Generación NRH


Karolina Černic · Fuerteventura


A principios de este año determiné avanzar más que nunca, profundizar mi relación con Sensei y llegar al festival pletórica junto a mis compañeros de fe.

Soy actriz de profesión, pero llevo mucho tiempo sin ejercer. Así que cuando supe el nombre del festival sentí sufrimiento por pensar que no estaba a la altura. Pero en el tiempo que estuvimos confinados me dediqué resueltamente a orar, estudiar y alentar a mis amigas y amigos, familia y todas las personas de mi entorno. Entendí entonces que mi vida es el guion perfecto, que mi entorno es el escenario perfecto para mi «papel»: ser protagonista de la alegría.

En Fuerteventura la economía depende del turismo y, debido a la COVID-19, se encuentra muy afectada. Trabajo en una tienda mayormente visitada por personas de vacaciones, que a veces están muy relajadas. Por eso, cada mañana me levanto más temprano para orar con la convicción de ser perfectamente capaz de proteger a todas la personas, valorar la vida y cuidarla más que nunca.

Aunque vivimos en una época de distanciamiento social, he decidido no permitir que esta implique un distanciamiento humano, inspirada por las palabras de Sensei y la lectura de La nueva revolución humana. De esta forma he podido profundizar algunas relaciones y hasta entablar nuevas. Con mi madre, que todavía no tiene el Gohonzon, hemos orado juntas hasta dos horas al día, aunque ella vive en Italia y yo en Fuerteventura; también una amiga ha participado en una reunión de La nueva revolución humana. ¡Qué alegría!

Finalmente, he decidido participar activamente en la campaña de diálogo que está promoviendo el Departamento de Estudiantes de Europa, y esto me está permitiendo abordar mis conversaciones con más profundidad, y así romper los límites de la distancia y transformarla en cercanía de corazón.

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