En vuelo · Por el Departamento de Estudiantes de la SGEs


Ailin Noriega · Barcelona


Soy Ailin Noriega. Nací en Perú y vivo en Barcelona desde hace 14 años.

Vengo de una familia de practicantes. Actualmente soy responsable del Departamento de Mujeres Jóvenes de mi grupo de diálogo y estoy a punto de graduarme en Ingeniería Química.

Como estudiante he tenido diferentes experiencias, pero el paso a la universidad ha sido especialmente significativo, ya que he vivido muchos momentos de bajón y agobio que, al final, me han llevado a reforzar mi práctica.

Desde el inicio de la carrera universitaria siempre me he esforzado para compaginar mis estudios con el trabajo en los fines de semana, y durante años lo he conseguido. Pero con el estallido de la pandemia y las clases online, todo se hizo cuesta arriba. Ya me encontraba en un punto de la carrera donde, además de las clases, tenía dos laboratorios durante el año. Así, pues, hubo momentos en los que tenía clases online por la mañana, las prácticas por la tarde, y trabajaba de viernes a domingo. Me llegué a sentir desubicada e incluso perdida, no sabía de dónde sacar el tiempo para estudiar… Y eso también terminó afectando a mi práctica diaria.

En ese momento, gracias a que el daimoku siempre ha sido mi herramienta para seguir hacia delante y no decaer, volví a determinarme y me desafié en llegar a todas las actividades de la Soka. Fue así como pude terminar el curso consiguiendo todos los objetivos que me había propuesto y –aunque no todo fuese tal y como yo lo esperaba– estaba muy contenta de no haber tirado la toalla.

Como leí en la revista Civilización Global hace unos meses, «si nos desafiamos en nuestra revolución humana con la convicción de que obtendremos la victoria final en la vida, podremos expandir enormemente nuestro estado interior».[1]


[1]Véase, en Civilización Global, n.º 192, abril 2021, la sección «Este mes».

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