N.º 223 · Noviembre 2023
Para nosotros, los practicantes del Sutra del loto, la oración debe estar imbuida de un juramento: el juramento de llevar a cabo nuestra revolución humana y transformar nuestro karma. Es el compromiso de lograr la felicidad para nosotros mismos y para los demás, y de hacer realidad el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», propuesto por Nichiren Daishonin. Para cumplir ese juramento, nos esforzamos con el corazón de un rey león.
Muchas, muchísimas personas desean sinceramente la paz, la anhelan, especialmente en momentos como el actual. Pero la paz, la justicia, la equidad, la sostenibilidad… no son fáciles de alcanzar. Para avanzar certeramente hacia ellas se precisa fraguar ese anhelo, convertirlo en un verdadero juramento.
La palabra causa impresión, impone respeto. «Juramento»… Al fin y al cabo, así debe ser: para que el bien prevalezca sobre el mal –o, en términos búdicos, para que las funciones del buda se impongan sobre las funciones demoníacas– la determinación y el empeño no pueden ser tibios. A ello apuntan las palabras de Daisaku Ikeda arriba citadas, extraídas de la sección «Este mes», al evocar la suprema fiereza que simboliza la figura de un rey león.
En un escrito en el que realiza la potente declaración de que «Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido de un león», Nichiren Daishonin llega a afirmar: «La poderosa espada del Sutra del loto debe ser blandida por alguien valiente en la fe. Quien así lo haga será invencible como un demonio armado con una vara de hierro».[1] En otro escrito constata que, gracias a haber cultivado él mismo esa actitud, el Rey Demonio del Sexto Cielo –el soberano de las funciones demoníacas– «ya ni se me acerca».[2]
Este número de Civilización Global se abre con un extenso artículo que aborda, desde la sección «Especial», el carácter crítico de los tiempos que vivimos y nos anima a escoger una opción que califica de radical y creativa: ser «sujetos de cambio».
Seguidamente, en «Mi historia» se presentan tres relatos experienciales de personas que demuestran ser precisamente eso: sujetos de cambio, cada cual en su escenario de vida, cada cual de un modo único.
La ya mencionada sección «Este mes» delinea el marco que permite entender en mayor profundidad el enfoque de esta edición de CG y la programación de actividades de la SGEs para este noviembre, en el que la Soka Gakkai conmemora, además de su fundación, el décimo aniversario de la inauguración de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu. La aspiración subyacente es mostrar que, siendo cierto que con esto se pone en valor la construcción y la apertura de una edificación en un momento pretérito, al hacerlo se está hablando de mucho más: no solo de un edificio, sino también de nuestras vidas, de la vida; y no solo del pasado, sino también de nuestro presente y nuestro futuro… como sujetos de cambio, radicales y creativos. «Orientación», «Nueva revolución humana» y «Jóvenes 2030» buscan contribuir a ese propósito.
En «Estudio», presentamos la esperada primera entrega de una serie especial de disertaciones de Ikeda Sensei sobre el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.
«Actualidad» recoge, entre otras buenas noticias, varias que tratan también la relación entre edificios, jardines y personas.
De todo ello deseamos, una vez más, y más aún, una buena lectura.
[1] ↑ Respuesta a Kyo’o, en END, pág. 433. Nótese que el Daishonin dirigió este escrito a un matrimonio cuya pequeña hija estaba sufriendo un grave problema de salud, y que en él los alienta a vencer, mediante la práctica de la fe, sobre lo que el budismo denomina «demonio de la enfermedad».
[2] ↑ Respuesta a Sairen-bo, en END, pág. 329.