Propagar la luz del respeto a la dignidad de la vida mediante el diálogo


A continuación presentamos el extracto de un reciente ensayo de Daisaku Ikeda perteneciente a la serie Nuestra brillante revolución humana.

El poder de crear historia nace de profundas relaciones de vida a vida. En particular, los valientes esfuerzos realizados por los sucesores para responder a la confianza depositada en ellos por sus predecesores abren una nueva época.

En el año 223, hacia el final de la vida de Liu Bei –fundador del reino de Shu Han en China–, este confió el futuro de sus dominios a su primer ministro Zhuge Liang, un gran héroe del período de los Tres Reinos (220-280). Liu Bei había hecho [en 207] tres visitas personales a Zhuge Liang, veinte años más joven que él, para pedirle su apoyo. Juntos lograron grandes proezas. Cuando se acercaba la muerte del gobernante, Zhuge Liang le juró que se consagraría a proteger el reino con todas sus fuerzas y lealtad.

La relación entre Liu Bei y Zhuge Liang es ensalzada por asemejarse a la de los peces y el agua en que nadan. Dieciocho siglos después, el épico ejemplo de devoción de Zhuge Liang como sucesor de Liu Bei sigue brillando sin merma.

Una famosa escena de la función especial de la ópera china Romance de los tres reinos, en la que Zhuge Liang se levanta en respuesta a las «tres visitas» de Liu Bei (junio de 2006, representación en la Universidad Soka, en Hachioji) | Foto: Seikyo Shimbun

En La herencia de la Ley suprema de la vida, Nichiren Daishonin alude a este vínculo para subrayar la importancia de la unión, señalando que sus discípulos deberían «trascender todas las diferencias» que pudiera haber entre ellos «hasta volverse inseparables como los peces y al agua en que nadan».[1] Hoy, unidos por los lazos de maestro y discípulo, los miembros de la Soka Gakkai estamos avanzando juntos con un mismo corazón y mente para cumplir el gran juramento del kosen-rufu, tal cual nos enseña el Daishonin. […]

Cuando Josei Toda hablaba sobre el Romance de los tres reinos, a veces se lamentaba de que alguien con un talento tan extraordinario como Zhuge Liang no hubiese tenido el tiempo o la buena fortuna necesarios para forjar suficientes sucesores.

En cambio, los jóvenes de la Soka Gakkai de esa época tuvimos la fortuna de recibir capacitación del maestro Toda, cuyo amor compasivo nos nutrió como el sol, y de trabajar a su lado para construir un indestructible bastión de valores humanos. Nuestra deuda con él es verdaderamente profunda.

Juré y determiné, desde lo más hondo de mi ser, que yo había nacido en este mundo para asegurar que todos esos Bodisatvas de la Tierra que Toda Sensei había convocado crecieran espléndidamente y fuesen felices, y para crear una corriente incesante de personas sobresalientes que contribuyeran al kosen-rufu y la sociedad.

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Los jóvenes se entrenan a través de realizar labores concretas por el kosen-rufu. La clave yace en sumergirse entre la gente y en asumir activamente desafíos en bien del budismo, de la felicidad de las personas y del bienestar del conjunto de la sociedad. De este modo, la juventud puede dar grandes pasos adelante en su revolución humana.

Los jóvenes se entrenan a través de realizar labores concretas por el kosen-rufu. La clave yace […] en asumir activamente desafíos en bien del budismo, de la felicidad de las personas y del bienestar del conjunto de la sociedad

El Daishonin dedica generosas palabras de elogio a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu, quien brindó apoyo y protección a muchos compañeros de fe durante la persecución de Atsuhara,[2] aun cuando él mismo estaba afrontando dificultades y hostigamientos. Escribe: «[U]sted ya es como el devoto del Sutra del loto […] por haber protegido a mis seguidores de Atsuhara con tanta sinceridad. […] Y la única razón es que ha dedicado su vida al Sutra del loto».[3] En otro escrito, asegura a Tokimitsu que recibirá inmensos beneficios durante su existencia.[4] Y, tal como el Daishonin aseveró, Tokimitsu vivió una vida victoriosa, dedicada al kosen-rufu.

