Apreciar a cada persona (3/3)


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El capítulo «Rey de la Medicina» señala «Después de que yo [el buda Shakyamuni] haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años [del Último Día de la Ley], debes propagarlo en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa [es decir, el mundo entero] y jamás dejar que se extinga».[18] Y en ese mismo capítulo se lee: «[E]ste sutra proporciona una buena medicina para los males del pueblo de Jambudvipa».[19]
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El Sutra del nirvana dice: «Supón que una pareja tiene siete hijos, y uno de ellos cae enfermo. Aunque los padres los amen a todos por igual, se preocuparán más por el que sufre de mala salud». […] Y de todos los remedios, el mejor es Nam-myoho-renge-kyo.[20]

EL SUTRA DEL LOTO ES UNA ENSEÑANZA PARA EL ÚLTIMO DÍA DE LA LEY

Ahora, estudiemos este otro pasaje, que pertenece a Escoger el corazón del «Sutra del loto». Inmediatamente antes del mismo, el Daishonin se pregunta para quién había sido escrito el capítulo «Duración de la vida» (16.º), que revela la vida eterna del Buda. En respuesta, declara que sus destinatarios eran solo las personas que vivirían en el mundo después de la muerte de Shakyamuni y, en particular, él, Nichiren, y sus discípulos. En relación con esto, escribe: «[El capítulo “Duración de la vida”] fue predicado para Nichiren y sus seguidores, quienes hoy viven en el Último Día de la Ley».[21]

Antes del fragmento que estamos estudiando, el Daishonin cita pasajes de los capítulos «Surgir de la Tierra» (15.º) y «Duración de la vida» (16.º). Y, en la parte que nos ocupa, ofrece pruebas documentales, tomadas del capítulo «Rey de la Medicina» (23.º) y del Sutra del nirvana.

El pasaje del capítulo «Rey de la Medicina» citado anteriormente representa las palabras verdaderas con las que Shakyamuni confía a sus discípulos la tarea de propagar ampliamente el Sutra de loto en todo el mundo en la era corrupta posterior a su muerte, y de liberar a la humanidad del sufrimiento. Es la prueba documental de que el kosen-rufu mundial constituye la voluntad del Buda. Los Bodisatvas de la Tierra asumen dicha voluntad como su misión y juran llevar a cabo esa labor en el Último Día de la Ley.

LA «BUENA MEDICINA» PARA CURAR LOS MALES DE TODA LA HUMANIDAD

A continuación, el Daishonin cita un pasaje del capítulo «Rey de la Medicina» que dice que el Sutra del loto es «una buena medicina para los males del pueblo de Jambudvipa [el mundo entero]».[22] Esto nos indica que, en la propagación universal del Sutra del loto, el verdadero foco no es solo dar a conocer sus doctrinas, sino ayudar realmente a ser felices a quienes se debaten con los problemas de la vida real.

Se alude al Buda como un «gran rey de los médicos».[23] Desde su perspectiva del profundo amor compasivo, los seres del Último Día de la Ley no solo son vulnerables a la amenaza de enfermedades físicas de origen externo, como las epidemias; también se ven afectados por la ignorancia y por enfermedades espirituales que derivan de la virulencia de los tres venenos: odio, codicia y estupidez. Nam-myoho-renge-kyo es la buena medicina que permite sanar estas aflicciones y permite a las personas del Último Día manifestar la iluminación.

El interés fundamental del Sutra del loto, la enseñanza para la iluminación universal, es cómo aliviar los sufrimientos reales de cada persona.

A continuación, el Daishonin se refiere a otra parábola del Sutra del nirvana: la de los siete hijos. «Supón que una pareja tiene siete hijos, y uno de ellos cae enfermo. Aunque los padres los amen a todos por igual, se preocuparán más por el que sufre de mala salud».[24]

El hijo enfermo, en el contexto del Sutra del nirvana, denota al rey Ajatashatru, detractor y enemigo de Shakyamuni.[25] A menudo, las personas que más se resisten a recibir ayuda son las que más están sufriendo. Para el Daishonin, ese hijo enfermo no era otro que cada uno de los seres del Último Día de la Ley, la época en que resulta más difícil guiar a la gente a la iluminación. Tanto Shakyamuni como Nichiren Daishonin salieron al encuentro de quienes más padecían y más desesperados estaban.

El Daishonin también menciona la parábola de los siete hijos y la historia del rey Ajatashatru, en más detalle, en una carta que escribió a la monja laica Myoichi, donde se leen las inspiradoras palabras: «El invierno siempre se convierte en primavera».[26]

EL ALIENTO INCANSABLE DEL DAISHONIN A SUS DISCÍPULOS

La esencia del budismo Nichiren es relacionarnos con las personas que forman parte de nuestras vidas, valorar a cada una y hacer cuanto esté a nuestro alcance por guiarlas a la felicidad.

Mientras abría el camino hacia el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra y vislumbraba el logro del kosen-rufu mundial en el futuro, el Daishonin estaba pendiente de la vida de cada uno de sus discípulos y los alentaba sin cesar.

