Carta a los hermanos (3/3)


(Volver a la parte 2/3).

Si ustedes la propagan [esta enseñanza], sin falta surgirán las funciones demoníacas. Pues si no ocurriera de ese modo, no habría forma de saber que es la enseñanza correcta. En un pasaje del mismo volumen [quinto, de Gran concentración e introspección[20] de T’ien-t’ai[21] se lee: «A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí por interferir. […] Uno no debería dejarse influenciar ni atemorizar por estas funciones. Pues quien cae bajo su influencia acaba desviándose a los caminos del mal. Y quien les teme no podrá practicar la enseñanza correcta». Esta declaración no solo se aplica a mí, sino que constituye una guía para mis seguidores. Con profundo respeto, graben esta enseñanza en lo más hondo de su vida y transmítanla como axioma de fe para las futuras generaciones.[22]

CUANDO PRACTICAMOS LA ENSEÑANZA CORRECTA, SURGEN OBSTÁCULOS

Este es el más célebre pasaje de Carta a los hermanos.

«Si propagan [esta enseñanza]» significa que el compromiso con la práctica budista provoca indefectiblemente el surgimiento de funciones que buscan obstruir la fe.

El Daishonin prosigue: «Pues si no ocurriera de ese modo, no habría forma de saber que es la enseñanza correcta». Precisamente porque el budismo Nichiren es la enseñanza correcta para el logro de la budeidad, las funciones demoníacas se desatan para dificultar o impedir nuestra práctica.

Luego, cita un pasaje de Gran concentración e introspección de T’ien-t’ai que dice: «A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí por interferir».

Los tres obstáculos son: 1) el de los deseos mundanos; 2) el del karma, y 3) el de la retribución.[23] Aquí, «obstáculo» significa algo que se interpone en nuestra práctica budista o la obstruye.

Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el impedimento de los deseos mundanos; 3) el impedimento de la muerte; 4) el impedimento del Rey Demonio.[24] Un demonio, en el budismo, es una función negativa que consume desde dentro el tono y la vitalidad de quienes practican la enseñanza correcta. Lo importante es recordar que tanto los obstáculos como los demonios son fuerzas que tratan de dificultar o impedir nuestra práctica budista.

De todos ellos, el más grave es el impedimento del Rey Demonio. Estamos hablando aquí del «Rey Demonio del Sexto Cielo», también conocido como «El Que Goza Manipulando a Su Voluntad el Producto de las Cosas Conjuradas por Otros», porque su goce es manipular y explotar a los otros a su antojo. Por ser la función demoníaca más fundamental que opera en la mente humana y puede llegar a controlarla, se vale de toda clase de medios para atacar y acosar a los practicantes de la enseñanza correcta. Uno de ellos es manifestarse en personas poderosas o en posiciones sociales de autoridad y hacerles perseguir a los practicantes de la Ley Mística.

Aquí, el Daishonin nos dice que, ante esas funciones obstructivas, no debemos dejarnos influenciar ni atemorizar.[25]

«LOS SABIOS SE REGOCIJAN, MIENTRAS QUE LOS NECIOS SE ECHAN ATRÁS»

No «ser influenciados» significa no dejar que las funciones negativas induzcan o determinen nuestra forma de proceder. No dejarnos atemorizar significa derrotarlas con la sabiduría de identificarlas y la valentía de confrontarlas. Esta postura es la que nos permite hacer la revolución humana y transformar nuestro karma.

En otro texto dirigido a Munenaga, el menor de los hermanos Ikegami, el Daishonin escribe: «En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstáculos y los cuatro demonios; pero cuando ello sucede, los sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás».[26] Dice a su seguidor que vea el surgimiento de tales funciones como una oportunidad para acercarse al logro de la budeidad, y que supere ese reto con la postura de fe de un sabio que se regocija.

Al final del pasaje que estamos estudiando, el Daishonin escribe: «Esta declaración no solo se aplica a mí, sino que constituye una guía para mis seguidores. Con profundo respeto, graben esta enseñanza en lo más hondo de su vida y transmítanla como axioma de fe para las futuras generaciones».

El Daishonin ya había experimentado varios hostigamientos que habían puesto en peligro su vida –entre ellos, el exilio a Izu,[27] la persecución de Tatsunokuchi y el posterior destierro a Sado[28]– y en cada caso había prevalecido. A eso se refiere cuando escribe: «Esta declaración […] se aplica a mí».

Entonces afirma que ese camino de la práctica budista –la senda de la lucha conjunta que él y sus discípulos estaban transitando–, debe transferirse a las generaciones futuras, como parte de la lucha para asegurar la eterna perpetuación de la Ley.

El Daishonin alienta a los hermanos Ikegami diciéndoles que depende de ellos corporificar y transmitir este camino como fuente de inspiración para las generaciones futuras. Los hermanos superaron su difícil situación y, unidos en la fe, incluso guiaron a su padre a adoptar las enseñanzas del Daishonin.

Este pasaje nos enseña que nuestro ejemplo de derrotar las funciones negativas y seguir avanzando triunfalmente será la piedra angular que afirmará las bases del eterno desarrollo del kosen-rufu.

LAS ÉPOCAS DIFÍCILES REVELAN NUESTRO VERDADERO VALOR

Una vez [en Tokio, en noviembre de 2006], tuve el honor de reunirme para dialogar con la fallecida ganadora del Premio Nobel de la Paz, Betty Williams, verdadera líder de los derechos humanos y de la paz.

Cuando pregunté a la señora Williams qué la mantenía en pie en su infatigable labor pacifista, respondió: «En esta tarea, debes tener el coraje de tus convicciones. Hay que seguir adelante, opine lo que opine la gente, y jamás darte por vencido».

