Crear una marea de paz mediante la revolución humana y el diálogo respetuoso


A continuación presentamos el mensaje enviado por Daisaku Ikeda a la 11.ª reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai hacia el centenario, celebrada en el Auditorio en Memoria de Josei Toda, en Sugamo, Tokio, el 12 de noviembre pasado.

En este año turbulento, hemos logrado un magnífico avance dinámico y estamos celebrando otro brillante aniversario de la fundación de la Soka Gakkai junto a una multitud de compañeros de fe y buenos amigos de todo el mundo.[1]

Sin duda, Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, tiene clara conciencia de todos nuestros esfuerzos.

En una de sus cartas, el Daishonin elogia a la monja laica de Kubo, quien junto a su hija pequeña perseveró con fe inquebrantable durante la persecución de Atsuhara,[2] sin dejar que la abatieran las situaciones complejas que la vida le presentaba. Quisiera leer estas palabras de elogio, con el deseo de dedicarlas a nuestras compañeras del Departamento de Mujeres y, asimismo, a toda la familia Soka:

Donde los vendavales inclinan la hierba y los relámpagos sobresaltan a las personas, en un mundo como este, ¡qué maravilloso es que usted haya mantenido una fe imperturbable hasta el día de hoy! […] ¡Cuán profundas son las raíces de su fe, y cuán pura es la gema de su corazón…! ¡Qué admirable, qué admirable![3]

¡Gracias por todos sus tremendos esfuerzos! ¡Muchísimas gracias!

Daisaku Ikeda anima a una revolución del liderazgo en el siglo XXI, durante un discurso pronunciado en julio de 1997 en el Centro en Memoria de Tsunesaburo Makiguchi en Hachioji, Tokio | Foto: Seikyo Shimbun

En la parte en verso del capítulo «La duración de la vida de El Que Así Llega» (16.º) del Sutra del loto, que recitamos cada mañana y tarde durante el gongyo, leemos estas palabras:

[E]sta, mi tierra, permanece a salvo y en calma,
siempre colmada de seres humanos y celestiales.
Variadas clases de gemas adornan sus recámaras y pabellones,
sus jardines y bosques.
Hay árboles enjoyados, henchidos de flores y de frutos,
bajo los cuales, plácidos, gozan los seres vivos.
Las deidades baten tambores celestiales,
e interpretan sin pausa música de diversas clases.[4]

Una vez, disertando sobre este pasaje, el maestro Toda hizo gala de su proverbial sentido del humor para alentar a los compañeros de fe que se estaban dedicando seriamente a transmitir el budismo, mientras luchaban, en su vida personal, con la enfermedad o con problemas económicos:

Aunque vivan en una diminuta y estrecha casa de una sola habitación, si practican la Ley Mística la adornarán de sonrisas cálidas y felices. Decorándola incluso con unas sencillas flores silvestres, podrán crear su propio jardín arbolado. Podrán adornar su hogar, su castillo, con los tesoros del corazón, y hacer que resuene una música maravillosa.

Sus esfuerzos altruistas por transmitir la Ley Mística a la gente están construyendo un reino de paz, cultura y pura alegría de estar vivos, empezando por su modesto hogar, y extendiéndose al vecindario y a la sociedad entera.

El eminente historiador británico Arnold J. Toynbee (1889-1975) depositaba grandes expectativas y confianza en el desarrollo de nuestro movimiento budista surgido desde el pueblo, cuyos miembros se empeñan en hacer su revolución humana y en elevar su estado de vida, mientras se dedican laboriosamente a crear familias felices y armoniosas para abrir caminos hacia un mundo más humano y pacífico.

En las conversaciones que mantuvimos hace cincuenta años [en mayo de 1972], el profesor Toynbee y yo coincidimos en señalar que una religión del futuro, capaz de nutrir una nueva civilización, debía permitir a la humanidad confrontar los males que amenazaban seriamente la supervivencia humana y revertirlos mediante el cambio interior de cada individuo.[5]

El profesor Toynbee tenía profunda afinidad con el budismo Mahayana y, en especial, con el budismo Nichiren, desde la perspectiva panorámica de cambiar el destino del género humano, y de vivir con amor y empatía, hacia el ambiente natural y el universo entero.

En los últimos cincuenta años, gracias a las oraciones, el compromiso y la solidaridad de nuestros miembros –personas comunes diversas, pero unidas– hemos erigido un sinfín de castillos de paz, cultura y educación. Muchos pensadores de todo el mundo aplauden y celebran nuestros logros, como sin duda haría también el profesor Toynbee.

Hoy, cuando las amenazas a la supervivencia de la humanidad son más graves que nunca, hagamos valer la fuerza del diálogo basados en el respeto a la vida y a los demás, e iluminemos vivamente el mundo con la intensa luz de la sabiduría, el valor y el amor compasivo del budismo del sol.

Las «recámaras y pabellones, [en] sus jardines y bosques»[6] que se mencionan en el capítulo «La duración de la vida de El Que Así Llega» están en consonancia con el nuevo y gran auditorio de Kansai, cuya construcción está actualmente en marcha.

Toda Sensei solía decirme: «Yo soy Josei y tú eres Daisaku. ¡Juntos, levantemos el grandioso castillo de la Soka!».[7]

Hoy, como muestra de gratitud a todos nuestros miembros y para celebrar la ocasión, quisiera presentarles dos obras caligráficas que inscribí evocando ese espíritu de mi maestro.

