Capítulo «Introducción» del «Sutra del loto» (2/3)


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PUNTO 1, ACERCA DE LAS PALABRAS «ESTO ES LO QUE ESCUCHÉ»
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La palabra «escuché», en la frase «Esto es lo que escuché», no puede aplicarse a quien carece de fe. Pero puede afirmarse que un practicante del Sutra del loto ha «escuchado» la sustancia de la doctrina expuesta en «Esto es [lo que escuché]», etc. Al respecto, el primer volumen de Palabras y frases[8]
sostiene: «“Esto es lo que escuché” son palabras que indican fe y cumplimiento. La fe significa entender lo que uno ha escuchado; el cumplimiento significa [proceder a cumplirlo, en la medida en que] uno sigue el camino de maestro y discípulo».
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En tal caso, en efecto, Nichiren y sus seguidores son personas a quienes se aplica la frase «Esto es lo que escuché».[9]

CORPOREIZAMOS NAM-MYOHO-RENGE-KYO

El comentario del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente sobre el capítulo «Introducción» comienza con un apartado titulado «Punto 1, acerca de las palabras “Esto es lo que escuché”»,[10] referente a las palabras iniciales del Sutra del loto.

Esta expresión es la fórmula con que comienzan muchos otros sutras, y afirma que el orador ha escuchado lo que sigue directamente del Buda. El énfasis en el verbo «escuchar» transmite que el budismo requiere una escucha activa, más que un simple y pasivo «oír».

La frase «Esto es lo que escuché» también pone de relieve el vínculo de unión entre Shakyamuni y sus discípulos. La seguridad con que los discípulos afirman «Esto es lo que escuché» nos muestra que han prestado oídos a las palabras del Buda con todo su ser, las han grabado en su corazón y las han puesto en práctica con diligencia.

El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente ahonda en el significado de «Esto es lo que escuché» citando un pasaje de Palabras y frases del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai:[11] «Las palabras “Esto es lo que escuché” indican la esencia de una doctrina que alguien escuchó del Buda. El sujeto de “escuché” es alguien capaz de sostener esa doctrina».[12]

A partir de ello, el texto explica del siguiente modo la palabra «Escuché»: «El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: “Escuché”, en “lo que escuché”, indica el nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad; la “sustancia de la doctrina” es Nam-myoho-renge-kyo».[13] En otras palabras, el significado esencial de «escuché» es «escuché que soy una corporeización de Nam-myoho-renge-kyo».

En el Sutra del loto, «Esto es lo que escuché» narra con vigor dramático por qué nuestra vida es infinitamente noble y preciada.

SUPERAR LA IGNORANCIA FUNDAMENTAL

El pasaje que estamos estudiando comienza así: «La palabra “escuché”, en la frase “Esto es lo que escuché”, no puede aplicarse a quien carece de fe».[14]

Es importante observar que, aquí, «carecer de fe» –o «no creer»– no significa no tener preguntas o dudas [que pueden ser una fuerza positiva y motivadora en el desarrollo de la fe]. En La apertura de los ojos, el Daishonin escribe: «Dicha duda [de ustedes][15] yace en la raíz de este trabajo que me encuentro escribiendo. Y como es la preocupación más importante de toda mi vida, volveré a plantearla aquí una y otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de intentar responderla».[16] El Daishonin tomaba muy en serio los interrogantes de sus discípulos, y los aclaraba de manera minuciosa, uno por uno, para ayudarlos a afirmar su convicción en la fe.

Sus enseñanzas, respaldadas por pruebas documentales, teóricas y reales, pueden resistir cualquier cuestionamiento. Declara: «[M]ientras las personas de sabiduría no demuestren que mis enseñanzas son falsas, ¡jamás claudicaré!».[17] A propósito, el maestro Makiguchi subrayó este pasaje en el ejemplar de los escritos del Daishonin que siempre llevaba consigo.

Cuando en el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente el Daishonin declara que el verbo «escuché» –en la expresión «Esto es lo que escuché»– no puede aplicarse a quien «carece de fe», la falta de fe a la cual se refiere es la incapacidad de creer que nuestra propia vida corporeiza la Ley Mística. Esta representa un estado de vida envuelto en la ignorancia fundamental.[18]

A continuación, el Daishonin señala: «Pero puede afirmarse que un practicante del Sutra del loto ha “escuchado” la sustancia de la doctrina expuesta en “Esto es [lo que escuché]…”».[19] En contraste con la persona que carece de fe, el practicante del Sutra del loto es una auténtica «persona de fe», que practica la Ley Mística tal como el Buda enseña.

