Mensajeros de Paz


Nobuko García Inoue · Rivas-Vaciamadrid


Hay un episodio inolvidable de cuando Toda Sensei, en 1950, ponderaba la idea de fundar lo que luego sería el periódico Seikyo. Preguntó: «Daisaku, ¿por qué crees que los discípulos de Nichiren Daishonin pudieron superar las persecuciones a las cuales fueron sometidos a causa de sus convicciones? […] El Daishonin, para alentar a sus seguidores, escribía una carta tras otra. Por eso, ellos pudieron mantenerse imperturbables ante todas las adversidades sociales y personales. Daisaku, ¡fundemos un diario que exprese plenamente esta intención del Daishonin!».*

Inspirada por este diálogo, decidí luchar yo también para superar las dificultades junto a las mujeres de mi zona de la SGEs a través de enviar por escrito el aliento de Ikeda Sensei. Y he descubierto que, desde entonces, sus palabras me llegan a mí misma cada día. Me han recordado el coraje de perseverar en lo más hondo del corazón y la convicción de que todo puede cambiar, sin falta.

El año pasado logré entablar mil diálogos de esperanza, y presencié un gran desarrollo en mi barrio y en mi trabajo. A través del diálogo, mi primo y un vecino mío han empezado a leer Civilización Global. Aunque ahora mismo no nos estamos reuniendo físicamente, estamos unidos al nivel del corazón gracias a la palabra escrita.


* Véase IKEDA, Daisaku: «Un baluarte del periodismo que afirma la dignidad de la vida».

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