Extracto del mensaje enviado por Daisaku Ikeda para la reunión de gongyo conmemorativa realizada el 8 de noviembre de 2013 en la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu con motivo de su inauguración.
[…] Cuando los visitantes ingresan en esta magnífica sede, en el ala norte y en el ala sur se encuentran con ocho pilares alineados, que parecen darles una imponente bienvenida.
En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin señala:
En este capítulo [28.o del Sutra del loto, «El aliento del bodisatva Sabio Universal»], el buda Shakyamuni reveló el punto más importante que deseaba transmitirnos. El Buda predicó el Sutra del loto durante ocho años, y ocho ideogramas condensan el mensaje que nos dejó a los seres vivos de esta época posterior, el Último Día de la Ley. [Ese pasaje de ocho caracteres dice:] «[D]eberás ponerte de pie y saludarlo desde lejos, con el mismo respeto que mostrarías a un buda»[1].[2]
El Daishonin esclarece, a continuación, el mensaje de esos ocho ideogramas diciendo que «uno debe tratar a los practicantes del Sutra del loto, invariablemente, con el mismo respeto que concedería a un buda».[3]
Los ocho pilares situados en las fachadas norte y sur de este edificio, en tal sentido, simbolizan el fragmento de ocho caracteres que condensa el corazón del Sutra del loto y el espíritu de la Soka Gakkai de atesorar a cada miembro como a un buda. Quiero dejar constancia de esto, el día de hoy, en bien de las futuras generaciones.
En ocasión de esta primera reunión de gongyo con la cual inauguramos auspiciosamente esta sede, aquí, ante el Joju Gohonzon de la Soka Gakkai, los miembros de Japón queremos ponernos de pie y dar una sincera ovación a los nobles líderes de la SGI que han venido desde todas partes del mundo. Y lo hacemos con el mismo respeto con que nos inclinaríamos ante un buda. [Los miembros de Japón se pusieron en pie para aplaudir a los responsables de la SGI presentes.]
Los ocho pilares situados en las fachadas norte y sur de este edificio […] simbolizan el fragmento de ocho caracteres que condensa el corazón del Sutra del loto y el espíritu de la Soka Gakkai de atesorar a cada miembro como a un buda.
Hace tres días (el 5 de noviembre), presidí con solemne espíritu la ceremonia de entronización del Gohonzon en este recinto, junto al presidente Harada y otros máximos responsables de la Soka Gakkai.
Este año, se cumplen siete décadas desde que los dos primeros presidentes de nuestra organización, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, fueron arrestados y encarcelados por las autoridades militaristas que gobernaban el país en tiempos de guerra, por negarse a abandonar sus principios y creencias. La inauguración de este majestuoso y digno bastión, en una fecha de trascendencia histórica, es un testimonio incuestionable de la victoria de los maestros y discípulos de la Soka.
Pensando en mis dos grandes maestros e imaginando cuán felices se sentirían de celebrar este acontecimiento, oré profundamente para retribuir con infinita gratitud lo que hicieron por nosotros.
Asimismo, lleno de un indescriptible agradecimiento, envié daimoku a todos los diligentes compañeros que han venido trabajando a mi lado, compartiendo alegrías y penas, para hacer realidad el monumental desarrollo que hoy caracteriza al movimiento Soka, invencible a pesar de los reiterados ataques de los tres obstáculos y los cuatro demonios. También oré con sincera devoción por los preciados amigos que han fallecido en el transcurso de nuestra marcha por el kosen-rufu.
Le Corbusier (1887-1965), célebre maestro de la arquitectura contemporánea, declaró: «Como justa recompensa, la arquitectura dará especial felicidad a aquellos que le hayan brindado todo su ser».[4] Del mismo modo, todos los que han trabajado sinceramente para hacer realidad la construcción de este noble edificio sentirán una alegría sublime al verlo terminado.
Probablemente habrá miembros que, por razones de salud, de edad o de otra índole, no podrán visitar esta nueva sede. Pero, por favor, recuerden que todos los que nos hemos esforzado en bien del kosen-rufu y hemos contribuido al desarrollo del actual movimiento Soka hemos acumulado, sin falta, beneficios y buena fortuna incalculables en nuestra vida, y hemos erigido un brillante palacio interior de eternidad, felicidad, verdadera identidad y pureza, que seguirá en pie a través de las tres existencias del pasado, presente y futuro. Todos compartimos los mismos beneficios y la misma alegría. Quiero pedirles que vivan con esta absoluta convicción.
Durante su destierro en la isla de Sado, en condiciones extremas que hicieron peligrar su vida, el Daishonin declaró: «Aquí haré un gran juramento».[5] Lo que juró, con una oración pura y sincera de lograr el kosen-rufu, fue ser el pilar, los ojos y el gran navío que salvaría del sufrimiento a todo el pueblo. Ese «gran juramento» que hizo no es otra cosa que el gran juramento de propagar el Sutra del loto; es decir, el gran juramento del kosen-rufu.
Siete siglos después de que el Daishonin proclamara por primera vez su enseñanza, en el período más intenso de esta época de conflicto que es el Último Día de la Ley, surgió la Soka Gakkai en la era contemporánea y asumió la misión de cumplir el gran juramento del kosen-rufu, exactamente alineada con el espíritu del Daishonin. Es, sin duda alguna, la organización que está llevando a cabo la visión y la voluntad del Buda.
