En esta sección ofrecemos recursos para las reuniones de diálogo de la SGEs. Estos son: una cita que alumbra la trascendencia de los esfuerzos que cristalizan en estos encuentros («Globalmente»), la presentación de uno de los grupos que los sostienen («Localmente»), un pasaje de los escritos de Nichiren Daishonin comentado por Daisaku Ikeda («Avanzando con el Gosho»), una «Perspectiva» y algunas «Palabras clave».
GLOBALMENTE
«Makiguchi Sensei daba gran importancia a las experiencias de fe de los miembros [de la Soka Gakkai]. En una oportunidad citó el caso de una mujer que había superado dificultades familiares y laborales y que, aplaudida por sus vecinos y personas cercanas, había construido un hogar armonioso; también citó el caso de un hombre que, a través de su práctica budista, había podido revivir su negocio de artes gráficas, que llevaba una década arrojando pérdidas. Nuestro fundador describía estas inspiradoras historias de renovación como […] “la prueba real de una vida dedicada al gran bien” y “la evidencia de haber logrado la budeidad en esta existencia”.
Por su parte, el maestro Toda nos enseñó que a través de nuestros esfuerzos por poner en práctica la fe en la realidad cotidiana, a la vez que enfrentamos toda clase de problemas, podemos establecer un estado de felicidad absoluta, en el que el solo hecho de vivir nos da alegría. Nada le complacía más que escuchar las experiencias de compañeros de fe que impulsaban su revolución humana y transformaban su karma.
El Daishonin señala:”[C]uando la persona capaz de dar pruebas visibles en esta existencia predica el Sutra del loto, también surgen personas capaces de creer [en el sutra]”. Makiguchi Sensei observaba que una de las singularidades de las experiencias de fe de los miembros de la Soka Gakkai es que sus protagonistas, en lugar de contentarse con disfrutar de sus propios beneficios, buscan activamente compartirlos hablando sobre ellos con otras personas. La verdad es potente».[1]
LOCALMENTE
El brillo de las sonrisas de quienes integran este grupo de diálogo de la SGEs proviene –según nos transmiten– de los desafíos que asumen sobre la base de la práctica y el estudio budistas. Retomar la formación académica, preparar unas oposiciones cuando parecía impensable, ser padres… Son solo algunos ejemplos de cómo están encarnando el principio de que «la fe equivale a la vida cotidiana».
(Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com)
AVANZANDO CON EL GOSHO
El Sutra del loto declara: «jamás contradirán la realidad verdadera». T’ien-t’ai lo comentó diciendo: «No existe ningún asunto de la vida o del trabajo que contradiga la realidad verdadera en ningún sentido». La persona de sabiduría no es la que practica el budismo alejada de los asuntos mundanos, sino, antes bien, la que comprende cabalmente los principios con los que el mundo se gobierna.
(El kalpa de disminución, en END, pág. 1167).
«La esencia de nuestra práctica budista yace en ofrecer pruebas reales de los principios de que «la fe equivale a la vida cotidiana» y «el budismo se manifiesta en la sociedad». […]
Alrededor del mundo, los miembros de la Soka Gakkai, partiendo de una oración donde late su juramento de dedicarse al kosen-rufu, entonan Nam-myoho-renge-kyo por la felicidad propia y de sus semejantes. Se arman de coraje y sabiduría para vencer en sus desafíos cotidianos y para dar a conocer con amor compasivo la Ley Mística a otras personas.
Como resultado de ello, en la Soka Gakkai brillan las inspiradoras experiencias de miembros que están ofreciendo pruebas tangibles de beneficios derivados de su fe y conduciendo vidas triunfales de alegría y esperanza. Estoy convencido de que, con ello, están expresando fielmente el espíritu del Sutra del loto y corporificando el verdadero camino de la práctica en el budismo Nichiren».[2]
PERSPECTIVA
En la disertación de la cual se han extraído la cita y el comentario recogidos sobre estas líneas, Daisaku Ikeda observa: «La afirmación de que “la fe equivale a la vida cotidiana” también significa que la vida cotidiana equivale a la fe. En otras palabras, cada aspecto de nuestra existencia constituye la práctica budista. Nichiren Daishonin instruye cálidamente a uno de sus diligentes seguidores laicos: “Si sigue viviendo tal como ahora [y cumpliendo a conciencia con sus responsabilidades laborales], no hay duda de que terminará practicando el Sutra del loto veinticuatro horas al día. Considere el servicio que presta a su señor feudal como la práctica del Sutra del loto”. […] El Daishonin nos urge a vivir de un modo digno de ganar el elogio de quienes nos rodean. Al actuar así, […] nuestras virtudes emanan de nuestra vida de forma natural y generan el beneficio de una protección desde el exterior. Que otras personas elogien nuestra actitud es señal de la confianza y el respeto que nos conceden en nuestro escenario de vida y nuestra comunidad».[3]
PALABRAS CLAVE
La fe equivale a la vida cotidiana · El budismo se manifiesta en la sociedad
[1] ↑ Véase este número, sección «Estudio mensual».