Una oración poderosa

En esta sección ofrecemos recursos para las reuniones de diálogo de la SGEs. Estos son: una cita que alumbra la trascendencia de los esfuerzos que cristalizan en estos encuentros («Globalmente»), una presentación de uno de los grupos que los sostienen («Localmente»), un pasaje de los escritos de Nichiren Daishonin comentado por Daisaku Ikeda («Avanzando con el Gosho»), una «Perspectiva» y algunas «Palabras clave».


GLOBALMENTE

«En mi segunda conferencia en la Universidad de Harvard (en 1993), señalé que una religión capaz de propiciar un renacimiento humano –en otras palabras, de empoderar a las personas para que sean más fuertes, mejores y más sabias– mostraría el rumbo para construir una cultura de verdadero humanismo en el siglo XXI.

Nuestras reuniones de diálogo son jubilosos encuentros de los cuales salimos energizados y esperanzados, como protagonistas de nuestra revolución humana; sentimos que renace en nosotros la fuerza de la Budeidad para remontar aún el karma más adverso.

Asimismo, son espacios donde interactuamos como una familia desde el tiempo sin comienzo, trascendiendo todas las diferencias, creyendo en el potencial positivo de los demás y dándonos aliento e inspiración unos a otros. Son modelos de tolerancia y de armonía, como los que tanto demanda y anhela la humanidad.

Y, no menos importante, las reuniones de diálogo son un ámbito de capacitación para aprender y practicar la suprema filosofía del respeto a la dignidad de la vida.

Son lugares donde jóvenes y mayores estudian y debaten vivamente los principios del budismo Nichiren, para adquirir sabiduría con la cual crear valor».

(IKEDA, Daisaku: «Nuestras reuniones de diálogo Soka, un espacio de esperanza», Daibyakurenge, noviembre 2019, traducción disponible en www.sgi-es.org/publicaciones/editorial/noviembre-2019/).


LOCALMENTE

Grupo Al Alba | Foto enviada por Cruz Zanón

El nombre de este grupo de diálogo precursor, de cuya radiante Asamblea de la Victoria Soka presentamos una imagen, nos recuerda que el budismo Nichiren es el «budismo del sol», y nos alienta a la renovación cotidiana. «Al Alba» también evoca la tierra en que se reúne: la valenciana, una de las primeras en ver despuntar el día que luego compartimos.

(Envío de fotos a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com)


AVANZANDO CON EL GOSHO

Aunque uno apuntara a la tierra y errase, o pudiera liar el firmamento; aunque la marea dejara de subir y bajar, o el sol saliera por el poniente; jamás podría ocurrir que las oraciones del practicante del Sutra del loto quedaran sin respuesta.

(Pasaje de «Sobre la oración», END, pág. 364).

«Como cita el Daishonin en un pasaje que apreciaba mucho el fundador y primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi: “Cuanto más firme es la fe, mayor es la protección de los dioses”.[1]

En otro de sus escritos [«El Palacio Real»], el Daishonin afirma: “El hecho de que las oraciones de ella no obtengan respuesta es como un arco fuerte tendido con una cuerda débil, o como una filosa espada en manos de un cobarde. De ninguna manera es culpa del Sutra del loto”.[2] El Daishonin recalca una y otra vez que la fe firme es el factor esencial para que nuestras oraciones generen una respuesta.

Él mismo, cuando fue llevado al sitio de ejecución durante la persecución de Tatsunokuchi, amonestó a las deidades celestiales y reprendió al bodisatva Hachiman por no estar cumpliendo su juramento de proteger a los practicantes del Sutra del loto.

En definitiva, la fe no es pedir ayuda externa a las deidades celestiales, sino activar las funciones protectoras dentro de nuestra propia vida que corporifica la Ley Mística.

El Daishonin cita un pasaje [del gran maestro chino Miao-lo]: “Cuando accedemos al Camino del Buda, hacemos que […] nuestro cuerpo y nuestra mente, a cada instante, impregnen todo el mundo de los fenómenos”.[3] En efecto, nuestra mente y nuestra vida pueden abarcar el universo entero. En otras palabras, podemos hacer que todo en el universo, incluso las fuerzas más negativas y hostiles, sean nuestras aliadas. Así es el poder infinito de la Ley Mística».

(Fragmento de «El Departamento de Mujeres: Soles de esperanza que iluminan el siglo de la mujer»).[4]


PERSPECTIVA

En la misma disertación de la que se ha extraído el comentario anterior, Daisaku Ikeda expone: «El universo […] siempre está en movimiento. La Ley suprema que gobierna esta actividad incesante es Nam-myoho-renge-kyo, la esencia del Sutra del loto. Como escribe Nichiren Daishonin: “[L]o que permite a las deidades del Sol y de la Luna no apartarse de sus órbitas […] es el poder de la Ley budista”.[5] Nam-myoho-renge-kyo es la ley primaria que da forma a todo lo que existe en el universo. La práctica de entonar daimoku y la dedicación a la Ley Mística permiten a nuestra vida fusionarse con el ritmo asombroso del universo. La oración, entonces, es la forma en que el microcosmos de nuestro ser se alinea con el macrocosmos universal. Por medio de las oraciones basadas en la Ley Mística, desplegamos en nuestra propia vida la fuerza suprema, la sabiduría y el amor compasivo del universo».[6]


PALABRAS CLAVE
Oración · Fe · Protección de las funciones universales


[1] END, pág. 644.
[2] Ib., pág. 512.
[3] Ib., pág. 805.
[4] Véase este número, «El Departamento de Mujeres (2/3)».
[5] END, pág. 719.
[6] Véase este número, «El Departamento de Mujeres (2/3)».

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