La alegría del 3 de mayo (2/3)


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Así pues, podemos afirmar que los bodhisattvas que surgen de la Tierra son los bodhisattvas de la enseñanza esencial.[5] La palabra «esencial» u «original» representa los méritos transmitidos desde el pasado remoto, hace kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios,[6] los méritos que no tienen comienzo ni fin.

Estos bodhisattvas son poseedores de la Ley esencial u original. La Ley original es Nam-myoho-renge-kyo. […] Aceptar y practicar esta Ley primigenia se expresa con la sola palabra «fe» o «creencia» Esa sola palabra ‘fe’ es la filosa espada con la cual uno enfrenta y supera la oscuridad o ignorancia primordial.[7] El comentario [de T’ien-t’ai en Palabras y frases del «Sutra del loto»] afirma: «Fe significa no tener dudas». Piensen en ello.[8]

Poseedores de la Ley original desde el remoto pasado

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, dentro del título «Capítulo 15: Surgir de la Tierra. El punto importante», el Daishonin dice: «Nichiren y sus seguidores, que hoy entonan Nam-myoho-renge-kyo, [se cuentan entre] los seguidores de estos bodhisattvas surgidos de la tierra».[9] Este pasaje es una importante prueba documental de que todos los miembros de la Soka Gakkai somos Bodisatvas de la Tierra.

Bodisatva de la Tierra es todo aquel que se pone de pie para transmitir la Ley Mística. Estas personas son bodisatvas inseparables del Buda eterno, cuya vida abunda en «méritos sin comienzo ni fin».[10]

El pasaje anterior señala que los Bodisatvas de la Tierra son «poseedores de la Ley esencial u original». Son los «verdaderos discípulos»[11] que han abrazado la Ley original de Nam-myoho-renge-kyo y han jurado dedicar la vida a propagarla en el mundo saha plagado de conflictos.

Los Bodisatvas de la Tierra se han esforzado diligentemente y han templado su determinación en la práctica budista desde el remoto pasado.[12] Por eso, han aparecido por propia voluntad en este mundo saha tan oscuro, en el cual viven con fortaleza e integridad aun cuando en la época abundan los tres venenos. No se dejan ensuciar por la ciénaga de la oscuridad o ignorancia primordial, como «la flor de loto en el agua».[13]

¿De qué manera practican y proclaman la Ley original de Nam-myoho-renge-kyo los Bodisatvas de la Tierra? Por medio de la creencia o fe, dice el Daishonin. La abrazan firmemente, con una fe despojada de dudas; la Ley está siempre en su vida.

«La palabra “fe” es la filosa espada con la cual uno enfrenta y supera la oscuridad o ignorancia primordial». Grabemos estas palabras profundamente en nuestras vidas. La «filosa espada» de la fe es lo que nos permite triunfar en cada batalla contra los tres obstáculos y los cuatro demonios,[14] y contra los tres enemigos poderosos,[15] además de construir una potente red de personas dedicadas a difundir la Ley Mística, con su grandiosa enseñanza de respeto a la dignidad de la vida en el mundo saha.

Surgir del ámbito de la verdad fundamental de la vida

El Daishonin observa que, antes de aparecer, los Bodisatvas de la Tierra vivían en la «región inferior», que representa la verdad fundamental de la vida, descrita [por el gran maestro T’ien-t’ai] como «las profundidades de la naturaleza del Dharma; la región suprema de la fuente profunda».[16] Simboliza ese reino de abundancia «bajo la tierra» que da vida y nutre a todas las cosas, las sustenta en un nivel esencial y las provee de fortaleza ilimitada.

Los Bodisatvas de la Tierra surgen con pujanza y energía de este basamento de todas las cosas, como «seres solemnes y dignos, de gran y noble estatura».[17]

El Daishonin señala: «“Surgir” [en la frase “Surgir de la Tierra”] indica que, en el momento del kosen-rufu, los seres de todo Jambudvipa [el mundo entero] serán practicantes del Sutra del loto».[18] Prodigiosamente, en este momento, están apareciendo en todo el mundo y en forma sincrónica practicantes dedicados a la gran misión del kosen-rufu. Ellos son los mentores y los discípulos de la Soka.