No hay duda de que el Daishonin aplaudiría sin reservas a nuestra juventud Soka, cuyos miembros hoy alientan y apoyan con coraje a sus compañeros miembros, mientras se esfuerzan con altruismo por la seguridad y la prosperidad de la gente. Sin falta, estos preciados y nobles discípulos, que en sus años juveniles están adquiriendo virtudes invisibles, cosecharán una ilimitada recompensa visible y recibirán el beneficio de ser apreciados como faros de esperanza en Japón y en el mundo entero. […]

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Este año, los cerezos en Japón florecieron temprano, justo a tiempo para las ceremonias de graduación de las escuelas Soka, la Universidad Soka y el Instituto Superior Soka para Mujeres Jóvenes.[5]

En los últimos años, nuestros amigos de los departamentos Futuro y de Estudiantes, al igual que los nuevos graduados que se incorporan al ámbito laboral, han resistido con paciencia las dificultades impuestas por la pandemia de la COVID. Mi esposa y yo estamos orando cada día para que sigan creciendo con resiliencia como jóvenes cerezos, emprendiendo nuevos desafíos.

Cerezos en plena floración bailan de alegría, como alas que se elevan hacia un cielo azul (foto tomada por Daisaku Ikeda en marzo pasado, en Tokio) | Foto: Seikyo Shimbun

Frente a la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu en Shinanomachi, Tokio, se yergue orgullosamente el Cerezo de los Jóvenes, que tiene casi tantos años como la Soka Gakkai. Cerca del suelo, el tronco tiene unos dos brazos de perímetro; las rugosidades y surcos de su corteza se asemejan a las arrugas de una sonrisa. Gracias al trabajo de sinceros «guardianes de los cerezos», sigue floreciendo con eterna juventud y vela por nuestros visitantes como una madre afectuosa.

Creo que al Cerezo de los Jóvenes podríamos también llamarlo «Cerezo de las Madres» o «Cerezo de los Muchos Tesoros». Lo digo porque me recuerda a las mujeres de la Soka y a los maravillosos camaradas del grupo Muchos Tesoros de todo Japón y el mundo, que se dedican con destreza al diálogo para la paz y la felicidad humana, haciendo brotar flores de aliento, esperanza, beneficio y triunfo.

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El presidente fundador de la Soka Gakkai Tsunesaburo Makiguchi vivió con una fuerza vital vibrante como la del Cerezo de los Jóvenes en plena flor. Valoraba el aforismo: «Si te renuevas un día, puedes renovarte otro día, y continuar haciéndolo diariamente».[6]

Inspirado en estas palabras predilectas del maestro Makiguchi, yo inicié un nuevo desafío cuando cumplí setenta años. Además de mi novela por entregas La nueva revolución humana, comencé a escribir una serie de ensayos titulada «Reflexiones sobre La nueva revolución humana» (a partir de enero de 1998).

En los 25 años transcurridos desde entonces, he completado varias colecciones de ensayos con diferentes títulos. Este ensayo es el número 800 que he escrito hasta la fecha.

Si te renuevas un día, puedes renovarte otro día, y continuar haciéndolo diariamente.

Estoy muy agradecido por el apoyo de mis lectores a lo largo de este tiempo; he llegado hasta esa cifra a través de escribir un ensayo y luego otro. Nichiren Daishonin observa: «Uno más uno se convierte en dos; dos se hacen tres, y así, sucesivamente, hasta formar diez, cien, mil, diez mil, cien mil o un asamkhya.[7] Sin embargo, el uno es la madre del todo».[8]

Estas palabras también traen a mi mente el esfuerzo incansable de nuestros miembros, los bodisatvas Jamás Despreciar de la Soka, que día tras día entablan diálogos con un sinfín de personas, mostrando el más profundo respeto a la naturaleza de buda de cada una de ellas y abrazándolas con un corazón sincero y abierto.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin afirma: «Es como cuando uno mira un espejo y hace una reverencia: la imagen reflejada también se inclina ante uno».[9]

Los incansables esfuerzos en el diálogo realizados, en el nivel ciudadano, por nuestra familia Soka son como un espejo brillante, que proyecta a la sociedad y el mundo la gran luz del respeto a la dignidad de la vida y a todas las personas.

