Impulsar nuestro movimiento… (2/3)


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El Sutra del loto declara [en el capítulo 19.°, «Los beneficios del maestro de la Ley»]: «[Las doctrinas que prediquen {los maestros de la Ley que acepten y proclamen este sutra después de la muerte del Buda}] jamás contradirán la realidad verdadera».[10] T’ien-t’ai[11] lo comentó diciendo: «No existe ningún asunto de la vida o del trabajo que contradiga la realidad verdadera [o verdadero aspecto] en ningún sentido».[12] La persona de sabiduría no es la que practica el budismo alejada de los asuntos mundanos, sino, antes bien, la que comprende cabalmente los principios con los que el mundo se gobierna.[13]

EL BUDISMO ABARCA TODOS LOS ASUNTOS MUNDANOS

El maestro Makiguchi había subrayado esta cita de El kalpa de disminución en su ejemplar personal de los escritos del Daishonin. Es una frase a la cual asignaba gran importancia.

En los párrafos precedentes de este escrito, el Daishonin señala que en la época corrupta que se conoce como un kalpa de disminución, cuando decrece la vitalidad del ser humano, la buena sabiduría del budismo para guiar a las personas a la felicidad se ve inhibida por el negativo influjo de los tres venenos –odio, codicia y estupidez–.[14] También advierte que estos males se intensifican cuando las personas hacen ofrendas a sacerdotes que, con la pretensión de poseer una sabiduría por encima de las cuestiones seculares, en realidad actúan contra la Ley.

En el pasaje que estamos estudiando, el Daishonin declara que una auténtica «persona de sabiduría» no es quien practica el budismo en forma separada o aislada de los asuntos mundanos. Esclarece así el principio fundamental del Sutra del loto de que «el budismo abarca todos los asuntos mundanos» y describe la forma de vivir de alguien realmente sabio.

Nichiren Daishonin cita aquí una frase del capítulo «Los beneficios del maestro de la Ley» (19.°) de dicho sutra, donde se detalla el beneficio de purificar los seis órganos sensoriales,[15] que los maestros de la Ley (o bodisatvas) obtienen mediante la práctica del Sutra del loto. En concreto, el pasaje en cuestión se refiere a la purificación de la mente. En otras palabras, cuando las funciones de la mente y el corazón se depuran mediante la creencia y la práctica de la Ley Mística, las personas enseñan y hablan de acuerdo con los principios del budismo, perfectamente alineados con la realidad esencial. Esto, desde luego, es el resultado de purificar los seis sentidos –en otras palabras, de experimentar una profunda transformación interior– por medio de la práctica budista. Por ello, estos practicantes en quienes brilla la sabiduría budista pueden convertir todas sus actividades seculares en causas de felicidad y de victoria.

UNA ENSEÑANZA DE ACTIVO COMPROMISO SOCIAL

El budismo Nichiren es una enseñanza de activo compromiso con la sociedad; mira de frente los problemas sociales y busca el modo de resolverlos. No está separado de la realidad de los «asuntos mundanos». Así y todo, en el Japón de hoy y de antaño ha prevalecido la idea de que el budismo es una filosofía ajena a dichos asuntos mundanos y apartada de los quehaceres cotidianos. Esto se debe, en parte, a que las escuelas budistas establecidas consideraban al Buda como un ser sobrenatural y trascendente, y creaban distinciones entre lo religioso y lo secular. Dicha visión permitió a algunas escuelas budistas rodearse de un aura de misticismo y de autoridad que utilizaron para situarse por encima de los asuntos sociales y ejercer control sobre la vida de la gente.

En contraste, Nichiren Daishonin declara: «La vida de los seres ha sido y siempre será la de los budas».[16] El budismo Nichiren enseña que el Buda no habita en un reino distante, apartado del mundo real, y que todas las personas tenemos de forma intrínseca el noble estado de la budeidad, cuyos recursos y fuerza podemos desplegar desde nuestro interior para superar las contiendas de nuestra vida cotidiana.

Una vez más, tengamos presentes estas palabras: «La persona de sabiduría no es la que practica el budismo alejada de los asuntos mundanos, sino, antes bien, la que comprende cabalmente los principios con los que el mundo se gobierna».[17]

El atribulado mundo saha[18] en que vivimos es, ciertamente, un entorno permeado por el sufrimiento. Pero cuando nos armamos del valor necesario para acercarnos a quienes sufren, y actuamos con la benevolencia y la sabiduría del budismo para contribuir a la felicidad de los demás, nos convertimos en «personas de sabiduría». Es la digna manera en que viven los Bodisatvas de la Tierra. El budismo vivo que postuló Nichiren Daishonin aspira a formar una firme corriente de individuos de este calibre que actúen en beneficio de la sociedad.