La primera es «Castillo dorado» [literalmente, Castillo de Jinzhou, nombre de una fortaleza indestructible de la antigua China, que en la Soka Gakkai se ha convertido en sinónimo de la organización de Kansai].[8]

Nada hacía tan feliz a Toda Sensei como ver el magnífico castillo de oro que los compañeros de Kansai y yo habíamos construido con nuestra firme lucha de propagación. El cometido y el verdadero propósito de los maestros y discípulos de la Soka, como Bodisatvas de la Tierra, es asegurar que nuestros castillos de la verdad y de la justicia, eternamente inexpugnables, sigan triunfando y prosperando –no solo en Kansai, sino en todo Japón y en el mundo–, y vencer las funciones destructivas que causan aflicción y sufrimiento al pueblo.[9]

Caligrafía «Castillo dorado» | Foto: Seikyo Shimbun

La segunda obra caligráfica es «Castillo de buena fortuna».

El Daishonin escribe: «Por favor, tenga la convicción de que su buena fortuna aumentará, tal como crece la marea y como se agranda la luna; crea que su vida se prolongará y que podrá renacer en el Pico del Águila[10]».[11]

Cada uno de nosotros, como miembro de la familia Soka, es un experto en adquirir buena fortuna. El próximo año (2023), con una vitalidad pletórica como la marea creciente, cumplamos una por una las grandes promesas que hemos hecho en bien del kosen-rufu y de nuestra vida, como una luna que crece hasta convertirse en luna llena. ¡Esforzándonos mucho más aún por tener una vida larga y sana, entonemos juntos un canto entusiasta a nuestro eterno triunfo!

Caligrafía «Castillo de buena fortuna» | Foto: Seikyo Shimbun

El Daishonin escribe: «Si el gobernante [de una ciudad amurallada] no flaquea, los que [la] custodian se mantendrán firmes».[12] Les confío todo a ustedes, admirables miembros del Departamento de Jóvenes, los nuevos «gobernantes» –o responsables– de nuestros castillos Soka de maestro y discípulo.

Nuestras comunidades son lugares a los que estamos unidos por profundos lazos kármicos; son «provincias» en las cuales el Daishonin nos ha confiado la propagación del budismo.[13] ¡En los sitios donde hemos elegido cumplir nuestra labor por el kosen-rufu, envolvamos de buena fortuna a todas las personas que conocemos, y comprometámonos juntos, jubilosamente, a crear una marea de felicidad y de paz en bien de todo el género humano!

(Traducción del artículo publicado el 13 de noviembre de 2022 en el Seikyo Shimbun).


[1] ↑ La 11.ª reunión de la sede central conmemoró el 18 de noviembre, Día de la Fundación de la Soka Gakkai, y marcó una nueva partida hacia 2023, «Año de los jóvenes y del triunfo», y específicamente hacia el próximo 18 de noviembre, 10.º aniversario de la inauguración de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu.

[2] ↑ Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji de la provincia de Suruga (actualmente, zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron alrededor de 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente. En 1279, veinte discípulos campesinos fueron arrestados bajo falsos cargos e interrogados por Hei no Saemon-no-jo, jefe interino del Departamento de Asuntos Policiales y Militares, quien les exigió que renunciaran a su fe. Sin embargo, ni uno solo de ellos claudicó. Al poco tiempo, Hei no Saemon-no-jo mandó ejecutar a tres de ellos.

[3] ↑ Reply to the lay nun of Kubo (Respuesta a la monja laica de Kubo), en WND-2, pág. 755.

[4] ↑ SL, cap. 16, pág. 229. La cita corresponde al siguiente extracto de la liturgia que recitamos al hacer el gongyo: «Ga shi do annon. Tennin jo juman. Onrin sho do-kaku. Shuju ho shogon. Hoju ta keka. Shujo sho yu-raku. Shoten gyaku tenku. Jo sas shu gi-gaku».

[5] ↑ Véase TOYNBEE, Arnold y Daisaku IKEDA: Elige la vida, Guadalajara y Rivas-Vaciamadrid: Instituto Ikeda y Ediciones Civilización Global, 2022, pág. 386.

[6] ↑ Véase SL, cap. 16, pág. 229.

[7] ↑ En japonés, la palabra daijo, «castillo», combina los primeros caracteres de los nombres Daisaku y Josei.

[8] ↑ Véase La nueva revolución humana, vol. 28, entregas 30 y 33 del capítulo «Canciones del kosen-rufu».

[9] ↑ En febrero de 1956, cuando el joven Daisaku Ikeda lideraba la campaña de Osaka, escribió un poema que expresaba su determinación de lograr una victoria resonante, y se lo entregó a su maestro Josei Toda el día de su cumpleaños, 11 de febrero. El poema decía: «El castillo de Jinzhou que estamos erigiendo hoy en Kansai / será eternamente inexpugnable / y vencerá todas las fuerzas destructivas». En respuesta, su maestro le dedicó estos versos: «¡Qué alegría es contemplar / el castillo de Jinzhou / que mi discípulo / está construyendo / mediante la propagación!».

[10] ↑ El Pico del Águila es el lugar donde Shakyamuni predicó el Sutra del loto. También es llamado «tierra pura del Pico del Águila», y simboliza la tierra de buda o el estado eterno de budeidad.

[11] ↑ Concerning the Statue of Shakyamuni Buddha Made by Toki (Con respecto a la estatua del buda Shakyamuni hecha por Toki), en WND-2, pág. 354.

[12] ↑ Véase How the Gods Protect the Place of Practice (La forma en que las deidades protegen el lugar de la práctica), en WND-2, pág. 668.

[13] ↑ Véase Las propiedades del arroz, en END, pág. 1163.

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