Con motivo de la COP26
La COP26 es una oportunidad vital para una acción de auténtica solidaridad global por el abordaje del «código rojo del cambio climático» que enfrenta la humanidad. Además de acelerar la reducción de gases de efecto invernadero, resulta crucial que las conclusiones de la COP26 no dejen a nadie atrás, fortalezcan la educación, brinden mayores oportunidades de liderazgo a los jóvenes y empoderen a todos para sembrar las semillas de esperanza y acción.
1. DIRIGIR LA ATENCIÓN AL SUFRIMIENTO HUMANO
Es fundamental que prestemos atención al sufrimiento real que los individuos y las familias ya están padeciendo en todo el mundo como resultado de la crisis climática. Esta realidad suele quedar oculta en los datos macroeconómicos. Se requiere compasión para entender la angustia de quienes se ven directamente afectados por los múltiples efectos de la emergencia climática, valentía para hacer frente a situaciones dolorosas, y sabiduría para identificar las acciones que podemos emprender, tanto individual como colectivamente, para aliviar ese sufrimiento.
Un aspecto central de nuestro enfoque debe ser escuchar y responder a las necesidades, inquietudes y opiniones de los más afectados, personas que también son vulnerables a desigualdades de género y a otras formas de discriminación estructural.
No debemos permanecer indiferentes y dejar que ningún grupo o individuo sufra solo. Como nos recuerdan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en nuestro mundo interconectado lleno de recursos, talento e ingenio humanos, no es aceptable dejar a nadie atrás.
En la COP26 es crucial que los Estados Partes y negociadores:
- Escuchen la voz de los más afectados en los países del Sur Global y de los pueblos indígenas.
- Estén dispuestos a mantener un diálogo valiente y abierto, y a escuchar verdades que resulten incómodas.
- Presten atención a los llamamientos por la justicia climática.
- Acompañen sus palabras con acciones audaces y ambiciosas para mantener el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 ºC.
- Lideren con el ejemplo y apoyen los llamamientos a favor de objetivos ambiciosos para reducir y alcanzar lo antes posible la meta cero de emisiones netas de dióxido de carbono, y una transición justa en la sociedad, con el objetivo de cambiar todas las inversiones en combustibles fósiles a fuentes de energías renovables.
- Garanticen la protección de ingresos y programas de formación para las personas que perderán su empleo a causa de esta transición de combustibles fósiles.
- Establezcan una financiación independiente por pérdidas y daños. Es imprescindible contar con un fondo internacional para estos fines.
- Reconozcan de manera plena los derechos humanos en todos los aspectos de la formulación de políticas sobre la crisis climática, incluyendo activamente las salvaguardias de derechos humanos del artículo 6 del Acuerdo de París sobre mecanismos del mercado.
2. EDUCACIÓN Y EMPODERAMIENTO
La educación sobre sostenibilidad y asuntos climáticos es de suma importancia para comprender la interrelación entre el comportamiento humano y nuestro medio ambiente y sociedades. Se necesita una educación que incluya la reflexión y el empoderamiento para que el peso del conocimiento no se convierta en una carga. La educación debe inspirar la convicción en que cada uno de nosotros posee tanto el poder, como la responsabilidad de generar un cambio positivo a escala global.
En la COP26 es crucial que los Estados Partes y negociadores:
- Fortalezcan los seis elementos de la Acción para el Empoderamiento Climático (ACE, por sus siglas en inglés): (1) educación, (2) formación, (3) concienciación pública, (4) participación ciudadana, (5) acceso público a la información, y (6) cooperación internacional en estos asuntos.
- Adopten un nuevo programa de Acción para el Empoderamiento Climático enraizado en los derechos humanos, que proporcione una visión a largo plazo hacia el 2030 en línea con la Agenda 2030, y un plan de acción detallado de 5 años con directrices para la presentación de informes periódicos y seguimiento.
- Integren las propuestas de la Acción para el Empoderamiento Climático en todos los flujos de trabajo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), incluyendo mecanismos de financiación, y establezcan nuevos mecanismos para asegurar un mejor intercambio de información e inclusión entre las partes y los interesados que no son parte, como los grupos de trabajo, espacios de Acción para el Empoderamiento Climático y un fondo para generar capital.
3. COMPROMISO Y LIDERAZGO DE LOS JÓVENES
Escuchar la voz de los jóvenes no es opcional; es el único camino lógico para seguir adelante si estamos realmente preocupados por el futuro del planeta.
Los jóvenes poseen la lucidez, la creatividad y la audacia que nos permiten avanzar para salir de los antiguos estancamientos y de refrescar nuestro espíritu. Debemos invertir nuestra energía para empoderarlos y apoyarlos, trabajando junto a ellos con el objeto de encontrar soluciones a todos los problemas que tenemos por delante.
En la COP26 es crucial que los Estados Partes y negociadores:
- Escuchen, compartan y amplíen la voz de los jóvenes, incluyendo especialmente los resultados del evento Youth4Climate previo a la 16.ª Conferencia de la Juventud (COY16, por sus siglas en inglés).
- Ofrezcan a los jóvenes oportunidades reales de liderazgo en cuestiones climáticas.
Desde una perspectiva más amplia de las Naciones Unidas es esencial:
- Celebrar cumbres de jóvenes a nivel regional y nacional en torno al clima y otros retos post-COVID que debemos enfrentar juntos.
- Establecer un Consejo de Jóvenes de la ONU que regularice y sostenga el compromiso y liderazgo de los jóvenes.
- Que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución para el fomento de la normalización en la participación de los jóvenes al tomar decisiones relacionadas con el clima, similar a la Resolución 2250 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que urge a los estados miembros a fortalecer el papel de los jóvenes en cuestiones de paz y de seguridad.
4. LA SOCIEDAD CIVIL TOMA LA INICIATIVA: SEMBRAR SEMILLAS DE ESPERANZA Y ACCIÓN
En su propuesta de paz del 2020, Daisaku Ikeda afirma:
«Cada uno, partiendo del lugar donde está ahora, tiene el potencial de ser el arquitecto de una sociedad global sostenible, y […] cada una de nuestras acciones es una semilla del cambio, una semilla de la esperanza».
Las implicaciones de la crisis climática son tan profundas y complejas que pueden resultar desalentadoras y abrumadoras, hasta el punto de que las personas se sientan sin fuerza ni esperanza. Por ello es crucial que tomemos acciones en el ámbito local de cualquier manera posible.
Y al sumarnos a otros para emprender una acción colectiva incrementamos enormemente nuestra capacidad y nuestra confianza en que se puede lograr un cambio positivo.
Como individuos es esencial que después de la COP26:
- Nutramos la «esperanza activa».
- Vinculemos la transformación interior, como la avaricia, y ampliemos activamente la esfera de nuestra compasión, para desplegar acciones en el ámbito local a fin de abordar causas fundamentales.
- Vinculemos las pequeñas acciones a un contexto más amplio, como cultivar los propios alimentos o plantar árboles, fortaleciendo las conexiones y construyendo una solidaridad activa, uniéndonos a asociaciones de la comunidad local y en internet.
Cuando el potencial ilimitado de cada individuo florezca desempeñando el papel que solo él o ella puede realizar, el círculo de personas empoderadas se expandirá y ayudará a establecer un curso más justo y sostenible para la civilización humana y para nuestro planeta.