Pasos dinámicos hacia el futuro que deseamos


Orientación para la SGEs


El presidente de la Soka Gakkai, Minoru Harada, propuso en fechas recientes imprimir un gran avance al kosen-rufu mundial con la mirada puesta en el 18 de noviembre de 2023, 10.º aniversario de la inauguración de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu. Lo hizo, precisamente, coincidiendo con el 24 de agosto, fecha en que celebramos –también desde las páginas de esta revista– los 75 años del ingreso de Daisaku Ikeda a la Soka Gakkai. De ese modo, nos invitaba a dar juntos aquel impulso como muestra tangible de agradecimiento hacia la gran contienda vital que comenzó ese agosto de 1947. Fortaleciendo las relaciones humanas establecidas durante la primera parte del «Año de los jóvenes y del avance dinámico», podemos protagonizar una acción concreta para el desarrollo de nuevos valores humanos.

En ese sentido, en el reciente Curso Europeo de Estudio para Jóvenes, el responsable del Departamento de Hombres Jóvenes de la SGI, Mitsuo Nishikata, quien participó desde Japón, reflexionó sobre la situación social actual. Observó que, tal y como advirtió el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, estamos viviendo la crisis más aguda desde la Segunda Guerra Mundial. En los últimos dos años y medio hemos vivido una época sin precedentes debido a la pandemia y, con el cambio climático, los problemas energéticos y la crisis internacional causada por la situación en Ucrania, nuestro futuro enfrenta desafíos tan difíciles como ineludibles. Nishikata se refirió, entonces, al capítulo «Pasos dinámicos» del volumen 18 de La nueva revolución humana.

Los acontecimientos relatados en «Pasos dinámicos» corresponden a 1974, año cuyo inicio se vio marcado por la inestabilidad económica mundial precipitada por la cuarta guerra árabe-israelí y la crisis del petróleo, desencadenadas en otoño del año anterior. El precio de la gasolina se había disparado, y esto había provocado una recesión. En el caso de Japón, mucha gente empezó a comprar productos básicos en grandes cantidades, presa del pánico, y se produjo una escasez de alimentos.

En la reunión de Gongyo de Año Nuevo de 1974, Shin’ichi Yamamoto se refiere a un pasaje de El kalpa de disminución, un escrito de Nichiren Daishonin, que afirma: «El gran mal prenuncia la llegada de un gran bien. Si todo el territorio de Jambudvipa se viese arrojado al caos, no habría dudas de que [este sutra sería] “ampliamente propagado en todo Jambudvipa”».[1] Seguidamente, Shin’ichi amplifica este esperanzador mensaje:

El Daishonin vivió en una época de agitación y de cataclismo; un tiempo atormentado por grandes terremotos, luchas internas y una invasión mongola. Pero, a pesar de todo, declaró que no era momento para ser pesimista, porque en tales circunstancias ocurriría un gran bien: la amplia propagación del budismo.

Hoy estamos impulsando el kosen-rufu en medio de la peor crisis económica que ha enfrentado este país desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, muchos de ustedes están experimentando dificultades indescriptibles. Pero, sean cuales fueren los obstáculos que se interpongan en el camino, por favor, tengan confianza absoluta en las palabras del Daishonin: «El gran mal preanuncia la llegada de un gran bien». ¡Aprovechemos esto como una oportunidad para avanzar con paso dinámico y animoso en nuestro movimiento por el kosen-rufu![2]

En una época de grandes cambios y de confusión, llevar a cabo nuestra práctica en concordancia con las enseñanzas del Buda nos permite transformar «el gran mal» en un «gran bien» e impulsar el kosen-rufu. Esta práctica de la fe de acuerdo con las enseñanzas es un principio fundamental de la Soka Gakkai. Y, para poder realizarla, mantenerla y ahondarla, es necesario el estudio budista. De ahí que el movimiento de estudio y la posterior realización de los exámenes, programados para noviembre, sean elementos capitales en este último trimestre del año.

Este mes, en el que rendimos homenaje a Nichiren Daishonin en torno al aniversario de su fallecimiento (el 13 de octubre), y en el que conmemoramos el Día de la Paz Mundial y el Día de Maestro y Discípulo de la SGEs (el 2 y el 15 de octubre, respectivamente) en recuerdo de los viajes por el kosen-rufu de Ikeda Sensei, es también el mes en que culminaremos el proceso de inscripción al examen de Introducción al Budismo (o Grado I) –alentando a los miembros y simpatizantes candidatos con el afán de que todos se animen a hacerlo– y en el que el apoyo en el estudio a quienes se han inscrito terminará de cobrar impulso.

Este mes, en el que rendimos homenaje a Nichiren Daishonin en torno al aniversario de su fallecimiento, y en el que conmemoramos el Día de la Paz Mundial y el Día de Maestro y Discípulo de la SGEs en recuerdo de los viajes por el kosen-rufu de Ikeda Sensei, es también el mes en que culminaremos el proceso de inscripción al examen de Introducción al Budismo y en el que el apoyo en el estudio a quienes se han inscrito terminará de cobrar impulso.

El visionado de la III Conferencia Virtual de la SGI, «El resplandeciente camino del kosen-rufu mundial: Aprendamos de La nueva revolución humana», a cargo del vicepresidente Hiromasa Ikeda, y la retomada presencialidad en las reuniones de diálogo están generando una gran alegría, que se manifiesta en cada encuentro y que nos permite, en esta nueva etapa, seguir avanzando con sabiduría y con aún más brío y pasión.

Citando el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno, el Daishonin escribió en La apertura de los ojos: «Si queréis comprender las causas que existieron en el pasado, observad los resultados tal cómo se manifiestan en el presente. Y si queréis comprender que resultados se manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente».[3]

Más allá de todo lo que nos haya sucedido en el pasado, lo decisivo son las causas que sentamos en el presente. Estas son las que nos permiten crear un porvenir de nuestra elección –por ejemplo, hacia el 18 de noviembre de 2023– aclarando qué hay que hacer ahora.

Con profunda convicción y con actitud invencible, necesitamos mantener la mirada bien firme en todos nuestros objetivos, mientras damos un paso tras otro y, al hacerlo, sembramos las semillas de los resultados futuros. Como declara el Daishonin: «Hasta una sola semilla, una vez sembrada, puede crecer y dar cuantiosos frutos».[4]

Tal como se abren los pimpollos cuando llega la primavera, también las flores de los beneficios y de los valores humanos se desplegarán al recibir adecuado cultivo y nutrientes.


[1]En END, pág. 1168.

[2]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 17 y 18, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2020, pág. 358 (adaptado).

[3]En END, pág. 295.

[4]Gosho zenshu, pág. 971.

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