PEDRO TIAGO BARBOSA  · BARCELONA

Soy brasileño y practico el budismo desde 1994. Hace un año que vivo en Barcelona y, cuando llegué, rápidamente comencé a participar en un grupo de diálogo y en los encuentros de jóvenes. Al poco tiempo, surgieron varias dificultades: me separé, y de repente no tenía ni dónde vivir ni trabajo.

En ese momento junté coraje gracias a las orientaciones de mi maestro, me desafié en el daimoku y las actividades, y poco a poco las cosas empezaron a cambiar positivamente: encontré trabajo, me mudé a un barrio que deseaba, y hasta volví a conectarme con mi pareja.

En La nueva revolución humana Sensei dice: «Las pruebas y las tribulaciones son parte inevitable de la vida. Lo que cuenta es cómo reaccionamos frente a ellas. Los esfuerzos para superar los desafíos son tesoros que nos enriquecen y nos hacen brillar como personas».[1] Lo comprobé en esos meses.

Tras vivir esta experiencia, al principio de este año, animado por la campaña «El uno es madre de diez mil», renové mi objetivo de hacer shabukuku. Con determinación y daimoku, comencé a sacar más la voz y descubrí que muchas personas de mi trabajo están interesadas en conocer el budismo. He podido invitar hasta cinco personas a los últimos encuentros de jóvenes. Una de ellas llegó a participar y, a raíz de la reunión, hemos abierto un diálogo genuino en el que siente confianza para hablar de sus problemas. Por mi parte, siempre la aliento a que recite daimoku con la determinación de hacer surgir la sabiduría y enfrentar cada momento de la mejor forma posible, y sigo compartiendo con ella pasajes de aliento de Ikeda Sensei.

Recordando todo lo que viví en mis inicios en España, me reconozco en las palabras de Sensei cuando dice: «La Ley Mística nos permite transformar cualquier veneno en medicina. Hay ocasiones en que nos preguntamos por qué nos pasan cosas malas, pero, cuando practicamos el budismo, todo lo que ocurre tiene un hondo significado. Podemos dar una dirección positiva a todo, con la certeza de que nuestras oraciones se cumplirán sin falta».[2]

Ahora estoy más determinado que nunca a compartir la Ley y a que las personas de mi alrededor puedan percibir cómo el budismo marca una diferencia en mi vida.


[1]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 23 y 24, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2022, pág. 19.

[2]Véase Civilización Global, n.º 202, febrero 2022, pág. 29.

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