¡Que arda en nosotros el gran juramento del kosen-rufu!
Los problemas y las luchas son oportunidades para crecer
Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol, la segunda de la subserie dedicada a abordar pasajes fundamentales del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.
Aun en los gélidos días de invierno, los rayos de sol nos confortan con su calor. Como el sol, el aliento de la familia Soka transmite calidez e ilumina el corazón de quienes, en soledad y aislamiento, soportan los reveses invernales de la vida.
El sol arde para radiar la luz que alcanza y nutre a todos los seres vivos. De manera similar, todos ustedes, queridos amigos que abrazan el budismo del sol, iluminan las vidas de otras personas. A la vez que afrontan sus propios problemas y las duras realidades de la sociedad, su ardiente juramento del kosen-rufu proyecta una luz de tranquilidad, esperanza y valentía a quienes los rodean. ¡Cuán brillantes y nobles son sus vidas!
Mi esposa Kaneko y yo, agradecidos por sus enormes esfuerzos a lo largo de este año, estamos orando de todo corazón por ustedes y sus familias, con la determinación de que gocen de buena fortuna, beneficios y victorias.
El budismo Nichiren tiene el poder de iluminar vivamente este mundo, cada vez más turbulento y caótico. Una religión genuina, centrada en las personas, es la que nos permite resolver y superar los problemas y los sufrimientos de la vida real.
El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente condensa la esencia de un budismo centrado en las personas. A partir de esta entrega, examinemos pasajes clave de cada capítulo del Sutra del loto, empezando por su «Introducción».[1]
EL SUTRA DEL LOTO REPRESENTA LA GESTA INTERIOR DE LA VIDA
Cuando, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, mi maestro Josei Toda dio inicio a sus esfuerzos para reconstruir la Soka Gakkai, lo hizo disertando sobre el Sutra del loto. En esas y en posteriores conferencias relacionadas sobre el sutra, siempre empezaba tratando brevemente el capítulo «Introducción» y, como referencia para nuestra propia lectura, exponía su perspectiva al leer este texto.
El capítulo «Introducción» es el primer acto del Sutra del loto. Se abre con una escena caracterizada por la presencia de toda clase de seres reunidos en el Pico del Águila,[2] donde Shakyamuni está a punto de comenzar la prédica del sutra.
El maestro Toda esclareció el significado de esta escena:
Se afirma que, con el propósito de escuchar a Shakyamuni exponer su enseñanza, se congregaron cientos de miles de bodisatvas, los que escuchan la voz y otros seres de los diez estados. ¿Pero cómo puede haber sido esto? En primer lugar, no existían los altavoces, de modo que su voz no habría llegado a oírse en la distancia. Además, de ningún modo podría haberse predicado ante tantas personas durante ocho años. En otras palabras, todos esos seres existen en la mente de Shakyamuni; representan los diez estados inherentes a su vida. Desde esta perspectiva, no hay nada extraño en afirmar que allí se reunieron cientos de miles de oyentes.[3]
Como resultado del profundo despertar que experimentó en prisión,[4] Toda Sensei comprendió que él era uno de los Bodisatvas de la Tierra[5] que habían participado en la Ceremonia en el Aire[6] descrita en el Sutra del loto.
Llegó a tener la absoluta convicción de que el Sutra del loto es una escritura que dilucida la verdad sobre nuestra propia vida y expone que los Bodisatvas de la Tierra juraron aparecer en este mundo para propagar la Ley Mística, la enseñanza para la iluminación de todas las personas en el Último Día. Esto lo condujo a interpretar que el Sutra del loto es la epopeya de la revolución humana, la historia triunfal de personas comunes dedicadas a cumplir el juramento del kosen-rufu.
Ese despertar de Josei Toda en prisión fue el punto de partida de la Soka Gakkai, la organización que ha heredado el corazón del Sutra del loto y el espíritu de Nichiren Daishonin en la época contemporánea.
LOS DIEZ ESTADOS SON INHERENTES A TODAS LAS PERSONAS
Al inicio del capítulo «Introducción» se congrega una multitud de seres muy distintos. Lejos de todo apego a sus diferencias, se reúnen en torno al Buda con el ávido deseo de escuchar su profunda enseñanza.
