N.º 203 · Marzo 2022
[Josei Toda] nos decía: «¡La grandiosa labor del kosen-rufu requiere una pasión y una energía diferentes, acordes con una nueva época! Por lo tanto, es esencial que los jóvenes se pongan en acción. Necesitamos creer en la fuerza de los jóvenes».[1]
Como ya ha ocurrido en alguna ocasión, abrimos el artículo introductorio de un nuevo número de Civilización Global con un pasaje que puede resultar familiar por haberse extraído de un número anterior. En este caso proviene, concretamente, del mensaje de Año Nuevo de los responsables titulares de la SGI de Europa, publicado en la edición de enero. Al inicio de este 2022, que para el movimiento Soka es el «Año de los jóvenes y del avance dinámico», Hideaki Takahashi y Suzanne Pritchard citaron estas palabras de Daisaku Ikeda, que nos parece indicado recordar al ingresar en un mes, marzo, que es también «de los jóvenes». El trasfondo de esto último se aborda en «De pie y de paz: La sección del Departamento de Jóvenes de la SGEs», que se abre con un artículo especial. Además, ha motivado que en «Mi historia» se presenten experiencias de jóvenes. Y, cómo no, también se refleja en «Este mes», donde encontramos una guía que mueve a la reflexión, a la vez que a la acción:
No deberíamos limitarnos a proclamar la bondad del alivio de los sufrimientos de la gente, […] sino que lo que de verdad importa es empezar por ayudar individualmente a otras personas a afrontar desafíos concretos en el marco de su vida real, aquí y ahora, con base en la fe.
Al relacionar esta afirmación con la cita inicial, probablemente veamos fortalecerse en nuestro interior la determinación de creer en esas personas jóvenes –una, dos, tres…– con quienes tenemos un vínculo concreto y real, y de centrarnos en apoyarlas con paciencia, benevolencia y amplitud de miras para que puedan desplegar ampliamente su potencial. Si creemos en la fuerza de ese joven, de esa joven, podremos de verdad «creer en la fuerza de los jóvenes». Y si traducimos tal convicción en actos tangibles «aquí y ahora», estaremos trabajando en bien del porvenir de la humanidad y del mundo.
Esta clase de actitud la rezuman los mensajes publicados en las secciones «Punto de partida» y «Especial» –este último, firmado por Kaneko Ikeda–, así como la disertación de «Estudio mensual», dedicada «A nuestros jóvenes […] abanderados de la justicia: Nuestra esperanza en el futuro».
En la sección «En sociedad» se entrevista a alguien que, como especialista en educación para el desarrollo, tiene una dilatada experiencia en el sostén a jóvenes, así como a personas en otras franjas de edad. A propósito de otras franjas, en este número también se menciona que en un mes de marzo se fundó del Departamento de Hombres de la Soka Gakkai.
Y en marzo, sí, el invierno da paso a la primavera… De referencias a ello va lleno «Para dialogar», que nos llama a no ser meros espectadores de este tránsito, sino hacer de la nueva estación «Una primavera de valentía». Esta cualidad, por cierto, da título a uno de los capítulos del volumen 23 de La nueva revolución humana, en el que se centra la sección dedicada mensualmente al aprendizaje de esta obra.
Por último, en la sección que cierra este recorrido y el número («Actualidad»), encontramos numerosas noticias, que culminan con una dedicada a la publicación de la 40.ª propuesta de paz anual de Daisaku Ikeda, en un momento en que el anhelo de paz es algo que sentimos con especial intensidad en Europa.
De todo ello deseamos una buena lectura, motivadora de valientes diálogos, impulsores de confianza, amistad y paz.
[1] ↑ Véase Civilización Global, n.º 201, enero 2022, sección «Año Nuevo».