Conmemorando el 2 de octubre
El 2 de octubre es una fecha llena de significado para la cultura de paz. Natalicio del Mahatma Gandhi, las Naciones Unidas lo designaron en 2007 Día Internacional de la No Violencia. En la Soka Gakkai se celebra, además, como Día de la Paz Mundial, recordando que el 2 de octubre de 1960 Daisaku Ikeda emprendió, con su primer viaje fuera de Japón, el camino para establecer los cimientos de un movimiento global que contribuyera a construir la paz con el respeto a la dignidad de la vida como base.
Este año, toda esa carga simbólica se puso de relieve en la mañana del domingo 1 de octubre a través de varios actos conmemorativos que tuvieron lugar en el Jardín de la Paz, la zona verde pública que rodea el Centro Cultural Soka en Rivas-Vaciamadrid. Estos fueron la presentación oficial de la exposición «Semillas de esperanza y de acción: Hagamos realidad los ODS», una iniciativa conjunta de la SGI y Carta de la Tierra Internacional; la inauguración de la segunda fase del Jardín de la Paz, que queda así abierto en su totalidad; y la plantación conmemorativa de un olivo.
A esta serie de actos asistieron miembros y representantes electos de la ciudadanía de Rivas, representantes de la SGEs, los participantes en el curso de la SGI de Europa realizado ese fin de semana en el Centro Cultural Soka (véase la noticia en esta misma sección) y, como invitados especiales, Carlos Umaña, miembro del grupo directivo internacional de ICAN, Ana Belén García Varela, subdirectora del Instituto Ikeda, e Inés Mazarrasa, directora de la Fundación Pluralismo y Convivencia, que auspició la instalación de la exposición en el jardín.
Tras el descubrimiento del cartel de la exposición, pronunciaron unas palabras –con interpretación consecutiva, para que el mensaje llegara tanto en castellano como en inglés– Enrique Caputo, director general de la SGEs; Suzanne Pritchard y Robert Harrap, copresidentes de la SGI de Europa, y Aída Castillejo, alcaldesa de Rivas. En conjunto, se puso de manifiesto que, más allá de la simple inauguración de un jardín, se estaba materializando el resultado de una lucha ciudadana conjunta en bien de la paz y la sostenibilidad, en bien del presente y del futuro.
Tras los parlamentos se formalizó, dentro ya del área del jardín recién inaugurada, la plantación de un olivo, árbol de paz, en la que tomaron parte varias de las personalidades presentes, de la mano de representantes de las generaciones más jóvenes. La serie de actos culminó con la entonación, por parte de todos los presentes, del Himno a la alegría, un símbolo de fraternidad regalado por Europa al mundo.
Paralelamente a estos eventos, el Jardín de la Paz ha estrenado sitio web.