Reflexiones sobre el volumen 17 de La nueva revolución humana · Por Hiromasa Ikeda
EL 11 DE MARZO DE 2020, exactamente nueve años después del terremoto y tsunami de Tohoku, Ikeda Sensei publicó un ensayo titulado «El invierno siempre se convierte en primavera». En la parte final de dicha entrega, nos alienta a grabar una vez más en nuestro corazón el famoso pasaje del tratado de Nichiren Daishonin La apertura de los ojos que dice: «Aunque mis discípulos y yo encontremos toda clase de dificultades, si no albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la Budeidad en forma natural. No duden tan sólo porque el cielo no les brinde su protección; no se desalienten tan sólo porque en esta existencia su vida no sea cómoda y segura».[1]
Este pasaje también se menciona en el capítulo «La ciudadela del pueblo» del volumen 17 de La nueva revolución humana, donde los participantes en la reunión de responsables de la Sede Central de la Soka Gakkai celebrada en abril de 1973 lo leyeron juntos en voz alta. En el mismo encuentro de responsables del mes anterior, Shin’ichi había mencionado este fragmento declarando: «Se trata de una frase que contiene el significado esencial de la fe. Por favor, lleven grabadas estas palabras en lo más hondo de su ser a lo largo de toda la vida».
En estos momentos en que el mundo enfrenta grandes dificultades y desafíos, grabemos profundamente en nuestra vida esta absoluta convicción del Daishonin y emprendamos acciones con sabiduría y amor compasivo mientras oramos seriamente por la paz y la felicidad de la humanidad.
El año 1973 marcó el inicio a toda escala de la segunda fase del kosen-rufu, y fue designado como el Año del Estudio y también el Año de los Jóvenes. La razón que lo llevó a trazar este lema, explica Shin’ichi, fue el hecho de considerar que el esfuerzo de estudiar y comprender cabalmente las enseñanzas y los principios budistas son fundamentales para lograr un nuevo desarrollo. Asimismo, señala que la fórmula inmutable para hacer avanzar el kosen-rufu es que los jóvenes ocupen con entusiasmo sus lugares en la primera línea de nuestro movimiento.
En un intercambio con los integrantes del Departamento de Hombres Jóvenes, Shin’ichi expresa las grandes expectativas que deposita en los jóvenes: «Sin una determinación que surja de uno mismo y sin voluntad de emprender acciones, uno no puede considerarse un campeón de la segunda fase de nuestro movimiento». Las actividades por el kosen-rufu no son obligaciones o algo que realizamos de manera pasiva porque alguien nos lo haya pedido. Más bien, son desafíos que asumimos por propia iniciativa a partir del juramento que cada uno ha hecho. Precisamente porque nuestros esfuerzos y acciones por el kosen-rufu son espontáneos, estos nos permiten desarrollarnos como personas y experimentar una alegría genuina.
Shin’ichi inicia el año 1973 concentrando sus esfuerzos en alentar a los miembros de Tokio, el «principal bastión» donde se encuentra la Sede Central de la Soka Gakkai. Luego, tal como se describe en el capítulo «Los verdes campos», dirige su atención al fortalecimiento de las organizaciones en otras regiones y prefecturas del país. Es muy consciente de la necesidad de que cada prefectura asuma un papel más autónomo, que desarrolle sus propias ideas y actividades conforme a las condiciones y necesidades locales. Con este fin, Shin’ichi propone establecer el nuevo cargo de responsable de prefectura dentro de la estructura organizativa de la Soka Gakkai.
Para septiembre de 1973, estos nombramientos ya habían sido realizados en todo el país. A partir de entonces, cada prefectura comenzó a dar pasos para hacer avanzar el kosen-rufu haciendo valer sus características propias y originales.
Por otro lado, en mayo de 1973 se establece la Conferencia Europea de la Soka Gakkai, acontecimiento que anuncia el comienzo de la segunda fase del kosen-rufu mundial. Esta iniciativa fue seguida por la creación de la Liga Panamericana y del Consejo Cultural Budista del Sudeste Asiático, en agosto y diciembre de ese mismo año respectivamente. La SGI se establece dos años después, el 26 de enero de 1975.