LAS EXPERIENCIAS SON UNA FUERZA MOTRIZ PARA LA DIFUSIÓN DE LA LEY MÍSTICA

Makiguchi Sensei daba gran importancia a las experiencias de fe de los miembros. En una oportunidad citó el caso de una mujer que había superado dificultades familiares y laborales y que, aplaudida por sus vecinos y personas cercanas, había construido un hogar armonioso; también citó el caso de un hombre que, a través de su práctica budista, había podido revivir su negocio de artes gráficas, que llevaba una década arrojando pérdidas. Nuestro fundador describía estas inspiradoras historias de renovación como «el resultado de un esfuerzo sin reservas» y las comparaba con diamantes o con pepitas de oro descubiertas en la arena.[19]

Veía estos testimonios de los miembros, que volcaban su fe en la vida cotidiana, como «la prueba real de una vida dedicada al gran bien» y «la evidencia de haber logrado la budeidad en esta existencia».[20]

Por su parte, el maestro Toda nos enseñó que a través de nuestros esfuerzos por poner en práctica la fe en la realidad cotidiana, a la vez que enfrentamos toda clase de problemas, podemos establecer un estado de felicidad absoluta, en el que el solo hecho de vivir nos da alegría. Nada le complacía más que escuchar las experiencias de compañeros de fe que impulsaban su revolución humana y transformaban su karma.

El Daishonin señala: «[C]uando la persona capaz de dar pruebas visibles en esta existencia predica el Sutra del loto, también surgen personas capaces de creer [en el sutra]».[21] Makiguchi Sensei observaba que una de las singularidades de las experiencias de fe de los miembros de la Soka Gakkai es que sus protagonistas, en lugar de contentarse con disfrutar de sus propios beneficios, buscan activamente compartirlos hablando sobre ellos con otras personas. La verdad es potente. Las experiencias de nuestros compañeros en todo el mundo son tesoros imperecederos de la Soka Gakkai, y obran como una fuerza motriz de la propagación de la Ley Mística.

La afirmación de que «la fe equivale a la vida cotidiana» también significa que la vida cotidiana equivale a la fe. En otras palabras, cada aspecto de nuestra existencia constituye la práctica budista.

Nichiren Daishonin instruye cálidamente a uno de sus diligentes seguidores laicos: «Si sigue viviendo tal como ahora [y cumpliendo a conciencia con sus responsabilidades laborales], no hay duda de que terminará practicando el Sutra del loto veinticuatro horas al día. Considere el servicio que presta a su señor feudal como la práctica del Sutra del loto».[22]

¿Qué prueba de felicidad podemos obtener practicando el budismo Nichiren –que enseña la esencia del Sutra del loto–, en medio de la realidad cotidiana, con la postura de que cada instante de la existencia es parte de esa práctica? Examinemos esta cuestión yendo al siguiente pasaje de los escritos de Nichiren Daishonin que estudiaremos en esta oportunidad. Pertenece a una carta de aliento enviada a Shijo Kingo cuando este estaba afrontando enormes obstáculos. Es un fragmento que copié en mi diario[23] como fuente de inspiración mientras me esforzaba al máximo junto a Toda Sensei para superar sus dificultades financieras.

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[10]Véase SL, cap. 19, pág. 260.

[11]T’ien-t’ai (538-597): También conocido como el gran maestro T’ien-t’ai o Chih-i. Fundador de la escuela T’ien-t’ai en China. Sus conferencias fueron compiladas en textos como Profundo significado del «Sutra del loto», Gran concentración e introspección, y Palabras y frases del «Sutra del loto». En esta última obra, que compila sus disertaciones, expone la doctrina de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital».

[12]Profundo significado del «Sutra del loto».

[13]El kalpa de disminución, en END, pág. 1167. Se desconoce la fecha de su escritura y tampoco se sabe a quién fue dirigido. Sin embargo, a juzgar por el contenido de la carta, posiblemente haya sido enviada a un integrante del clan del fallecido sacerdote laico Takahashi Rokuro Hyoe, después de su muerte, cerca de 1276, después de la invasión mongola.

[14]Estos «tres venenos» representan los males fundamentales inherentes a la vida, que originan el sufrimiento humano.

[15]Purificación de los seis órganos sensoriales: También, purificación de los seis sentidos. Alusión al proceso por el cual se purifican los seis órganos de la percepción –ojos, oídos, nariz, lengua, piel y mente– y nos permiten percibir las cosas de la manera correcta. El capítulo «Los beneficios del maestro de la Ley» (19.°) del Sutra del loto explica que los que practican y proclaman el sutra adquieren diversos beneficios y que, a través de ellos, se refinan y purifican los seis órganos sensoriales.

[16]OTT, pág. 208.

[17]El kalpa de disminución, en END, pág. 1167.

[18]Mundo saha: El mundo en que vivimos los seres humanos, colmado de sufrimientos. A menudo se traduce como «mundo donde se resiste». Saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.

[19]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 10, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, pág. 144.

[20]Ib., pág. 143.

[21]Carta a Horen, en END, pág. 536.

[22]Respuesta a un creyente, en END, pág. 948.

[23]Véase IKEDA, Daisaku: A Youthful Diary: One Man’s Journey from the Beginning of Faith to Worldwide Leadership for Peace (Un diario juvenil: Una juventud dedicada a un noble ideal), California: World Tribune Press, 2000, pág. 66. Anotación correspondiente al 2 de diciembre de 1950.

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