N.º 200 · Diciembre 2021
Es importante que adoptemos un enfoque gradual y que cultivemos tenazmente el suelo espiritual del pueblo, para que pueda dar lugar a una abundante cosecha de felicidad. Como expresó ese gran coloso de la no violencia que fue el Mahatma Gandhi (1869-1948), «el bien avanza a la velocidad del caracol».
La frase que cierra este pasaje, extraído de la disertación de Daisaku Ikeda que integra la sección «Estudio mensual» de esta edición, es extremadamente gráfica y mueve, como el conjunto de la cita, a la reflexión.
El mismo Ikeda ha señalado en otras ocasiones que la construcción requiere esfuerzos arduos y tenaces, mientras que la destrucción puede ocurrir en apenas un instante.
Entonces, ¿la carrera entre el bien y el mal, entre la construcción y la destrucción, entre las causas de la felicidad y las de la infelicidad está inevitablemente perdida? Nuestra respuesta es un rotundo NO.
Unas líneas más abajo del párrafo antes citado, leemos: «Ahora que nos disponemos a un nuevo comienzo [en vísperas del año entrante], […] reafirmemos la importancia de mantener una fe firme, constante e inquebrantable». Firmeza, constancia… ¿No son estas las virtudes que permitieron a la lenta tortuga de la fábula atribuida a Esopo ganar la carrera a una rapidísima, pero soberbia, liebre? Y, si se es capaz de llegar a la meta antes que un rival veloz, ¿se sigue siendo «lento»?
Nos hemos visto en la responsabilidad de plantearnos esto en este artículo introductorio porque se da la circunstancia de que, en este mismo número de Civilización Global, en la sección «Este mes» se anuncia que el lema de la Soka Gakkai para 2022 es «Año de los jóvenes y del avance dinámico». La aparente contradicción entre el asumir que, como promotores del bien, nuestro avance es «lento» y el proponernos protagonizar un «avance dinámico» es en realidad así: solo aparente.
Es normal que, si somos muchos, cada vez más, nuestro avance conjunto pueda parecer lento. Pero mírese así: cuando cien personas dan un solo paso juntas, decididas a no dejar a nadie atrás, suman diez veces más pasos que cuando una sola persona da diez pasos. De la importancia de la construcción de esta clase de red amplia, y del valor del papel de quienes velan más de cerca por sus integrantes, nos habla el ensayo publicado en la sección «Punto de partida».
Con la reciente celebración de la 26.ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) como trasfondo, «Especial», «Mi historia» y «En sociedad» llaman a mantener y transmitir una esperanza activa, y a seguir avanzando con aquella constancia capaz de hacernos ganar carreras aun ante plusmarquistas. «De pie y de paz» subraya el protagonismo de los dinámicos jóvenes en esta misma competición.
«Para dialogar» relaciona nítidamente lo anterior con la práctica budista en la Soka Gakkai.
Y, ya terminando este recorrido por las secciones de la revista, «Actualidad» informa de un amplio abanico de novedades, entre las cuales las contenidas en un apartado editorial más extenso de lo habitual. También la portada refleja un dato concerniente a este ámbito: Civilización Global ha llegado a su número 200.
Motivados por esto último, concluimos esta introducción –además de deseándoles una buena lectura– agradeciendo a nuestras lectoras y lectores todo su apoyo hasta hoy.