Al ingresar en la segunda fase del kosen-rufu, Shin’ichi emprende de esta manera, una tras otra, importantes acciones con miras a impulsar aún más el kosen-rufu tanto a nivel local como en el ámbito mundial. Con el tiempo, las semillas que plantó con la firme determinación de hacer de aquel un año decisivo germinaron espléndidamente.
SEGUIR EL CAMINO DE MENTOR Y DISCÍPULO
Para conmemorar el inicio de la segunda fase del kosen-rufu, los integrantes del Departamento de Jóvenes de Japón organizan una serie de actividades que incluye la recolección en todo el país de firmas pidiendo la abolición de las armas nucleares. Cuando un responsable del Departamento de Jóvenes pregunta a Shin’ichi qué deberían tener en cuenta ahora que la Soka Gakkai esta emprendiendo acciones en la sociedad, dirigidas al público en general, él contesta: «seguir el camino de mentor y discípulo». Y continúa: «El desarrollo del movimiento que difunde ampliamente los ideales del budismo en la sociedad representa una fuerza centrífuga. Cuanto mayor es el ímpetu de esta fuerza, es necesaria una fuerza centrípeta acorde que nos dirija hacia el budismo. En el centro de esta fuerza está la relación de maestro y discípulo».
Luego, Shin’ichi describe el lazo de maestro y discípulo que compartían Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, y agrega: «Yo también trabajé para Toda Sensei dando todo de mí, lo protegí y cumplí cabalmente mi deber como discípulo».
El volumen 10 de La revolución humana contiene otro pasaje que enfatiza la importancia de continuar hasta el final el camino de la inseparabilidad de mentor y discípulo. Allí se explica que seguir dicha senda consiste en que el discípulo comprenda y haga suya la intención más íntima del mentor, de modo que esta palpite en sus venas y se manifieste de manera espontánea en sus propias acciones. Este pasaje concluye señalando: «Este es un proceso arduo que requiere de una fe firme y profunda».
La Soka Gakkai está desarrollando actualmente una amplia variedad de actividades por la paz, la cultura y la educación, que incluyen la Acción Global Soka 2030, iniciativa lanzada por el Departamento de Jóvenes de Japón. Precisamente porque promovemos un amplio espectro de emprendimientos jamás debemos perder de vista el camino fundamental de maestro y discípulo.
El capítulo «Principal bastión» del volumen 17 señala además que «el camino de mentor y discípulo es estricto y exigente», razón por la cual se torna aún más esencial dedicarnos de lleno y sin retaceos a la práctica para uno y para los demás.
Shin’ichi jamás deja de dialogar en su fuero interno con su maestro Toda: «En mi corazón, siempre estoy conversando con Toda Sensei. Estoy preguntándome constantemente qué haría él en una determinada situación, qué me diría si viera lo que estoy haciendo». Nosotros también podemos lograr grandes avances en nuestra revolución humana cuando nos esforzamos diariamente por mantener un diálogo interno, en nuestro corazón con nuestro mentor.
EL SIGLO DE LA MUJER
Durante la reunión de responsables del Departamento de Mujeres Jóvenes celebrada el día de Año Nuevo de 1973, Shin’ichi se dirigió a una de las responsables y expresó palabras cargadas de profundos sentimientos: «El siglo XXI será el siglo de la mujer».
Su visión es que las mujeres puedan «desarrollar en la sociedad su individualidad, demostrar su capacidad creativa e involucrarse en los temas culturales, políticos y sociales» como entes polifacéticos con un amplio espectro de talentos. Esta convicción es la que lo impulsa a establecer un sistema de escuelas en Kansai que brinda a las mujeres una educación que les permite revelar su amor innato por la paz, y ponerlo en acción en sus comunidades y a escala nacional y global. El capítulo «Esperanza» narra los detalles del establecimiento de las Escuelas de Segunda Enseñanza Básica y Superior Soka para Mujeres Jóvenes (en la actualidad las Escuelas de Segunda Enseñanza Básica y Superior Soka de Kansai).
