Este mes, en que se conmemora el aniversario de la primera edición del Seikyo Shimbun,[1] presentamos pasajes del capítulo «Avanzar» de La nueva revolución humana que recrean el modo en que la visita de Daisaku Ikeda a Ehime en otoño de 1973 motivó un notable aumento de la difusión del periódico en dicha prefectura japonesa. Una sugerencia: donde está escrito «Seikyo Shimbun», considérese leer también –en algunas frases– el nombre de su publicación hermana en España, Civilización Global.
Al comienzo del capítulo «Avanzar», el tercero del volumen 18 de La nueva revolución humana, se alude a la repercusión que tuvo el preanuncio del viaje de Shin’ichi Yamamoto a la prefectura japonesa de Ehime entre las repartidoras del Seikyo Shimbun locales.[2] Allí, en la ciudad de Matsuyama, iba a iniciar una gira por la isla de Shikoku seis meses más tarde, en noviembre de 1973.
En una reunión convocada con carácter extraordinario a inicios de aquel mes de mayo, una repartidora compartió la siguiente reflexión: «Pienso que no estaríamos actuando como verdaderas discípulas si nuestra única reacción ante la noticia de la próxima visita del maestro Yamamoto fuera la alegría. Deberíamos darle la bienvenida con una victoria. Deseo sugerir que empecemos una intensa campaña para aumentar el número de lectores».[3] Otra participante expresó su acuerdo y observó: «A través del Seikyo Shimbun, la gente puede conocer el budismo de Nichiren Daishonin y comprender la misión que cumple la Soka Gakkai […]. Si el kosen-rufu es una contienda de palabras, entonces el Seikyo Shimbun es absolutamente indispensable».[4]
Hasta ese momento, existía la tendencia de considerar el Seikyo Shimbun como una mera publicación interna.
Esas expresiones de decisión eran muestra de un espíritu que podría calificarse como pionero. Leemos sobre ello en la novela:
Hasta ese momento, existía la tendencia de considerar el Seikyo Shimbun como una mera publicación interna; por lo tanto, con que estuvieran suscritos los miembros de Gakkai era suficiente. Pero las repartidoras de Ehime, seguras de que la expansión era la clave para aumentar el conocimiento del público en lo referente a la organización, estaban decididas a aceptar el desafío de ampliar el círculo de lectores más allá de los límites aceptados hasta ese momento.
El deseo de Josei Toda había sido que personas de todo Japón y el mundo leyeran el Seikyo Shimbun. Podría decirse que la misión del periódico era ser una brújula que guiara a la gente a través de un mundo turbulento. El Seikyo Shimbun transmite la verdad acerca de la Soka Gakkai y lo correcto de su causa […]. También expone claramente la filosofía budista de la revolución humana que conduce a la paz y la felicidad de todos los habitantes del planeta.[5]
A continuación, presentamos un extracto referido a la campaña que se desarrolló a partir de esa determinación. Va precedido por una frase de los escritos de Nichiren Daishonin que Daisaku Ikeda cita al alabar a sus protagonistas.
UNA NUEVA IDEA QUE ABRIRÁ EL CAMINO HACIA EL PORVENIR
Si averiguamos el origen del monte Sumeru, encontramos que comenzó siendo una simple partícula de polvo; del mismo modo, el gran océano se inició con una sola gota de agua.[6]
«Ningún desafío es más estimulante o hace arder con más fulgor nuestro espíritu de lucha que aquel que nace de la propia iniciativa. [Las repartidoras del Seikyo Shimbun en la prefectura] [d]ecidieron […] hacer de Ehime la región líder en el número de lectores en Japón. […]
Una de ellas visitó cientos de familias que vivían en el área en la que le tocaba entregar el periódico y les animó a que se suscribieran. Pero, aunque se empeñó al máximo, su esfuerzo resultó vano. Algunos la echaron como si fuera una vendedora molesta; incluso hubo quienes le gritaron que odiaban a la Soka Gakkai. Otra repartidora apeló a sus conocidos, pero estos se negaron diciendo que no estaban interesados en suscribirse a un periódico religioso.
Pero, a pesar de lo difícil que era, no se desalentaron. Se dieron cuenta de que promover la lectura del Seikyo Shimbun estaba directamente ligado a la propagación del budismo del Daishonin y que, por lo tanto, no podían esperar que fuera fácil, de modo que decidieron perseverar y continuar con el diálogo sincero. Entonaron daimoku fervorosamente y se armaron de valor para enfrentar el desafío.
Los lectores adquirieron un conocimiento más profundo de la Soka Gakkai; […] se cimentó la base para el kosen-rufu de la comunidad.
Finalmente, sus esfuerzos empezaron a dar frutos. En el proceso de acercamiento a posibles suscritores, forjaron relaciones con los vecinos, quienes empezaron a abrir su corazón y a compartir con ellas sus problemas personales. Cuando las repartidoras explicaban cómo podía ayudarlos la práctica budista, algunos aceptaban gustosos suscribirse al Seikyo Shimbun […].
El número se multiplicó por todo Ehime; en algunas áreas, se suscribieron al diario más de un tercio de los habitantes. Los lectores adquirieron un conocimiento más profundo de la Soka Gakkai; de este modo, se cimentó la base para el kosen-rufu de la comunidad. […]
Cuando Shin’ichi Yamamoto llegó al Centro Comunitario Matsuyama […] dijo:
–Las repartidoras del periódico hicieron realmente un trabajo impresionante. El esfuerzo de promover las suscripciones no solo entre los miembros de Gakkai sino también entre aquellos que no lo son es una nueva idea que abrirá el camino hacia el porvenir».[7]
[1] ↑ El Seikyo Shimbun es el diario de la Soka Gakkai, publicado en Japón. En relación con este aniversario, véase también en este número las secciones «Especial» (con entrevistas a Francisco Díez de Velasco y Lola Monzón) y «Este mes».
[2] ↑ Tradicionalmente, la entrega en buzón del Seikyo Shimbun ha sido asumida por miembros de la Soka Gakkai que integran un grupo dedicado voluntariamente al desempeño de esta labor como actividad organizativa.
[3] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 17 y 18, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2020, pág. 314.
[4] ↑ Ib.
[5] ↑ Ib., págs. 314 y 315 (adaptado).
[6] ↑ Los beneficios del «Sutra del loto», en END, pág. 700.
[7] ↑ IKEDA, op. cit., págs. 314-318 (adapt.).