Carta a los hermanos (1/3)


La tradición de la Soka Gakkai de practicar la «fe para superar obstáculos»


Seguimos avanzando con la publicación de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol, con una nueva entrega dedicada especialmente «A nuestros jóvenes del Departamento Futuro, abanderados de la justicia: Nuestra esperanza en el futuro», centrada en esta ocasión en el escrito de Nichiren Daishonin indicado en el título.

Amo y valoro incondicionalmente a mis amigos del Departamento Futuro.

Ustedes tienen esperanzas, sueños y un potencial ilimitado. Su adolescencia es un punto de partida decisivo en su vida. Pueden que afronten contratiempos y desafíos, pero no hay problema que no puedan superar. Todos poseen en su interior una poderosa fuerza vital que les permitirá remontar todas las adversidades.

El budismo Nichiren enseña que cada uno de nosotros, sin excepción, puede activar esa fortaleza interior esencial, extraer coraje y sabiduría y, sin dejarse vencer por las dificultades de la vida, ser feliz sin falta. La Soka Gakkai ha dado a conocer esta gran enseñanza a personas de todo Japón y el mundo, y de este modo ha creado un movimiento creciente dedicado al kosen-rufu, la felicidad humana y la paz.

Me gustaría dirigir esta disertación –compuesta por esta entrega y la siguiente– especialmente a ustedes, los integrantes del Departamento Futuro, quienes alzarán un dinámico vuelo hacia el porvenir. En esta entrega, estudiemos el texto del Daishonin titulado Carta a los hermanos, una fuente de inmensa fuerza e inspiración para confrontar sin miedo las tormentas de la adversidad.

LA INTRÉPIDA LUCHA DE LOS PRESIDENTES MAKIGUCHI Y TODA

Julio es, en la Soka Gakkai, el mes de maestro y discípulo.

El 3 de julio de 1945, mi maestro Josei Toda salió de la cárcel de Toyotama, en Nakano, Tokio. Había sido arrestado hacía más de dos años junto con su maestro, el presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi, por oponerse al gobierno militar japonés en tiempos de guerra. Nada más recuperar la libertad, el señor Toda se puso de pie por decisión propia como único heredero espiritual del señor Makiguchi, e inició una gran lucha por el kosen-rufu.

El maestro Makiguchi había muerto ocho meses antes (el 18 de noviembre de 1944) en la Penitenciaría de Tokio, situada en Sugamo, como prisionero de conciencia.[1] A lo largo de su encarcelamiento transmitió intrépidamente el budismo Nichiren a sus guardias y, durante los interrogatorios, proclamó valientemente la validez de las enseñanzas del Daishonin.

En la última carta que escribió desde la cárcel, Makiguchi Sensei declaró: «Es natural que los tres obstáculos y los cuatro demonios[2] me hayan atacado; es tal como dice el sutra [del Loto]».[3] Cuando falleció tenía 73 años. Hasta el último día, luchó por la verdad con el «corazón de un león rey».[4]

KOSEN-RUFU: EL GRAN JURAMENTO DE AYUDAR A TODAS LAS PERSONAS A LOGRAR LA BUDEIDAD

El kosen-rufu es el gran juramento de ayudar a todas las personas a lograr la budeidad. Desde la perspectiva de los escritos del Daishonin, es inevitable que esta gran contienda de los maestros y discípulos de la Soka por establecer la felicidad y la paz para toda la humanidad encuentre obstáculos y persecución. El 3 de julio de 1957, también yo fui detenido, bajo el pretexto de cargos fraguados, y encarcelado por autoridades alarmadas ante el surgimiento de un nuevo y vigoroso movimiento popular.[5]

Encontramos obstáculos porque practicamos la enseñanza budista correcta. Cuando esto sucede, tenemos dos opciones: podemos identificar sabiamente su verdadera naturaleza, reconociendo que son funciones negativas, y hacerles frente con decisión por medio de la fe; o podemos atemorizarnos y retroceder. El Daishonin afirma con claridad que los practicantes genuinos seguirán el primer camino. Desde luego, ¡eso no significa que deban ir a la cárcel para demostrar que tienen fe genuina!

Los presidentes Makiguchi y Toda y yo, unidos por los lazos de maestro y discípulo, siempre nos hemos puesto en pie a la vanguardia de todas nuestras luchas, decididos a proteger a cada uno de nuestros miembros y nuestros jóvenes.

¡Hereden y perpetúen nuestro resuelto espíritu de la fe y venzan cualquier función demoníaca! La «fe para superar obstáculos»[6] es la orgullosa tradición de la Soka Gakkai.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]Tsunesaburo Makiguchi falleció el 18 de noviembre de 1944, con 73 años, en la Penitenciaría de Tokio a causa de la desnutrición y la vejez, en condiciones de salud gravemente minadas por las privaciones de su largo encierro en aislamiento. Coincidentemente, su muerte se produjo en la fecha que marcaba el aniversario de la fundación de la Soka Gakkai.

[2]En esta misma disertación, en el apartado «Cuando practicamos la enseñanza correcta, surgen obstáculos», puede leerse en detalle acerca de los tres obstáculos y cuatro demonios.

[3]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 10, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, pág. 301.

[4]Carta desde Sado, en END, pág. 320.

[5]En julio de 1957, Daisaku Ikeda, entonces responsable del grupo directivo del Departamento de Jóvenes de la Soka Gakkai, fue arrestado e injustamente acusado de violar la ley electoral en las elecciones de renovación parcial de la Cámara de Senadores (Cámara Alta) de Osaka. El juicio, que duró casi cinco años, terminó con la su absolución total, y con el sobreseimiento de todos los cargos el 25 de enero de 1962.

[6]«Fe para superar obstáculos» es una de las cinco guías eternas de la Soka Gakkai.

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