El Sutra del loto identifica los diez estados como el cimiento universal de la vida, inherente a todos los seres vivos. Y revela una verdad que no se había señalado en ninguno de los sutras anteriores: que todos los seres poseen intrínsecamente el estado de budeidad. Podríamos decir que el principio del capítulo «Introducción» dispone el grandioso escenario para la prédica del Sutra del loto, en la cual el Buda expone el principio de la «posesión mutua de los diez estados»[7] y abole toda separación entre los nueve estados y el de la budeidad. La presencia de una audiencia que representa tan extraordinaria diversidad de estados de vida y circunstancias también refleja la intención y el ardiente deseo de Shakyamuni de abrir el camino hacia la iluminación a todos los seres vivientes.
Nuestras vidas son infinitas en el espacio y eternas en el tiempo; no tienen comienzo ni fin. Y la totalidad de los diez estados es inherente a ellas. Esta es la idea de la vida que presenta el Sutra del loto. Y el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente ilumina la trascendencia de esa visión budista de la vida.
(Continuar leyendo la parte 2/3).
[1] ↑ La prédica del Sutra del loto por Shakyamuni tiene lugar en el Pico del Águila, cerca de Rajagriha (actual Rajgir), la capital del antiguo reino indio de Magadha. Reúne a monjes, monjas, bodisatvas, seres celestiales y otros seres no humanos, e incluso a reyes. El Buda entra en un estado de meditación y permanece en silencio. Se vale de poderes sobrenaturales para producir una lluvia de flores que desciende sobre la asamblea; hace temblar la tierra y, desde su entrecejo, proyecta un rayo de luz que ilumina dieciocho mil mundos. El bodisatva Maitreya pregunta cuál es la razón de tales prodigios, y el bodisatva Manjushri responde que los budas del pasado provocan tales acontecimientos para prenunciar que están por exponer el Sutra del loto. Con esto queda dispuesto el escenario para que Shakyamuni inicie la prédica del Sutra del loto.
[2] ↑ El Pico del Águila es una elevación rocosa donde se acepta que tuvo lugar la prédica del Sutra del loto. El nombre responde a que, en aquel tiempo, su relieve asemejaba la cabeza de un águila y porque, además, en él solían encontrarse tales aves.
[3] ↑ TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 6, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1986, pág. 275.
[4] ↑ A principios de 1944, durante el encarcelamiento al que le sometieron las autoridades militares de Japón a causa de sus creencias, Josei Toda comenzó a leer el Sutra del loto en su celda. Entonando Nam-myoho-renge-kyo, ponderó profundamente el significado del sutra. Fruto de ello, llegó a discernir que el Buda es la vida misma y que él era uno de los Bodisatvas de la Tierra presentes en la Ceremonia en el Aire, a quienes Shakyamuni había encomendado la futura propagación de la Ley. Esa revelación abrió el camino al desarrollo del movimiento mundial de la Soka Gakkai dirigido al logro del kosen-rufu.
[5] ↑ Bodisatvas de la Tierra: Innumerables bodisatvas que aparecen en el capítulo «Surgir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto, a quienes Shakyamuni confía la tarea de propagar la Ley después de su muerte.
[6] ↑ Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas descritas en el Sutra del loto, en la cual el conjunto de los participantes queda suspendido en el espacio por sobre el mundo saha. Se extiende desde el capítulo 11.º, «El surgimiento de la torre de los tesoros», hasta el 22.º, «La transferencia». Los dos ejes de esta ceremonia son el surgimiento de la torre de los tesoros desde la tierra y la transferencia a los Bodisatvas de la Tierra –liderados por Prácticas Superiores– de la misión de propagar la esencia del Sutra del loto en la época corrupta posterior a la muerte de Shakyamuni.
[7] ↑ Posesión mutua de los diez estados: Principio según el cual cada uno de los diez estados posee en sí el potencial de los diez. «Posesión mutua» quiere decir que la vida no se encuentra fija en un estado específico, dentro de los diez estados, sino que puede manifestar cualquiera de ellos, desde el infierno hasta la budeidad, en cualquier momento dado. Lo importante de este principio es que todos los seres, en cualquiera de los nueve estados –desde el estado de infierno hasta el de bodisatva–, poseen la naturaleza de buda. Cada persona tiene el potencial de manifestar la budeidad, mientras que un buda posee también los nueve estados y, en tal sentido, no es un ser separado o distinto de la gente común.