Expandir la red de paz y felicidad


Orientación para la SGEs


Rosal de la variedad Setsuko Thurlow, donado al Jardín de la Paz por su creadora, la prestigiosa hibridadora Matilde Ferrer

El 10 de junio de 1951, Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, formaba el primer departamento de la organización: el Departamento de Mujeres. Un mes después se establecían los departamentos juveniles y, 15 años más tarde, ya durante la presidencia de Daisaku Ikeda, el de hombres.

En el reciente mensaje que ha dirigido a los departamentos femeninos de la SGI de Europa,[1] Ikeda Sensei cita unas palabras que Nichiren Daishonin dirigió a una discípula: «Ni una vez he pensado en retroceder»;[2] y alaba su postura firme y sincera al mantenerse inquebrantable en la fe junto con él.

Sensei extiende esta alabanza del Daishonin a todas las mujeres de Europa. Esto incluye, por supuesto, a todas las mujeres de la Soka Gakkai de España, que el 4 de junio conmemoran el día de la agrupación Kayo-kai Ikeda y el 16 de junio, el Día del Departamento de Mujeres de la SGEs, esto último recordando el encuentro mantenido ese día del año 1991 con Ikeda Sensei y su esposa en el Centro Europeo de la Soka Gakkai en Trets, Francia.

En un momento tan decisivo como el actual, podemos comprobar que, cuanto más acentuada es la oscuridad, más resplandece el humanismo del budismo Nichiren. Jamás debemos retroceder ni un solo paso en nuestro desafío. Toda Sensei decía: «Estamos emprendiendo una gran revolución. No a través del poder político ni de la fuerza militar, sino mediante una lucha no violenta. La nuestra es la revolución humana y, por eso, constituye una revolución verdadera».[3]

La luz de la civilización y la cultura resplandece allí donde las voces de las mujeres resuenan llenas de regocijo, donde ellas pueden emplear libremente su sabiduría y creatividad.

En tal sentido, el extraordinario empeño de las mujeres y de las jóvenes miembros del Kayo-kai Ikeda implica de verdad una enorme esperanza. En una oportunidad, Ikeda Sensei llegó a expresar: «Nada supera el maravilloso sentimiento y la enorme inspiración que nos produce a mi esposa y a mí ver hoy a nuestras jóvenes miembros, en Japón y en el resto del mundo, esforzarse con gran alegría para expandir su red de paz y de felicidad».[4]

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También en junio, el día 6 marca un nuevo aniversario del nacimiento de Tsunesaburo Makiguchi, pedagogo y primer presidente de la Soka Gakkai. Su creencia de que el propósito de la educación debía ser la felicidad de los niños sigue brindando una enorme inspiración a quienes integran las instituciones educativas fundadas por Daisaku Ikeda, como continuador de la tradición que él inició; los institutos de investigación inspirados por su filosofía, como el IEDDAI-Instituto Ikeda de la Universidad de Alcalá, que este mes cumple el tercer año desde su establecimiento formal en junio de 2019; y los grupos de educadores de las distintas organizaciones de la Soka Gakkai en el mundo, quienes, cultivando este espíritu en las actividades organizativas, luego lo ponen en práctica en escenarios pedagógicos de lo más diverso en la sociedad.

Como rememoramos de manera extraordinaria el año pasado, en el 40.º aniversario de su establecimiento, el 6 de junio es también del Día de la Inseparabilidad de Maestro y Discípulo de Europa.

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Manteniendo la protección de la salud como prioridad, en el mes de mayo hemos realizado las primeras reuniones presenciales en centros culturales de la SGEs desde el inicio de la pandemia, así como reuniones de diálogo y estudio en formato combinado (virtual y presencial). La alegría del encuentro en las reuniones, sumada a la de los encuentros personales presenciales que ya habíamos iniciado, está avivando nuestra determinación de expandir aún más la campaña «El uno es madre de diez mil», como para emprender la segunda mitad del año con una nueva pasión juvenil y con nuestra sonrisa como la primera de los «millones de sonrisas» que nos propone Ikeda Sensei en los versos citados en la sección «Para dialogar» de este mes.

En el volumen 26 de La nueva revolución humana, a cuya lectura invitamos este mes en la SGEs, un responsable de la Soka Gakkai pregunta a Shin’ichi Yamamoto qué fue lo que les impulsó a él y a los responsables que lo acompañaban a realizar una histórica campaña de aliento en el verano de 1957, en el distrito tokiota de Arakawa. Su respuesta es:

Nos impelía la determinación firme e inamovible de hacer que todo el mundo fuera feliz. Por aquellos tiempos, los miembros tenían toda clase de problemas: la pobreza, la falta de trabajo, la enfermedad, la desarmonía familiar… Y sufrían horrores bajo el tremendo peso de su karma.

Por eso, cada vez que me reunía con ellos les repetía que debían despertar a su misión –la de Bodisatva de la Tierra– y consagrarse a luchar por el kosen-rufu. Ya que era la única manera de poder cambiar fundamentalmente su destino.

Aunque aquella campaña fue breve, todos entonaron daimoku fervientemente, decididos a asumir el reto de la propagación como una oportunidad para superar sus problemas. Se armaron de valor y se entregaron con todo su ser a la lucha. Y no lo hacían porque alguien lo hubiese dicho, sino motivados por un afán que provenía de su fuero interior.

El propósito de nuestra fe y de las actividades en la organización es lograr la felicidad. Por eso, todo esfuerzo, en última instancia, es para beneficio personal, y eso implica contribuir a la prosperidad social.

Durante la campaña e incluso después, recibí informes de muchos miembros que habían logrado superar sus dificultades o que habían recibido beneficios como resultado de aquella lucha.

[…] Pero lo que me dio más fuerza aún para llevar adelante la campaña en Arakawa fue mi afán de mostrar allí una prueba real del crecimiento y el desarrollo de la Soka Gakkai, de manera que el maestro Toda pudiese estar seguro respecto del futuro del kosen-rufu.[5]

Con este mismo corazón, en esta época del año en la que recorremos el espacio entre el 3 de mayo y el 3 de julio, Día de la Inseparabilidad de Maestro y Discípulo de la Soka Gakkai, renovemos nuestra determinación de protagonizar cada una y cada uno de nosotros historias de oro, escribiendo así páginas de una nueva revolución humana.


[1]El mensaje se ha publicado en este número, sección «Mi historia».

[2]WND-2, pág. 465.

[3]IKEDA, Daisaku: «Ni una vez he pensado en retroceder», Seikyo Shimbun, 21/10/2012.

[4]IKEDA, Daisaku: «La jubilosa primavera del Kayo-kai Ikeda», Daibyakurenge, febrero de 2012.

[5]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vols. 25 y 26, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2022, págs. 442-443.

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