El corazón del gran juramento del kosen-rufu y el estado de vida de la Budeidad son una misma cosa. Por ello, cuando nos dedicamos a este juramento, activamos la nobleza, la fortaleza y la grandeza supremas de nuestra vida. Cuando somos fieles a este juramento y no nos apartamos de él, sentimos fluir en nuestro interior el caudal inagotable de sabiduría, valor y amor compasivo del Buda. Cuando nos esforzamos plenamente por cumplir ese juramento, somos capaces de convertir en «medicina» hasta el «veneno» de los sufrimientos más terribles, y de transformar hasta el karma más adverso en misión.
Esta es la actitud vital de nuestros miembros, personas infinitamente dignas. Esto es lo que caracteriza a nuestra invencible red humanística de la Soka.
El corazón del gran juramento del kosen-rufu y el estado de vida de la Budeidad son una misma cosa. Por ello, cuando nos dedicamos a este juramento, activamos la nobleza, la fortaleza y la grandeza supremas de nuestra vida.
El Joju Gohonzon entronizado en este altar es el «estandarte de la propagación del Sutra del loto»,[6] y la Soka Gakkai, dedicada a este gran juramento, es su abanderada. En este objeto de devoción se lee la inscripción: «Para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley».
Como genuino discípulo del maestro Toda, protegí este Joju Gohonzon en el Salón de Maestro y Discípulo de la antigua sede central de la Soka Gakkai, y salí al mundo para hacer realidad ese «gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley».
El maestro Makiguchi, quien se opuso al militarismo en tiempos de guerra y murió en prisión como un mártir, había jurado hacer realidad el ideal del Daishonin de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra». Yo adopté personalmente ese mismo juramento y me lancé a desarrollar una red global plural de personas consagradas a los valores de la paz, la cultura y la educación.
Oré continuamente ante este Gohonzon por la felicidad, la salud y la longevidad de todos nuestros compañeros, y con el deseo de que cada uno de ellos venciera en el desafío de su revolución humana y lograra la budeidad en esta existencia. Con la mirada puesta en el futuro distante de nuestro movimiento, mantuve mis iniciativas y esfuerzos para crear una corriente firme e ininterrumpida de sucesores capaces, y emprendí un liderazgo decisivo para asegurar cabalmente la perpetuación eterna de la Ley.
Ahora, ese momento ha llegado; hemos visto, al fin, la anhelada inauguración de este gran castillo de maestro y discípulo.
Prometámonos unos a otros mantener siempre vivo y ardiente en el corazón nuestro juramento por el kosen-rufu.
Este es, de verdad, el áureo recinto de una asamblea como la que describe el Sutra del loto, donde innumerables Bodisatvas de la Tierra de todo el mundo se congregan alborozados para entonar daimoku ante el Gohonzon del Kosen-rufu que hemos entronizado en este lugar, para hacer que irrumpa y resplandezca, con la energía del sol matinal, el estado de budeidad inseparable del gran juramento del tiempo sin comienzo, e iniciar una nueva partida imbuidos de vitalidad y compromiso renovados.
En la base del altar se han colocado piedras procedentes de las 47 prefecturas de Japón y de 192 países y territorios del mundo.
Nuestras oraciones abarcan no solo nuestra comunidad local, sino el mundo entero.
Este edificio es un ámbito donde, en rica diversidad, se dan cita los ciudadanos globales de la Ley Mística para «entonar Nam-myoho-renge-kyo con la actitud de ser distintas personas pero centradas en un mismo propósito, trascendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellas hasta volverse inseparables como los peces y el agua en que nadan»,[7] tal como escribe el Daishonin en su escrito La herencia de la Ley suprema de la vida. Es una torre alhajada de armonía humana sin precedentes, donde los miembros se alientan y apoyan unos a otros, mientras renuevan su compromiso de seguir trabajando con valentía y vigor por la felicidad y la seguridad de las personas, por el florecimiento de la sociedad, por el logro de la paz mundial y la transformación del destino de toda la humanidad.
En tal sentido, propongo que, a partir de hoy, llamemos este recinto Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu, y que emprendamos jubilosamente una nueva marcha dinámica, expandiendo los valores de la esperanza y la justicia con miras a una nueva era del kosen-rufu mundial. […]
El Daishonin escribe: «¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!».[8] Prometámonos unos a otros, como fraternos miembros de la familia Soka, mantener siempre vivo y ardiente en el corazón nuestro juramento por el kosen-rufu simbolizado por esta nueva sede. ¡Decidamos superar todos los obstáculos y vivir una existencia de victoria indestructible y satisfacción absoluta, mientras avanzamos juntos con espíritu exultante y en unión armoniosa!
[1] ↑ SL, cap. 28, pág. 320.
[2] ↑ OTT, pág. 192.
[3] ↑ Ib., pág. 193.
[4] ↑ LE CORBUSIER: Le Corbusier Talks with Students, Nueva York: Princeton Architectural Press, 1999, pág. 34.
[5] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 297.
[6] ↑ El verdadero aspecto del Gohonzon, en END, pág. 872.
[7] ↑ La herencia de la Ley suprema de la vida, en END, pág. 227.
[8] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 297.