También en la fe es importante tener el coraje de las propias convicciones. El coraje es la expresión de la fe firme.

En la vida, es inevitable encontrar dificultades y circunstancias adversas. Habrá momentos en que ustedes, mis jóvenes amigos, sentirán que ya no pueden seguir adelante. Pero esos son los momentos en que podrán mostrar su verdadera capacidad como valientes practicantes de la Ley Mística. Los leones de la Soka, que se ponen de pie en los momentos cruciales, triunfarán sin falta tarde o temprano.

CONSTRUIR, DURANTE LA JUVENTUD, UN BASAMENTO DE FE INDESTRUCTIBLE

La juventud es una época para sentar bases sólidas en la fe; cimientos que no se derrumben en presencia de ningún obstáculo. La clave es perseverar en la fe y practicar durante toda la vida, pase lo que pase, avanzando siempre con valentía.

Ustedes tienen incontables predecesores en la fe que están trabajando activamente por el kosen-rufu en todo el mundo en nuestra asamblea de «buenos amigos» y viviendo vidas victoriosas junto a la Ley Mística, la Soka Gakkai y confiables compañeros. Todos nuestros miembros están avanzando por el camino infalible hacia la felicidad.

DAR PRIORIDAD AL APRENDIZAJE Y LA SALUD

Con miras al centenario de la Soka Gakkai (en 2030), como sucesores de nuestro movimiento, por favor, estudien, desarróllense y logren un estupendo crecimiento, dando máxima prioridad al aprendizaje y la salud. Espero que mis queridos jóvenes amigos se esfuercen con valor en la práctica budista y avancen con un compromiso inamovible en la fe hasta el final de su vida.

Ante ustedes se abre un camino ancho y abierto. Les espera un futuro lleno de esperanza y de excitantes victorias.

Pronto llegará el momento de levantar el vuelo audazmente y guiar a la humanidad hacia la felicidad y la paz.

(Traducción del artículo publicado en la edición de julio de 2021 de Daibyakurenge).


[20]Gran concentración e introspección: Compilación de las conferencias ofrecidas por T’ien-t’ai (538-597) y transcritas por su discípulo Chang-an. Junto con Profundo significado del «Sutra del loto» y Palabras y frases del «Sutra del loto» forma la trilogía de las obras principales de T’ien-t’ai.

[21]T’ien-t’ai (538-597): También conocido como gran maestro T’ien-t’ai o Chih-i. Fundador de la escuela T’ien-t’ai de China.

[22]Carta a los hermanos, en END, pág. 525.

[23]El obstáculo de los deseos mundanos significa que los deseos, pulsiones o aflicciones mundanas –como la codicia, el odio y la estupidez (conocidos como los «tres venenos»)– nos impiden avanzar en la fe y en la práctica del budismo. El obstáculo del karma se refiere a los impedimentos de la fe y la práctica que derivan de nuestras malas acciones en esta vida; en Carta a los hermanos se cita, como ejemplo concreto, la oposición de los seres cercanos, como el cónyuge o los hijos. El obstáculo de la retribución se refiere a los impedimentos a nuestra práctica budista asociados a las circunstancias adversas en las que hemos nacido o en las que debemos vivir; se considera que estos son los efectos o consecuencias negativas originadas en el karma de existencias anteriores.

[24]El impedimento de los cinco componentes deriva de la desarmonía en las funciones físicas y mentales, o en los cinco componentes de quienes llevan a cabo la fe y la práctica. El impedimento de los deseos mundanos denota la aparición de aflicciones como el odio, la codicia y la estupidez que, desde el propio interior de la persona, obran para destruir su fe. El impedimento de la muerte se refiere a que la práctica budista de alguien se ve impedida o coartada a causa de su muerte. Asimismo, puede decirse que alguien ha claudicado ante el demonio de la muerte cuando la causa de la duda y el alejamiento de la fe budista es la muerte de otro practicante o de un ser querido. Por último, está el demonio o impedimento del Rey Demonio.

[25]Véase Carta a los hermanos, en END, pág. 525.

[26]Los tres obstáculos y los cuatro demonios, en END, pág. 668.

[27]Exilio en Izu: Persecución en la cual el Daishonin fue exiliado a Itō, en la provincia de Izu –en parte de la actual prefectura de Shizuoka–, entre mayo de 1261 y febrero de 1263. Cuando el Daishonin reapareció en Kamakura en la primavera de 1261 y retomó sus actividades de propagación, después de un breve lapso en la provincia de Awa posterior a la persecución de Matsubagayatsu, el gobierno lo arrestó y, sin una debida investigación, lo mandó exiliar a Itō. Después de unos dos años de haber llegado a Izu, Nichiren fue perdonado y regresó a Kamakura.

[28]Persecución de Tatsunokuchi y exilio en Sado: El 12 de septiembre de 1271, las autoridades arrestaron a Nichiren Daishonin y lo llevaron a un lugar llamado Tatsunokuchi, en las afueras de Kamakura, donde intentaron ejecutarlo al amparo de la noche. Cuando el intento de ejecución fracasó, el Daishonin fue mantenido bajo custodia en la residencia del condestable interino de Sado, Homma Rokuro Saemon, en Echi (parte de la actual prefectura de Kanagawa). Tras un período de un mes, mientras el gobierno debatía qué hacer con él, fue desterrado a la isla de Sado, algo que en aquel momento equivalía a una sentencia de muerte. Sin embargo, cuando se cumplieron las dos calamidades predichas por el Daishonin –la rebelión interna y la invasión extranjera–, el gobierno emitió un indulto en marzo de 1274, y el Daishonin regresó a Kamakura.

Scroll al inicio