El Gosho en «La nueva revolución humana»


Volumen 24


El volumen 24 de La nueva revolución humana, cuya lectura proponemos este mes, narra que el año 1977 tuvo como lema «Año del estudio». Fue así porque Shin’ichi Yamamoto reflexionó que, para dar un gran paso hacia adelante en la concreción del kosen-rufu, «todos los miembros tenían que grabar el Gosho en su vida más que nunca».[1] Así es como Shin’ichi, después de reflexionar sobre cuáles eran los escritos en los que sería mejor profundizar en ese momento, comenzó a disertar sobre ellos. El primero que seleccionó fue El verdadero aspecto de todos los fenómenos.

A continuación presentamos una cita de esta carta –que el Daishonin escribió en 1273, durante su destierro en Sado–, así como un extracto de la disertación de Ikeda Sensei reflejada en el capítulo «Protección» del volumen 24.[2]

Al principio, sólo Nichiren recitó Nam-myoho-renge-kyo, pero luego lo siguieron dos, tres y cien más, que lo entonaron y enseñaron a otros.[3]

«”En todas las épocas, el principio invariable y fundamental para el kosen-rufu es el espíritu de levantarse por propia decisión. El Daishonin, el señor Makiguchi y el señor Toda se pusieron de pie solos, sostenidos por su valentía. […]

Concretamente, en el quehacer cotidiano, significa asumir la total responsabilidad de propagar la Ley Mística en el ámbito en el que uno está actuando, ya sea el hogar, la comunidad o cualquier espacio de nuestro entorno.

Cada uno de nosotros mantiene con la familia, los compañeros de trabajo o los amigos una relación humana propia, única, que no puede ser reemplazada por nadie.

Desde la perspectiva de la Ley Mística, tales nexos no solo son el ámbito de nuestra misión, también son los vínculos profundos que conectan nuestra vida con la de esas personas. […] Justamente por eso, se torna tan importante el principio de levantarse por propia decisión. Debemos tomar conciencia de que estamos aquí y ahora, como emisarios de Nichiren Daishonin. Como Bodisatvas de la Tierra, debemos ponernos de pie y actuar en nuestros respectivos campos de acción. Jamás debemos olvidar que este es el único modo de hacer realidad el kosen-rufu”.

En nuestra vida cotidiana, introducir a los demás en el budismo es una actividad desafiante que requiere perseverancia. Debido a que quienes están a nuestro alrededor nos conocen tan bien, aparentar o actuar con jactancia no funcionará. Lo único que nos queda es empeñarnos diligentemente, ser honestos, sinceros, pacientes y apasionados, a la vez que mostramos la prueba real. En estos esfuerzos yace la verdadera esencia de nuestra práctica budista».[4]

Josei Toda, tras ser liberado del encarcelamiento impuesto por el Gobierno militarista a causa de sus ideas y presenciar la destrucción provocada por la guerra, se pone en pie para impulsar el kosen-rufu | Ilustración: Cortesía de Seikyo

[1]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vol. 23 y 24, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 306.

[2]Tanto la cita como el fragmento han sido publicados en la serie del Seikyo Shimbum titulada «Vivir con el Gosho».

[3]El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 406.

[4]IKEDA, op. cit., pág. 313.

Scroll al inicio