N.º 208 · Agosto 2022
El calor extremo que está caracterizando este verano mueve a la reflexión. Si el clima es habitualmente un tema de encuentro con nuestros semejantes, incluso a través de conversaciones breves (en un ascensor, esperando un turno…), circunstancias como las actuales hacen que resulte inevitable ir más allá para lamentar las muertes y los problemas de salud que está provocando; la devastación ambiental causada –de manera destacada– por los incendios forestales, pero también por otros efectos de la sequía; la intensificación de los efectos de la guerra, cuando las llamas generadas por explosiones que, de por sí, son terriblemente destructivas, hacen arder además grandes extensiones de cultivos…
Incluso si nuestro entorno más cercano está en condiciones relativamente favorables, la notable afectación del calor sobre nuestro día a día nos hace reaccionar. Diversos como somos, nuestras reacciones también difieren. Pero una muy común es el impulso a encontrar cobijo.
[P]ara buscar ese gran árbol […]
yo irrumpo de la tierra.
Estos versos, extraídos de la sección «Estudio mensual», nos hablan de eso, y de más. Forman parte del poema que un joven improvisó al participar en un mes de agosto en su primera reunión de diálogo de la Soka Gakkai, conmovido por ella. Abordamos el episodio desde diferentes puntos de vista en este número de Civilización Global al cumplirse 75 años de él: véanse «Especial» y «Para dialogar». Pero esa fecha, el 14 de agosto de 1947, es indesligable de otra en la que ese joven, Daisaku Ikeda, dio un paso consecuente: ingresar como miembro de la organización diez días después, el 24 de agosto, según se expone en «Este mes».
Y es que al conocer a la persona que sintió que podía adoptar como maestro de vida, Josei Toda, el joven Ikeda percibió que había dado por fin con «ese gran árbol». Su decisión de irrumpir de la tierra, hoy podemos interpretarla como una promesa de extender ampliamente aquel frondoso cobijo para la vida a través de su propio crecimiento y del de una sucesión ininterrumpida de jóvenes –no dejen de verse «De pie y de paz» y «Aprendiendo de La nueva revolución humana»–.
Que la sección «Punto de partida» recoja en esta edición, de manera extraordinaria, el prefacio a la nueva edición en japonés de los escritos de Nichiren Daishonin nos da la oportunidad de profundizar en las bases de la filosofía que ha sustentado, sustenta y sustentará este crecimiento. A su vez, dos secciones dedicadas al relato de experiencias de fe con sendos recorridos de varias décadas de práctica ejemplifican cómo personas de todo el mundo están protagonizándolo como discípulas y discípulos: «Mi historia» y «En sociedad». Estas experiencias nos recuerdan, a propósito, que de la tierra se irrumpe danzando. Como también hace una de las principales noticias de «Actualidad», que aborda la celebración del Encuentro de Artistas por la Paz 2022. Esta misma sección informa de otras actividades centradas en la construcción de la paz, el desarme y la implementación de medidas para hacer frente a la emergencia climática a las que ha contribuido significativamente el movimiento Soka.
De todo ello deseamos una refrescante lectura, inspiradora de refrescantes diálogos.