Con este 800.° ensayo como nuevo punto de partida, estoy decidido a seguir escribiendo –guiado por la ocasión y adonde mi pluma me lleve– con la sincera oración de que todos nuestros miembros del mundo gocen de un futuro glorioso.

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A propósito, el número «800» aparece en este pasaje de un escrito del Daishonin titulado «Distintas personas con un mismo propósito»: «El rey Chou de la dinastía Yin encabezó un ejército de setecientos mil soldados contra el rey Wu de la dinastía Chou y sus ochocientos hombres. Así y todo, el ejército del rey Chou perdió a causa de la desunión [lit.: una persona con distintos propósitos], mientras que los hombres del rey Wu triunfaron gracias a su unión perfecta [lit.: distintas personas con un mismo propósito]».[10] Durante la campaña de Osaka,[11] los miembros y yo grabamos estas palabras en nuestro corazón, decididos a hacer posible lo imposible.

Por escarpado y difícil que sea el camino ante nosotros, tenemos la «estrategia del Sutra del loto»,[12] con la cual lograr todos nuestros objetivos. Y tenemos a los compañeros miembros, camaradas en nuestra lucha conjunta por la verdad y la justicia, en quienes podemos confiar absolutamente. En los tiempos difíciles, especialmente, nos alentamos unos a otros, nos infundimos el coraje de los leones reyes y desplegamos la fuerza de una unión indestructible.

Por escarpado y difícil que sea el camino ante nosotros, tenemos la «estrategia del Sutra del loto», con la cual lograr todos nuestros objetivos.

Aprovechando al máximo las cualidades de cada uno, sigamos ampliando nuestra red de amigos con ideales afines y logremos victorias resonantes en bien de un mundo mejor, mientras trabajamos juntos con armonía, actitud positiva y alegría en unión de «distintas personas con un mismo propósito». Hagamos que los cerezos de la Soka florezcan triunfalmente en los lugares donde hemos elegido cumplir nuestra misión y sean símbolos de esperanza en un futuro brillante, en el que prevalezca el respeto a la dignidad de la vida y donde toda la humanidad pueda convivir en armonía y paz.

(Traducción del artículo publicado el 27 de marzo de 2023 en el Seikyo Shimbun).


[1] ↑ La herencia de la Ley suprema de la vida en END, pág. 227.

[2] ↑ Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin en la aldea de Atsuhara, en el distrito Fuji de la provincia de Suruga (actualmente, zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron cerca de 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente.

[3] ↑ Véase El próspero Sudatta, en END, pág. 1133.

[4] ↑ Véase La buena fortuna en esta vida, en END, pág. 686.

[5] ↑ En Japón, las ceremonias de graduación se celebran en marzo y el nuevo ciclo lectivo empieza en abril.

[6] ↑ CONFUCIO: The Great Learning (La gran sabiduría), trad. ingl. A. Charles Muller. Disponible en línea.

[7] ↑ Asamkhya: Antigua unidad numérica de la India empleada para denotar valores extremadamente elevados.

[8] ↑ Los beneficios del «Sutra del loto», en END, pág. 700.

[9] ↑ OTT, pág. 165.

[10] ↑ Distintas personas con un mismo propósito, en END, pág. 648.

[11] ↑ Campaña de Osaka: En mayo de 1956, los miembros de Kansai, unidos en torno al joven Daisaku Ikeda, quien había sido enviado a ese lugar por Josei Toda para servirles de apoyo, lograron el ingreso de 11 111 nuevas familias como practicantes del budismo Nichiren en la Soka Gakkai.

[12] ↑ Véase La estrategia del «Sutra del loto», en END, pág. 1045.

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