El capítulo «Medios hábiles» · Parte I (3/4)


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A la hora de explicar la cita de Palabras y frases[20] que dice «esto es idéntico a la verdad, que se mantiene secreta», Miao-lo[21] afirma en el tercer volumen de su Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”»: «La [enseñanza] perfecta se considera idéntica [a la verdad]». Y si «idéntico» denota la [enseñanza] perfecta, tiene que ser sinónimo del Sutra del loto. Lo idéntico ha de significar la verdad de que las personas comunes son idénticas al nivel más elevado del ser, el buda del verdadero aspecto de todos los fenómenos. Lo perfecto se refiere al principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.[22] Aunque los términos «perfecto» e «idéntico» son distintos, ambos son sinónimos de «maravilloso» [myo]. ¡Qué prodigioso e inescrutable es que todos los seres vivos sean, en realidad, budas del verdadero aspecto de todos los fenómenos! Pero las personas que denigran la Ley, en este momento, no tienen conciencia de esta verdad. Por eso se la considera «secreta».[23]

REVELAR EL PRINCIPIO DE QUE «LAS PERSONAS COMUNES SON IDÉNTICAS AL NIVEL MÁS ELEVADO DEL SER»

En el pasaje siguiente, el Daishonin se basa en la observación del gran maestro Miao-lo –quien dice que «La [enseñanza] perfecta se considera idéntica [a la verdad]»– y razona, en primer lugar, que «si “idéntico” denota la [enseñanza] perfecta, entonces este tiene que ser sinónimo del Sutra del loto». La enseñanza perfecta –es decir, la verdad completa– es que los seres de los nueve estados son budas tal como son. Y esto solo aparece enunciado en el Sutra del loto.

Este principio –el «logro de la budeidad con la forma que uno posee»– revela que la budeidad es un potencial innato en la gente común; lo mismo expresa la enseñanza de que «las personas comunes son idénticas al nivel más elevado del ser». El Daishonin declara que todos podemos revelar el estado supremo de la budeidad en nuestra vida, a través de creer en la enseñanza perfecta del Sutra del loto, que proclama la «posesión mutua de los diez estados».[24] A eso se refiere cuando habla de «los budas del verdadero aspecto de todos los fenómenos».[25]

Estos no tienen que ver con los budas esplendorosos adornados de atributos sobrehumanos, que aparecían mencionados en otras escrituras.[26] Antes bien, cada uno de ellos es «el Buda que se ha despojado de los aspectos augustos»[27] y que, sencillamente, manifiesta la nobleza insuperable del Buda siendo un ser humano común.

«Lo perfecto se refiere al principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital», declara el Daishonin. En otras palabras, la enseñanza perfecta que permite a todos manifestar la iluminación es el principio de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital». Y que los seres sujetos a la ilusión puedan ser «budas del verdadero aspecto de todos los fenómenos» es algo «prodigioso» o «maravilloso» (myo), difícil de comprender, que no aparece enunciado en ninguna otra enseñanza más que en el Sutra del loto.

El budismo Nichiren enseña que «las personas comunes son idénticas al nivel más elevado del ser». Con ello, describe a los practicantes de la Ley Mística como protagonistas del kosen-rufu en el Último Día de la Ley.

Corporificar y practicar los «medios hábiles secretos y maravillosos» significa que las personas comunes vivimos nuestra existencia diaria como Bodisatvas de la Tierra. Por su parte, quienes denigran el Sutra del loto viven ignorando la verdad sobre su propia budeidad inherente. El contraste entre la gente común que ha tomado conciencia de esta verdad y «los que denigran la Ley» es el mismo que se muestra entre el bodisatva Jamás Despreciar[28] y las cuatro clases de creyentes que lo atacaban: monjes, monjas, laicos y laicas arrogantes.

Esta forma de concebir y entender que los protagonistas son las personas comunes es una declaración sorprendente y revolucionaria, no solo en la historia del budismo, sino también en la de las religiones y filosofías del mundo.

«¡ESTOY ORGULLOSO DE SER UN MORTAL COMÚN!»

El señor Toda creía absolutamente en que las personas comunes, poseedoras del potencial de la budeidad tal como son, merecen absoluto respeto.

Una vez, un periodista quiso provocarlo preguntándole si se consideraba un buda o un dios, y el señor Toda respondió tajantemente: «¡Estoy orgulloso de ser un mortal común!».

En su novela, Revolución humana, escrita con el seudónimo Myo Goku, mi maestro cuenta la forma en que habían conocido el budismo el protagonista, Kutsuo Gan, y otros residentes pobres de una casa vecina. Narra que, a partir de la práctica, habían podido transformar su vida familiar, mejorar su situación económica y revitalizar su vida, a medida que tomaban conciencia de su profunda misión y se dedicaban al kosen-rufu con energía y vigor.

