El diálogo, un proceso de búsqueda conjunta de la verdad


En esta sección ofrecemos recursos para las reuniones de diálogo de la SGEs. Este mes son: una cita que alumbra la trascendencia de los esfuerzos que cristalizan en estos encuentros («Globalmente»), la presentación de uno de los grupos que los sostienen («Localmente»), un pasaje de los escritos de Nichiren Daishonin comentado por Daisaku Ikeda («Avanzando con el Gosho») y algunas «Palabras clave».

GLOBALMENTE

En las actividades de la SGEs de este período del año, un tema central es el aliento al estudio de las enseñanzas budistas –importante siempre, pero puesto de especial relieve en los meses que preceden a los exámenes programados para noviembre–.[1] Como venimos planteando en las últimas entregas de esta sección, las reuniones de diálogo de la Soka Gakkai son escenarios para eso: el diálogo, un diálogo abierto y experiencial. Los recursos que se presentan aquí, en «Para dialogar», no tienen otro propósito que inspirar en cada grupo una breve introducción a dicho diálogo. Una introducción, eso sí, en la que no está de más presentar y leer la cita de los escritos de Nichiren Daishonin destacada en el apartado «Avanzando con el Gosho».

En una entrega reciente de la serie «Aliento de las cuatro estaciones», Daisaku Ikeda ha vuelto a subrayar la trascendencia de los escritos del Daishonin, de su lectura, y de la actitud que esta puede alentar: «El Gosho, que aclara los principios básicos de la Ley Mística, es un texto eterno de valor e importancia insuperables. […] En el Gosho podemos encontrar el sincero comportamiento como ser humano del Daishonin y su profunda preocupación y consideración por cada persona. Mientras estudiamos seriamente la enseñanza del más elevado y supremo humanismo, atesoremos [nosotros también] a cada persona y permitámosle establecer un vínculo con el budismo».[2]

LOCALMENTE

Grupo Jata | Foto enviada por Ikerne Goikoetxea

Este grupo de diálogo de la SGEs en Mungia, Bizkaia, lleva el nombre de un monte muy querido por quienes viven en la localidad. Es «el monte al que todos subimos en el pueblo, bastante escarpado; al final tiene una subidilla que hay que retarse, pero las vistas son preciosas». La historia del grupo resuena con esta descripción: pionero del kosen-rufu en Euskadi, durante años sus miembros han tenido que desafiarse, reafirmar su fe y perseverar. Pero, habiéndolo hecho, ahora están disfrutando por fin de un paisaje de valores humanos excelso…

(Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com)

AVANZANDO CON EL GOSHO

Es posible que sea un hombre de escasa capacidad […], pero me he consagrado reverentemente al estudio del Mahayana. Un moscardón puede recorrer diez mil millas si se aferra a la cola de un corcel de pura sangre; la hiedra puede alcanzar una altura de trescientos metros si crece sujeta al tronco de un gran pino.

(Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, en END, pág. 18).

«Muchos miembros de la Soka Gakkai reconocen profundamente la verdad de este pasaje […]. Aunque al inicio practicaban apabullados por problemas y sufrimientos personales, han llegado a gozar de un estado de vida de felicidad inimaginable, a través de abrazar la gran enseñanza de la Ley Mística y vivir sus vidas junto a la Soka Gakkai y a sus compañeros de fe. […]

En el pasaje citado, el anfitrión[3] afirma que está dedicado al estudio del budismo Mahayana. Una de las características del Mahayana es la práctica del bodisatva para aliviar las aflicciones de todos los seres. La esencia de nuestra práctica se encuentra en el Sutra del loto, que expone principios como la iluminación universal y la aparición de los Bodisatvas de la Tierra. […]

En las palabras iniciales de Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, el anfitrión le dice al huésped: “Ahora que usted ha venido podemos lamentarnos juntos. ¡Conversemos extensamente sobre esta cuestión!”.[4] A lo largo de este tratado, habla con su invitado de igual a igual, recurriendo a pasajes de los sutras y al razonamiento […].

Como discípulo del Buda, el anfitrión pide a su huésped que lo acompañe en el aprendizaje, el diálogo y la práctica del budismo. Para el anfitrión, el diálogo era una búsqueda de la verdad, una manera de pulsar una cuerda en el corazón de su interlocutor a través de su actitud y su conducta respetuosa. El factor central de ese diálogo era el deseo compasivo de transmitir la verdad a la persona que tenía frente a él y permitirle ser feliz. Esta clase de amor compasivo genera coraje y sabiduría. Los tenaces esfuerzos del anfitrión en el diálogo vibran con el compromiso incondicional de guiar a su huésped hacia la enseñanza correcta».[5]

PALABRAS CLAVE

Diálogo de igual a igual · Aprendizaje · Actitud respetuosa · Deseo compasivo de brindar felicidad


[1]Véanse, en este número, las secciones «Este mes» y «Estudio mensual».

[2]IKEDA, Daisaku: «El Gosho es la brillante y suprema fuente de alegría», Seikyo Shimbun, 4/9/2022.

[3]El tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, que Nichiren Daishonin dirigió el 16 de julio de 1260 a Hojo Tokiyori –regente retirado que seguía siendo la figura más influyente del clan gobernante japonés–, tiene la forma de un diálogo entre un anfitrión, que viene a representar al Daishonin, y un huésped, cuya actitud posiblemente buscaba inspirar a su interlocutor.

[4]En END, pág. 7.

[5]IKEDA, Daisaku: «Avanzar por el gran camino del kosen-rufu toda la vida con valentía inquebrantable», Daibyakurenge, octubre 2021.

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