La fe es la puerta al mundo del Buda [o de la budeidad], un mundo vasto y expansivo. Como dice el Daishonin: «La palabra “fe” es la filosa espada con la cual uno enfrenta y supera la oscuridad o ignorancia primordial».[20] Sin una fe pura y sin contaminar, sin un espíritu de búsqueda sincero hacia la vida y el corazón del Daishonin y sin una práctica basada en dicha fe, no podemos superar la profunda oscuridad de la ignorancia fundamental.

VIVIR NUESTRA EXISTENCIA CON LA SOKA GAKKAI, EN BIEN DEL KOSEN-RUFU

El pasaje citado continúa:

Al respecto, el primer volumen de Palabras y frases sostiene: «Esto es lo que escuché» son palabras que indican fe y cumplimiento. La fe significa entender lo que uno ha escuchado; el cumplimiento significa [proceder a cumplirlo, en la medida en] que uno sigue el camino de maestro y discípulo».[21]

«Fe y cumplimiento» significa vivir basados en las enseñanzas; en otras palabras, recorrer el camino de maestro y discípulo; hacer el esfuerzo de interiorizar la esencia de las palabras que transmite el maestro y ponerla en práctica de manera fiel. De este modo, se llega a «entender lo que uno ha escuchado» –es decir, corporeizar la enseñanza correcta del budismo– y seguir «el camino de maestro y discípulo» –vivir como discípulo, transitando el mismo camino que el maestro–.

El espíritu de maestro y discípulo constituye la esencia de la expresión «Esto es lo que escuché». Es la clave para transformar la incredulidad.

«Nichiren y sus seguidores son personas a quienes se aplica la frase “Esto es lo que escuché”»,[22] sigue diciendo el pasaje. Todos los que recorren el camino de la inseparabilidad entre maestro y discípulo leen el Sutra del loto con sus vidas y, en consecuencia, pueden afirmar: «Esto es lo que escuché». Pueden, también, transitar juntos el camino del logro de la budeidad.

Desde nuestra perspectiva, el enunciado «Esto es lo que escuché» se aplica a quienes dedican su vida al kosen-rufu en la Soka Gakkai, como herederos directos del espíritu de Nichiren Daishonin.

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[8] ↑ Palabras y frases: Abreviatura de Palabras y frases del «Sutra del loto», del gran maestro T’ien-t’ai.

[9] ↑ OTT, págs. 9-10.

[10] ↑ «Esto es lo que escuché»: Palabras con las que comienzan diversos sutras, incluido el Sutra del loto. El sujeto, que es la primera persona del singular, tradicionalmente se identifica con Ananda, de quien se dice que recitó los sutras en el Primer Concilio Budista, uno de los cónclaves que tuvieron lugar tras la muerte de Shakyamuni para compilar y fijar sus enseñanzas.

[11] ↑ T’ien-t’ai (538-597): También conocido como el gran maestro T’ien-t’ai o Chih-i, es el fundador de la escuela T’ien-t’ai en China. Su discípulo Chang’an (561-632) compiló las que se consideran las tres obras principales de T’ien-t’ai: Gran concentración e introspección, Profundo significado del «Sutra del loto» y Palabras y frases del «Sutra del loto». Esta última es un comentario del Sutra del loto, palabra por palabra, desde la frase inicial –«Esto es lo que escuché»– (SL, cap. 1, pág. 3) hasta la proposición final –«Se inclinaron en señal de reverencia y partieron» (ib., cap. 28, pág. 320).

[12] ↑ OTT, pág. 9.

[13] ↑ Ib.

[14] ↑ Ib., págs. 9-10.

[15] ↑ «Dicha duda», aquí, se refiere al cuestionamiento, por parte de sus discípulos, de los motivos por los cuales los practicantes del Sutra del loto debían afrontar obstáculos y persecución.

[16] ↑ END, pág. 256.

[17] ↑ Ib., pág. 297.

[18] ↑ Ignorancia fundamental: También llamada oscuridad fundamental, se trata de la ilusión más hondamente arraigada en la vida, que da lugar a otras ilusiones. Resumidamente, es la incapacidad de ver o reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, y las pulsiones negativas que esta ignorancia motiva.

[19] ↑ OTT, pág. 10.

[20] ↑ Ib., págs. 119-120.

[21] ↑ Ib., pág. 10.

[22]Ib.

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