Toda Sensei juró promover el kosen-rufu en Japón y en toda Asia, para concretar lo que se conoce como la «transmisión del budismo al oeste».[27] A la vez, abrazaba cálidamente y brindaba orientación personal a los miembros de la Soka Gakkai que lo visitaban día tras día buscando consejo para afrontar sus problemas, desde enfermedades a penurias económicas, desavenencias familiares, y muchas otras cuestiones.

No se trata de simplemente proclamar el alivio de los sufrimientos de la humanidad como algo abstracto o general. Lo que cuenta es ayudar a resolver los problemas reales de personas reales. Este es el parámetro para medir el juramento de guiar a todos a la iluminación. El budismo se centra en la victoria. Para decirlo de otro modo –como indica el proverbio «El uno es madre de diez mil»–,[28] nuestras acciones concretas por ayudar a un individuo afectan a todos los seres humanos. Ayudar a aliviar el sufrimiento de la persona que está frente a nosotros conduce a aliviar el sufrimiento de todas las personas.

El Mahatma Gandhi (1869-1948) declaró que su juramento personal era «enjugar cada lágrima de cada ojo».[29] Estas palabras me hacen recordar el rostro benevolente del maestro Toda, cuyo deseo más sincero fue erradicar el sufrimiento de este mundo.

UNA ANÉCDOTA DE GANDHI

Arun Gandhi, nieto del Mahatma Gandhi, una vez me contó la siguiente anécdota que le había transmitido su abuelo.

Un hombre, mientras caminaba una mañana por la playa, descubrió un gran número de estrellas de mar varadas sobre la arena, llevadas hasta allí por el oleaje. Sabiendo que, cuando ascendiera el sol, se secarían y morirían, el hombre comenzó a recogerlas, una por una, y a devolverlas al agua. Otro hombre se le acercó y le dijo entre risas: «¡Mire la cantidad que hay! Olvídese de salvarlas a todas». El primero, que acababa de lanzar una estrella de mar de vuelta al mar, le respondió: «Tal vez no las salve a todas. ¡Pero, para esta, la diferencia es total!».

Arun Gandhi resumió así el significado de este episodio que su abuelo le había narrado: «Si podemos conmover la vida de una persona y salvarla, ese es el gran cambio que podemos efectuar».[30]

Lo que realmente importa es que nos relacionemos con cada persona en nuestra vida de manera sincera, sin dejar que la idea abstracta de una masa interminable nos disuada o nos distraiga.

CADA PERSONA ES IMPORTANTE Y ES PRECIOSA

Durante la Guerra Fría, cuando estaban en pleno auge las fuerzas del nacionalismo y del militarismo, el psicólogo Carl Jung (1875-1961) advirtió sobre el daño de ver a la gente como una masa sin rostro que deja inerme al individuo. «[El sujeto] como unidad social ha perdido su individualidad y se ha convertido en un simple número abstracto. […] El único papel que puede desempeñar es el de una unidad intercambiable, de importancia infinitesimal».[31] Se lamentaba de que, cuando esto ocurría, se perdía «el valor o significado del individuo».[32]

Declaró que el sujeto no es insignificante, y que necesitamos ayudar a cada persona a comprender que «el individuo es el único factor importante, y que la salvación del mundo consiste en la salvación del alma individual».[33]

Jung identifica aquí un punto crucial.

La vida y los sufrimientos de cada persona son únicos. Cada persona posee una dignidad incomparable y un valor irreemplazable.

EL KOSEN-RUFU AVANZA POR MEDIO DEL DIÁLOGO DE VIDA A VIDA

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin enuncia: «Los diversos sufrimientos que experimentan los seres son los propios sufrimientos de Nichiren».[34]

Y, en una de sus cartas, declara: «Las aflicciones que padecen todos los seres […] son los propios sufrimientos de Nichiren».[35]

Nos dice que asume como propios los sufrimientos particulares de cada ser humano –los «diversos sufrimientos»– a la vez que adopta como propósito la resolución de los sufrimientos comunes a todos los seres vivos –las «aflicciones que padecen todos los seres»– y ora por ello. Ese amor compasivo inspira sus interacciones con los demás.

Cuando Toda Sensei asumió la presidencia de la Soka Gakkai, […] en su discurso inaugural proclamó el objetivo de elevar la membresía de la organización a 750 000 familias, en un momento en que solo contaba con tres mil miembros. Fue una meta que sorprendió a todos y que pareció, entonces, solo alcanzable en un futuro distante. También dijo en una disertación que ofreció en la misma reunión: «El kosen-rufu hoy significa compartir el budismo Nichiren con gente de todo el país y ayudarlos a creer en el Gohonzon. […] Esto solo puede lograrse a través del diálogo de vida a vida, de corazón a corazón».[36]

El foco siempre debe estar en valorar y entablar amistad con los demás, alentándolos y ayudándolos a revitalizar sus vidas en el nivel más profundo. Esta acción sostenida ha permitido a nuestra red ciudadana de Bodisatvas de la Tierra extenderse a 192 países y territorios. Ellos son la fuerza motriz del enorme desarrollo alcanzado por la Soka Gakkai como movimiento religioso verdaderamente global.

