«¡Hagan todo lo posible…!»


Orientación para la SGEs


¡Hagan todo lo posible…!
¡No acepten la derrota!
¡Abran las puertas que conducen al nuevo siglo!
DAISAKU IKEDA


Daisaku Ikeda (segundo desde la izquierda), ante la línea divisoria entre Berlín Occidental y Oriental, con la Puerta de Brandenburgo de fondo (8 de octubre de 1961) | Foto: Seikyo

En el editorial que escribió para la edición de este mes de la revista de estudio de la Soka Gakkai, Daibyakurenge, Daisaku Ikeda recuerda sus sentimientos cuando vio con sus propios ojos, en octubre de 1961, el Muro de Berlín.[1] Este había sido levantado hacía apenas dos meses. En pie frente a la Puerta de Brandenburgo, Ikeda Sensei constató, indignado, que la fuerza del mal que divide y separa a las personas se había manifestado nuevamente en la construcción de esa divisoria. Era el mismo mal, la misma naturaleza diabólica, que su maestro Josei Toda había denunciado en su llamamiento a la abolición de las armas nucleares del 8 de septiembre de 1957. Ikeda Sensei oró por la desaparición del muro, que, en efecto, caería 28 años después. Estaba convencido de que el poder supremo para derrotar tal función demoníaca no era otro que la naturaleza de Buda inherente a todos los seres humanos, a cuyo despertar en Europa se dedicaría en cuerpo y alma.

Con esa determinación, el día 15 de ese mismo mes de octubre de 1961, Sensei llegó a España por primera vez. Como él mismo escribiría más tarde en su obra La nueva revolución humana –en el capítulo del que proviene también la cita que da título a este artículo–, conmovido por las historias de Pau Casals y Pablo Picasso, ambos comprometidos con la justicia como contemporáneos de una era de cataclismo y confusión, «se sintió impelido a llamar en su corazón a los miembros españoles del futuro»,[2] ya que todavía no había en el país ningún integrante de la Soka Gakkai.

La oración y la convicción del maestro en la futura aparición de los Bodisatvas de la Tierra descritos en el Sutra del loto, quienes asumirían su misión «con el mismo corazón que Nichiren»,[3] ha sido el hilo conductor de todos los encuentros y diálogos que ha mantenido desde entonces, y la causa del actual desarrollo del kosen-rufu en nuestro país.

Este 60.º aniversario de su visita, que coincide con el 10.º aniversario de la inauguración de la actual sede central de la SGEs, el Centro Cultural Soka,[4] y que se enmarca en el primer año de la década hacia el centenario de la fundación de Gakkai en 2030, constituye un ilusionante punto de partida. Que llegue en una época tan complicada como la que nos está tocando vivir hace que, además, represente una oportunidad de sentar una gran causa para lograr la budeidad e influir positivamente en el lugar donde nos encontramos.

En referencia a las circunstancias difíciles que, en diferentes momentos, los maestros y discípulos de la Soka hemos vivido individualmente y como organización desde los tiempos del primer presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi hasta hoy, Ikeda Sensei escribió en una ocasión que «Nuestro verdadero valor, nuestra auténtica fibra como discípulos y practicantes del budismo Nichiren se ponen de manifiesto en nuestras respuestas y comportamiento en horas así».[5]

En un momento como el actual, podemos, una vez más, volver a nuestro punto principal: hacer del respeto a la dignidad de la vida nuestro cimiento, y consecuentemente proteger nuestra vida y la de los demás, esforzándonos con mayor creatividad aun para experimentar y brindar felicidad.

Nichiren Daishonin escribe sobre el valor de la vida humana en pasajes como los siguientes:

Pero, de todos los tesoros, el mayor es la vida. Se dice que el valor de nuestro cuerpo y de nuestra existencia es superior, incluso, al de todas las riquezas de un gran sistema planetario. Ni siquiera los tesoros que colman el universo pueden reemplazar la vida.[6]

La vida es el más preciado de todos los tesoros. Un solo día extra de vida vale más que diez millones de ryos de oro. […] Si vive incluso un día más, podrá acumular muchísimos más beneficios. ¡Qué valiosa es, realmente, su vida![7]

Nuestra actual campaña «Cien mil diálogos de esperanza», a la que los miembros del Departamento de Jóvenes están dando un admirable impulso, cobra en el actual contexto un sentido extraordinario, como motor de aliento a las personas que nos rodean y con las que tomamos la iniciativa de relacionamos.

En una oportunidad, Ikeda Sensei se dirigió a sus jóvenes discípulos con las siguientes palabras:

Nada es más noble que buscar formas de hacer realidad y expandir el kosen-rufu en cada comunidad. Sin este esfuerzo cotidiano, el kosen-rufu sería un ideal abstracto e impracticable. En definitiva, lo más importante es recitar daimoku y volcar la creatividad y la sabiduría que extraemos en las acciones que llevamos a cabo en bien del kosen-rufu. Les pido que se responsabilicen de manera personal, se unan a sus compañeros y compañeras y avancen con determinación férrea.

Decidan triunfar en el lugar donde se encuentren, hagan daimoku, devánense los sesos y procuren impulsar el kosen-rufu en su vecindario. Así actúan los verdaderos triunfadores y, por eso, siempre cuentan con la protección de las funciones universales.

[…] Les pido, amigos del Departamento de Jóvenes, que iluminen su sociedad y su comunidad con un ejemplo positivo y optimista.[8]

En torno a este 15 de octubre, en el que –conmemorando aquel de 1961– celebramos el Día de Maestro y Discípulo de la SGEs, revivamos en nuestros corazones la sabiduría, el coraje y el amor compasivo que Ikeda Sensei desplegó en su histórica primera visita a nuestro país. Precisamente porque vivimos en una época tan confusa e incierta como la actual, ¡sigamos convocando a los «Picassos y Casals de la Ley Mística»[9] en respuesta al llamamiento de nuestro mentor!


[1]Los editoriales de Daibyakurenge son accesibles, bajo suscripción, como complemento a la edición digital de Civilización Global, en el apartado Para el mes> Editorial.

[2]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 5 y 6, capítulo «La alegría», págs. 51-54.

[3]El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 406.

[4]Véase también, en este número, la sección «Especial».

[5]IKEDA, Daisaku: «“Mis discípulos y yo”: Lograr la budeidad mediante la fe firme en el momento crucial», Daibyakurenge, agosto de 2005.

[6]La ofrenda de arroz, en END, pág. 1171.

[7]Sobre la prolongación de la vida, en END, pág. 1001.

[8]IKEDA, Daisaku: «Abrir nuevas rutas donde no había ningún camino», Soka Shimpo, 16/10/2013.

[9]Véase ib. nota 2.

Scroll al inicio