La mayoría de las estudiantes de la primera promoción de Enseñanza Superior habían nacido en 1957, el año en que Shin’ichi había sido arrestado y encarcelado bajo falsos cargos en lo que fue conocido como el incidente de Osaka. Por otro lado, las alumnas de la primera promoción de Segunda Enseñanza Básica habían nacido en 1960, el año en que Shin’ichi asumiera como tercer presidente de la Soka Gakkai. Shin’ichi no podía evitar sentir un profundo lazo kármico con estas jóvenes.
En la ceremonia de ingreso, Shin’ichi ofrece un discurso como fundador de las escuelas en el que enfatiza que los esfuerzos cotidianos que las estudiantes realicen basadas en sus propios ideales crearán maravillosas tradiciones que se transmitirán y continuarán floreciendo en futuras generaciones. Las alumnas graban estas palabras en su corazón y, a través de sus constantes emprendimientos, crean una hermosa tradición en las Escuelas Soka que se ha legado de una generación a otra.
Tiempo después, tal como se relata en el capítulo «Juramento» del volumen 30, durante la reunión para responsables de la Soka Gakkai celebrada conjuntamente con la reunión general del Departamento de Mujeres Jóvenes de Kansai en diciembre de 2000, justo antes del inicio del siglo XXI, Shin’ichi declara: «Los tiempos cambian. Los países y organizaciones que florecerán serán aquellos que reconozcan y valoren la presencia y la contribución de las mujeres».
No cabe duda de que la fuente para hacer del siglo XXI un auténtico «siglo de la vida» se encuentra, por encima de todo, en el poder de las mujeres y su inmenso amor por la paz y la vida.
PASAJES CLAVE DEL VOLUMEN 17
No importa cuán profunda sea la oscuridad, cuando sale el sol todo se llena de luz, porque el brillo del astro rey permanece inextinguible. Por favor, pase lo que pase, sean como el sol. («Principal bastión»).
Asumir el reto de una contienda es asumir el desafío de su propia revolución humana. La alegría y la satisfacción que uno experimenta al sobreponerse es lo más grande que puede existir. («Principal bastión»).
La grandeza de un ser humano depende de si vive solo pensando en sí mismo o se preocupa tanto por la felicidad propia como ajena. («Esperanza»).
Cuando tomamos conciencia de la misión que tenemos en la realización del kosen-rufu y emprendemos acciones concretas hacia ese fin, la fuerza vital de los Bodisatvas de la Tierra comienza a latir con fuerza en nuestro interior, una energía poderosa e invencible que eleva y amplía nuestra condición de vida. («Ciudadela del pueblo»).
La duda es fuente del engaño y la ilusión; es lo que el budismo llama oscuridad fundamental. Ella despierta en nosotros ansiedad y nos arrastra a las honduras de la desesperación. La fe consiste en una lucha contra la duda que reside en nuestros corazones. La fuerza para triunfar en esa contienda proviene del daimoku. Por lo tanto, un auténtico vencedor es alguien que pone en primer lugar el daimoku. («Los verdes campos»)
RESUMEN DEL VOLUMEN 17
Principal bastión:
Desde 1973, Shin’ichi concentra sus esfuerzos en impulsar el kosen-rufu en Tokio, lugar donde se encuentra la Sede Central. Participa en sesiones fotográficas y establece también grupos fraternales (Kyodai-kai).
Esperanza:
El 11 de abril, Shin’ichi participa en la primera ceremonia de ingreso de las Escuelas de Segunda Enseñanza Básica y Superior Soka para Mujeres Jóvenes de Kansai.
Ciudadela del pueblo:
Shin’ichi visita nuevamente los distritos municipales de Arakawa, Sumida, Ota y Toshima, lugares de gran significado y colmados de recuerdos de su juventud. El 8 de mayo, Shin’ichi emprende su viaje a Europa.
Los verdes campos:
Shin’ichi visita a los miembros de las prefecturas de Fukui y Gifu, y los alienta a alcanzar un estado de vida tan vasto como los verdes campos que distinguen a esta región.
(Los textos que integran esta sección son traducciones del artículo publicado el 25 de marzo de 2020 en el Seikyo Shimbun). |
[1] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 300.