuando nosotros, sus sucesores, actuamos por iniciativa propia y continuamos impulsando este movimiento.
EL DIÁLOGO PARA CONSTRUIR UNA RED SOLIDARIA DEDICADA AL BIEN
«En el diálogo, la valentía y la convicción son esenciales. En este esfuerzo, el primer paso consiste en tomar la decisión de dialogar y buscar el tiempo para ello». Es este espíritu descrito en el capítulo «La diplomacia a nivel del pueblo» lo que le permite a Shin’ichi hacer espacio en su apretada agenda para encontrarse y entablar diálogos significativos con numerosos pensadores y líderes mundiales, tales como el vice primer ministro de China Deng Xiaoping; el príncipe de Camboya Norodom Sihanuk; el cofundador del Club de Roma, Aurelio Peccei; la astronauta Valentina Tereshkova, primera mujer en viajar al espacio; el premier soviético Alekséi N. Kosygin; y el ex primer ministro del Japón Eisaku Sato.
La calidad de un diálogo no depende del tiempo del cual disponemos, sino de la determinación y la intención con la cual lo abordamos. Por eso, la valentía y la convicción son cruciales.
Un hecho notable en este capítulo es la sinceridad con que Shin’ichi se esfuerza por infundir aliento a cada persona con quien se encuentra. Cuando se narra el ingreso a la Universidad Soka de los primeros estudiantes chinos, de quienes Shin’ichi decide convertirse en garante personal, hay una escena conmovedora en la que se promete hacer todo lo que está a su alcance para que ninguno de ellos sufra una experiencia decepcionante. Viendo cómo Shin’ichi se dirige a estos jóvenes provenientes del país vecino, a quienes trata como si fueran sus propios familiares, el personal y los estudiantes de la Universidad Soka se prometen que mostrarán la misma preocupación e interés.
Un pasaje del capítulo «Resonancia» afirma: «La Soka Gakkai propulsa un movimiento que busca acercar a la gente e infundir esperanza y coraje a través del diálogo, construyendo una red solidaria dedicada al bien».
Construir una red de personas dedicadas al bien es el propósito con el cual nos esforzamos en nuestras actividades para promover el diálogo.
En este capítulo también leemos: «El logro del kosen-rufu, es decir el objetivo de la Soka Gakkai, consiste en crear una sociedad basada en el aliento y el estímulo mutuos».
En estos momentos en que la pandemia de la COVID nos obliga a adoptar un nuevo estilo de vida, quizás no sea posible salir al encuentro de las personas para brindar aliento como lo hacíamos antes. Sin embargo, en las circunstancias que vivimos, es más importante que cada uno de nosotros tome la firme determinación de crear una sociedad donde haya aliento y apoyo […].
Los integrantes de los departamentos juveniles están aprovechando las herramientas tecnológicas para realizar reuniones y motivarse unos a otros. Muchos de nuestros miembros, incluyendo los de edades más avanzadas, se están desafiando para encontrar nuevas maneras de infundir ánimo a otras personas, ya sea a través de cartas o llamadas telefónicas. En un ensayo publicado recientemente, Ikeda Sensei alaba estos sinceros esfuerzos aseverando que «no existen límites en nuestro cometido de crear valores».
En el capítulo «Resonancia» encontramos las siguientes palabras:
¿Cómo podemos inspirar y alentar a los miembros agobiados por problemas y sufrimientos? ¿Cómo podemos impulsarlos a asumir una nueva determinación que los conduzca de la oscuridad a la luz, de la desesperación a la esperanza, de la derrota a la victoria? Un genuino líder del kosen-rufu es alguien capaz de generar en la gente el cambio interior que los encamine en esa dirección.
¡Tengamos la plena convicción de que nuestros esfuerzos para alentar a los demás tienen el poder de transformar la condición de vida de las personas, guiándolas de la desesperanza a la esperanza!
PASAJES CLAVE DEL VOLUMEN 21
No importa cuán adversas puedan ser las circunstancias actuales, si persistimos en el esfuerzo de sembrar las semillas del kosen-rufu, con seguridad llegará el momento en que estas semillas den flores; es más, debemos asumir la firme determinación de esforzarnos para hacer que esto ocurra. Oremos fervientemente y esperemos con paciencia la llegada de tiempos propicios, y pongamos, al mismo tiempo, todo nuestro empeño para que ese día, de hecho, llegue. («La SGI»).
El hecho de avanzar juntos, en unión y armonía, es muestra del triunfo logrado por cada persona en la lucha contra su egoísmo, pues no puede existir armonía entre quienes son egocéntricos e incapaces de cooperar. («La SGI»).
Un simple encuentro no hace que el árbol de la amistad crezca alto y vigoroso. Así como las plantas necesitan agua, abono y cuidado paciente, la amistad se forja con la lealtad y la sinceridad invariables. («La diplomacia a nivel del pueblo»).
Nuestra oración debe apuntar esencialmente a la realización del kosen-rufu. El daimoku que surge de la determinación de contribuir a este ideal produce beneficios inmensurables e ilimitados. («Resonancia»).
Una persona de genuina humanidad expresa franca y abiertamente su gratitud. No existe humanismo exento de gratitud o de franqueza para expresar los sentimientos. («Corona de laureles»).
RESUMEN DEL VOLUMEN 21
La SGI
El 26 de enero de 1975, representantes de 51 países y territorios se reúnen en Guam y establecen la Soka Gakkai Internacional. Shin’ichi Yamamoto es nombrado presidente de la nueva organización.
La diplomacia a nivel del pueblo
Shin’ichi se reúne con el ex primer ministro japonés Eisaku Sato. En su tercera visita a China dialoga con el vice primer ministro Deng Xiaoping y el príncipe de Camboya Norodom Sihanouk.
Resonancia
Tras participar en una reunión conmemorativa que marca el 15.º aniversario de su asunción como presidente de la Soka Gakkai, Shin’ichi visita Europa, donde mantiene diálogos con Aurelio Peccei, André Malraux y René Huyghe.
Corona de laureles
Durante su segunda visita a la Unión Soviética, Shin’ichi recibe un doctorado honorario de la Universidad Estatal de Moscú e imparte una conferencia en ella. Se reúne una vez más con el premier Aleksey N. Kosygin.
(Los textos que integran esta sección son traducciones del artículo publicado el 22 de julio de 2020 en el Seikyo Shimbun).