Los que practicamos la fe en la Ley Mística hacemos brillar nuestra vida al máximo, a cada instante. Nos desafiamos incansablemente en nuestra revolución humana y vivimos con persistencia y tenacidad inquebrantables. Al triunfar sobre la adversidad, mientras convertimos el karma en misión, mostramos de manera visible cómo cada uno puede crear valor, fiel a su propia individualidad, según el principio de la floración de los «cerezos, ciruelos, melocotoneros y albaricoqueros».[29] Tal como somos, sin renegar nuestro lugar como personas comunes, recorremos el camino invencible de lograr la budeidad en esta existencia y llevamos a cabo los asuntos de nuestra vida con el mismo amor compasivo con que viven los budas. Esto, en sí mismo, demuestra que corporificamos y practicamos «los medios hábiles secretos y maravillosos» y que cada uno de nosotros es un «buda del verdadero aspecto de todos los fenómenos».

(Continuar leyendo la parte 4/4).


[20] ↑ Posesión mutua de los diez estados: Principio según el cual cada uno de los diez estados posee el potencial de los diez en sí mismo. «Posesión mutua» quiere decir que la vida no se encuentra fija en un estado específico, dentro de los diez estados, sino que puede manifestar cualquiera de ellos, desde el infierno hasta la budeidad, en cualquier momento dado. Lo importante de este principio es que todos los seres, en cualquiera de los nueve estados –desde el estado de infierno hasta el de bodisatva–, poseen la naturaleza de buda. Cada persona, entonces, tiene el potencial de manifestar la budeidad, mientras que un buda también posee los nueve estados y, en tal sentido, no es un ser separado o distinto de la gente común.

[21] ↑ OTT, pág. 22.

[22] ↑ Budas esplendorosos: Referencia a los budas adornados de treinta y dos rasgos y ochenta características especiales. Se los describía de esa manera para inspirar a los seres humanos a adorarlos y venerarlos, como medio para guiarlos a la iluminación en algún momento futuro.

[23] ↑ OTT, pág. 141.

[24] ↑ Jamás Despreciar es un bodisatva mencionado en el capítulo homónimo (20.o) del Sutra del loto. Dicho bodisatva, que en existencias posteriores sería el propio Shakyamuni, vivió a finales del Día Medio de la Ley de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Se inclinaba ante cada persona que tenía delante y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el camino del bodisatva y entonces seréis capaces de conseguir la budeidad». (Véase SL, cap. 20, pág. 264.) Perseveró en su práctica de respetar a todos, aun cuando fue atacado física y verbalmente por monjes, monjas, laicos y laicas arrogantes. El sutra explica que esta práctica fue la causa que le permitió al bodisatva Jamás Despreciar lograr la budeidad.

[25] ↑ El principio de la floración de los «cerezos, ciruelos, melocotoneros y albaricoqueros» se vale de esta analogía para expresar la diversidad de la vida, y destacar la individualidad y la misión única que posee cada ser. En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin declara: «Cuando uno finalmente entiende y percibe que todas las cosas –el cerezo, el ciruelo, el melocotonero y el albaricoquero– en su propia entidad y sin tener que experimentar cambio alguno poseen los tres cuerpos eternamente dotados, a esto se refiere la palabra ryo, que denota “incluir” o “abarcar la totalidad”. Hoy, Nichiren y sus seguidores que entonan Nam-myoho-renge-kyo son los poseedores originales de estos tres cuerpos de los cuales están eternamente dotados». (Véase OTT, págs. 200-201.) En otras palabras, así como el cerezo, el ciruelo, el melocotonero y el albaricoquero florecen bellamente, cada uno en su propio momento del año, a través de la Ley Mística cada uno de nosotros puede revelar su propia budeidad intrínseca.

[26] ↑ Palabras y frases del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai.

[27] ↑ Miao-lo (711-782): También conocido como el gran maestro Ching-hsi, por su tierra natal. Patriarca de la escuela T’ien-t’ai de la China. Es considerado, respetuosamente, el restaurador de esta escuela. Sus comentarios sobre las tres obras principales de T’ien-t’ai se titulan Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del loto”»; Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» y Comentario sobre «Gran concentración e introspección».

[28] ↑ Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital (en jap.: ichinen-sanzen): Doctrina desarrollada por el gran maestro T’ien-t’ai de la China y basada en el Sutra del loto. Los «tres mil aspectos» indican los aspectos y fases variables que adopta la vida a cada momento. A cada instante, la vida manifiesta alguno de los diez estados, desde el infierno hasta la budeidad. Cada uno de estos diez estados posee en sí mismo el potencial de los diez, lo cual da un total de cien estados posibles. Cada uno de estos cien estados posee los diez factores y opera dentro de cada uno de los tres planos de la existencia, totalizando tres mil aspectos. En otras palabras, todos los fenómenos están contenidos en cada instante vital, y cada instante vital impregna los tres mil estados o aspectos de la existencia; es decir, la totalidad del mundo fenoménico.

[29] ↑ OTT, pág. 22.

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