Convertirse en una persona que nunca se entregue a la derrota


Jóvenes fénix · A los miembros del Departamento Futuro de la SGEs


¡Hola, compañeras y compañeros!

Esperamos que os encontréis bien y resguardándoos del frío del invierno. Ikeda Sensei dice que «cada mes tiene algo especial»,[1] y febrero le complace especialmente porque es el mes en el que nació su maestro y segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, el 11 de febrero de 1900: «Cuando pienso en ello, el clima invernal de febrero me inspira deseos de desafiarme».[2]

Este mismo deseo de desafío también lo tuvo Ginko Ogino. Ella se convirtió en la primera médica de Japón en una época en la que se pensaba que las mujeres no tenían la necesidad de educarse. Su determinación de ser médica surgió cuando, estando enferma, asistía al médico y vio que todos los médicos eran hombres. Con el deseo de ayudar a mujeres que se veían en sus mismas circunstancias, decidió convertirse en médica, para lo cual tuvo que superar muchas dificultades y oposición.

Igual os preguntaréis: ¿cómo pudo superar dichos obstáculos? Ikeda Sensei responde a esta pregunta:

Por su deseo de ayudar a quienes experimentaban el mismo sufrimiento que ella había padecido. Su corazón compasivo, su compromiso de ayudar a los demás y su deseo de contribuir a la sociedad fortalecieron increíblemente su espíritu.
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Preocuparse solo de las propias necesidades y deseos puede parecer lo más sencillo. Pero esto empequeñece el corazón. Si uno dirige sus estudios hacia propósitos más grandes, como ayudar a los demás y mejorar la sociedad, también aprende a ser más bondadoso y adquiere mayor grandeza como ser humano. Las personas de gran corazón pueden no solo superar sus dificultades, sino también llegar a ser muy felices.
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Los momentos en que uno se topa con un muro o barreras aparentemente insalvables son, en realidad, oportunidades para expandir vuestra vida.[3]

Qué alentador es saber que uno puede llegar a ser muy feliz y superar las dificultades cuando, al mismo tiempo que estamos pasando por una dificultad, pensamos: «¿de qué manera puedo ayudar a los demás?».

Además, fue gracias al aliento de una amiga que Ginko Ogino se animó a seguir estudiando y abrir un nuevo camino para el bien de las mujeres de Japón. Ikeda Sensei nos recuerda: «Para vivir con la actitud de no ser vencidos jamás, la clave es la entonación de Nam-myoho-renge-kyo, que transforma todos nuestros problemas en energía para avanzar y nos ayuda a extraer coraje y sabiduría».[4]

¡Sigamos entonando este daimoku y coloreando nuestros pasos de coraje, creando nuevas amistades y avanzando alegres por el camino hacia la victoria!


[1]IKEDA, Daisaku: Un arcoíris de esperanza, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2022, pág. 65.

[2]Ib.

[3]Ib., pág. 118.

[4]Ib.

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