LA VALENTÍA Y LA SINCERIDAD DE ENTABLAR RELACIONES DE CORAZÓN A CORAZÓN

El maestro Toda dijo: «Jamás olviden que en el corazón de las personas pueden producirse cambios increíbles cuando nos relacionamos con ellas basados en un profundo amor compasivo. Sobre todo, es esencial que seamos sumamente respetuosos, considerados y pacientes al tratar con la gente».

Una vez, estando al frente de una campaña de expansión como responsable del cuerpo directivo del Departamento de Jóvenes, dije a unos compañeros con quienes estaba conversando: «En lo profundo de nuestro ser, todos estamos conectados con la ilimitada fuerza vital del universo. Por ello, a través de entonar daimoku sinceramente y dialogar de vida a vida con quienes los rodean, podemos transformar nuestras familias, lugares de trabajo, comunidades y, en realidad, el mundo entero».

Esta fórmula del kosen-rufu sigue siendo la misma, y es la que, hoy, están poniendo en práctica nuestros miembros en todo el mundo.

De una persona a otra, y de esta a la siguiente… Esta cadena de valentía y sinceridad que une los corazones nos permitirá abrir nuevos horizontes del kosen-rufu pletóricos de esperanza y dinamismo.

HACIA LA CUMBRE TRIUNFAL DE NUESTRO CENTENARIO

Como discípulo de Toda Sensei, seguiré avanzando junto con él, hoy y siempre, en nuestra marcha conjunta para propagar la Ley Mística.

No estén a la expectativa de lo que puedan hacer los demás; lo que cuenta es su propio entusiasmo y compromiso. El apasionado espíritu de lucha de estos individuos autónomos, valientes como leones, abrirá ampliamente el camino de la revolución humana que conducirá directamente al kosen-rufu.

Con la vista puesta en la cumbre triunfal de nuestro centenario (en 2030), sigamos desafiándonos cada día para lograr las metas que nos ocupan y hacer realidad el ideal del Daishonin de establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra. ¡Hagámoslo con audaz determinación, fieles a nuestro juramento en bien del kosen-rufu!

(Traducción del artículo publicado en la edición de mayo de 2021 de Daibyakurenge).


[18]SL, cap. 23, pág. 285.

[19]Ib.

[20]Escoger el corazón del «Sutra del loto», en WND-2, pág. 487. Nichiren Daishonin terminó de escribir esta obra en mayo de 1274, inmediatamente después de retornar de su exilio en Sado. Es un texto dirigido a Toki Jonin, en que el autor discurre sobre la superioridad comparativa de los sutras predicados por Shakyamuni y concluye que el Sutra del loto es el más excelso de todos. Explica, además, que el capítulo «Duración de la vida» de dicho sutra, en particular, fue expuesto para él, para Nichiren Daishonin, y para el Último Día de la Ley. También declara que Nam-myoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas es la esencia de la gran Ley que debe propagarse en el Último Día.

[21]Ib.

[22]SL, cap. 23, pág. 285.

[23]Extraído del Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría.

[24]Escoger el corazón del «Sutra del loto», en WND-2, pág. 487.

[25]Ajatashatru: Rey del estado de Magadha, en la India, que vivió en la época de Shakyamuni. Incitado por Devadatta, se hizo con el trono asesinando a su padre, el rey Bimbisara, seguidor de Shakyamuni. También atentó contra la vida del Buda y de sus discípulos. Luego, arrepentido por sus malvadas acciones, se convirtió al budismo y apoyó el Primer Concilio Budista, que compiló las enseñanzas de Shakyamuni.

[26]El invierno siempre se convierte en primavera, en END, pág. 560.

[27]Transmisión del budismo al oeste (también «regreso del budismo al oeste»): Nichiren Daishonin predijo que su budismo del sol se propagaría desde Japón hacia el oeste, regresando a los países por los cuales se había transmitido originariamente, para luego difundirse al mundo entero. Véase Sobre la profecía del Buda, en END, pág. 422.

[28]Conversación entre un venerable y un hombre no iluminado, en END, pág. 136.

[29]NEHRU, Jawaharlal: Selected Works of Jawaharlal Nehru (Obras escogidas de Jawaharlal Nehru), vol. 3, Nueva Delhi: Jawaharlal Nehru Memorial Fund, 1985, pág. 136.

[30]SHIODA, Jun: Gandi o tsuide (Perpetuar el legado de Gandhi), Tokio: Nihon Hoso Kyokai, 1998, pág. 201.

[31]JUNG, Carl: The Undiscovered Self (El yo desconocido), trad. ingl. R. F. C. Hull, Nueva York: Mentor Book, 1958, pág. 24.

[32]Ib.

[33]Ib., pág. 69.

[34]OTT, pág. 138.

[35]Sobre la reconvención a Hachiman, en WND-2, pág. 934.

[36]TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 3, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1991, vol. 4, págs. 430-31.

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