Impulsar nuestro movimiento poniendo en práctica los principios de que «la fe equivale a la vida cotidiana» y «el budismo se manifiesta en la sociedad» (1/3)


Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda titulada Iluminando el mundo con el budismo del sol.

El budismo Nichiren es una enseñanza que nos empodera para transformar nuestras circunstancias. Es una forma de vivir segura e infalible. Por ende, la esencia de nuestra práctica budista yace en ofrecer pruebas reales de los principios de que «la fe equivale a la vida cotidiana» y «el budismo se manifiesta en la sociedad».

La fe en la Ley Mística es una grandiosa vía que conduce a la felicidad y es una fuente de sabiduría para vencer en la vida. El budismo Nichiren es una filosofía de esperanza para llevar a cabo nuestra revolución humana y permitirnos cambiar nuestro karma; es un faro espiritual para la construcción de sociedades seguras y de un mundo de paz.

El credo con que hemos vivido los miembros de la Soka Gakkai en Japón y en el mundo es «ser personas de sabiduría y de valor invencibles, que pongan la fe en práctica en la vida diaria y que apliquen el budismo en la sociedad». Cada día avanzamos orgullosos de mantener esta convicción.

UN FIRME ANCLAJE EN LA VIDA COTIDIANA

[…] Antes de la Segunda Guerra Mundial, el [presidente fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo] Makiguchi declaró que «la suprema esencia del budismo yace en mostrar una forma de vida dedicada al valor supremo»,[1] que llamó «la forma de vida orientada al bien mayor». Agregó que el propósito de nuestra organización era mostrar, estudiar y facilitar a otros el camino que permite crear ese máximo valor –la felicidad suprema– en su vida cotidiana, por medio de nuestra manera de vivir.[2]

El maestro Makiguchi expresó con esta frase el lema de la educación Soka: «En vez de caminar mirando al cielo con ensoñación, asegurémonos de tener los pies en la tierra y de avanzar paso a paso».[3]

Con este firme anclaje en la vida real, avancemos sostenidamente, venciendo día a día. He aquí un camino pletórico de esperanza para construir una existencia firme, un sólido tesoro que contrasta con las ensoñaciones vacías.

CORPORIFICAR LA LEY DE LA VIDA

En un editorial titulado «La revolución religiosa», escrito [en julio de 1949] para el primer número de Daibyakurenge –la revista mensual de estudio de la Soka Gakkai–, mi maestro Josei Toda declaró: «La religión en su sentido original, que es el de un código de principios para vivir, debería ser un aspecto integral de nuestra vida cotidiana».[4]

Durante la Segunda Guerra Mundial, los presidentes Makiguchi y Toda fueron encarcelados por negarse a aceptar las presiones del gobierno militar del Japón. El primero falleció en prisión; el segundo finalmente recuperó la libertad. Sin dejarse vencer por esta gran persecución, nos dejaron su potente certeza de que el budismo Nichiren, en su esencia, «constituye la ley fundamental y universal de la vida».[5] Ya que dicha ley permea todas las cosas –afirmaba Makiguchi Sensei–, es infalible y puede ser corroborada de manera efectiva por cualquier persona.

Esto me hace recordar las palabras del Mahatma Gandhi, quien declaró que la historia de su vida de lucha basada en la no violencia consistía solo en sus «experimentos con la verdad»,[6] y expresó su creencia en que «lo que es posible para uno lo es para todos».[7]

NADA SUPERA LA PRUEBA DE LOS HECHOS REALES

Gandhi también dijo: «Mis experimentos [con la no violencia] no se han llevado a cabo de forma secreta, sino abiertamente».[8] De manera similar, nuestro movimiento popular no ha avanzado a puertas cerradas, sino en el mundo real, impulsado por miembros que han aplicado el principio de que «la fe equivale a la vida cotidiana». Esto se debe a que, como enseña el Daishonin, nada supera la prueba de los hechos reales.[9]

La fe en la Ley Mística nos da el poder de ganar en la vida. Oramos, nos ponemos en acción y seguimos entonando daimoku mientras luchamos.

Alrededor del mundo, los miembros de la Soka Gakkai, partiendo de una oración donde late su juramento de dedicarse al kosen-rufu, entonan Nam-myoho-renge-kyo por la felicidad propia y de sus semejantes. Se arman de coraje y sabiduría para vencer en sus desafíos cotidianos y para dar a conocer con amor compasivo la Ley Mística a otras personas.

Como resultado de ello, en la Soka Gakkai brillan las inspiradoras experiencias de miembros que están ofreciendo pruebas tangibles de beneficios derivados de su fe y conduciendo vidas triunfales de alegría y esperanza. Estoy convencido de que, con ello, están expresando fielmente el espíritu del Sutra del loto y corporificando el verdadero camino de la práctica en el budismo Nichiren.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 10, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, pág. 5.

[2]Ib

[3]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Soka Kyoikugaku Taikei (El sistema pedagógico de la creación de valor), en Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), Tokio: Daisanbunmei-sha, 1982, pág. 27.

[4]TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 1, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1981, pág. 7.

[5]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 8, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1984, pág. 411.

[6]GANDHI, Mahatma: All Men Are Brothers: Autobiographical Reflections (Todos los hombres son hermanos: Reflexiones autobiográficas), comp. y edit. Krishna Kripalani, Nueva York: Continuum, 2000, pág. 3.

[7]Ib., pág. 4.

[8]Ib.

[9]Véase Tres maestros del Tripitaka oran para que llueva, en END, pág. 628.

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