El gran navío de la Ley Mística que surca los mares borrascosos

El propósito de la Soka Gakkai es que nuestro movimiento de base popular sea un «pilar» que sustente la paz en el mundo; que sea los «ojos» capaces de discernir el futuro, enfocados en la creación de esperanza; y que sea un «gran navío» imbuido de amor compasivo para llevar a bordo a todos los seres vivos y unir a la humanidad… Un gran navío que surque los mares borrascosos de nuestro tiempo y abra una nueva página de paz y felicidad para todos.

Con la convicción de que estamos «en el rumbo certero hacia logros históricos»,[19] nuestro barco emprende un viaje esperanzador para difundir en el mundo las enseñanzas del Daishonin, llevando en el centro el «mástil de la única enseñanza verdadera del Camino Medio [Nam-myoho-renge-kyo]».[20]

Esta analogía tiene un profundo significado. Si podemos seguir navegando en el océano tempestuoso, gradualmente las aguas volverán a calmarse. El oleaje turbulento de la historia nos enseña la impresionante aptitud de la humanidad para remontar toda clase de sufrimientos. Aun enfrentados a conflictos y desastres naturales, somos capaces de restablecer y reconstruir nuestra vida… Esta es la resiliencia y la fortaleza de la gente común. Mientras el «mástil de la única enseñanza verdadera del Camino Medio» se mantenga firme en su sitio, podremos seguir navegando hacia delante.

Si podemos seguir navegando en el océano tempestuoso, gradualmente las aguas volverán a calmarse. El oleaje turbulento de la historia nos enseña la impresionante aptitud de la humanidad para remontar toda clase de sufrimientos. […] Mientras el «mástil de la única enseñanza verdadera del Camino Medio» se mantenga firme en su sitio, podremos seguir navegando hacia delante.

La Soka Gakkai sigue la gran vía del Camino Medio

La Soka Gakkai seguirá siempre la gran vía del Camino Medio, pues esta es la esencia del budismo.

Shakyamuni dijo, mirando retrospectivamente el proceso que lo había conducido a lograr la iluminación, que él había tomado conciencia del Camino Medio yendo más allá de los extremos del hedonismo y del ascetismo.

En El logro de la Budeidad en esta existencia, el Daishonin explica el verdadero significado del Camino Medio:

La vida es, sin duda, una realidad inescrutable, que trasciende las palabras y los conceptos de existencia o no existencia; no es existencia ni no existencia, y sin embargo exhibe las cualidades de ambas. Es la entidad mística del Camino Medio, la realidad suprema. Myo es el nombre que se le da a la naturaleza mística de la vida.[21]

Pero el Camino Medio no es un estado neutral o pasivo, ni es la media ponderada entre dos extremos. Antes bien, es el proceso que nos lleva a entrar en el Camino, de acuerdo con la verdad y la razón. Es vivir basados en una concepción holística e integral de la vida.

En el mundo hay toda clase de dualidades: está la existencia y la no existencia; el bien y el mal; el materialismo y el espiritualismo; está el capitalismo y el comunismo; lo autóctono y lo extranjero; la mayoría y la minoría; el yo y el otro, y así sucesivamente.

Cuando nos dejamos regir por estas dualidades, tendemos a favorecer un elemento y a rechazar el otro.

Sin embargo, la visión budista del Camino Medio es totalmente distinta. No rechaza ningún lado, pues ambos existen en los seres humanos. El verdadero budismo es una enseñanza universal que abarca la totalidad. Vivir en la grandiosa vía del Camino Medio es emplear positivamente todas las cosas y crear valor renovado.

Todo se reduce al bienestar de las personas

La asunción del señor Toda como segundo presidente de la Soka Gakkai, el 3 de mayo de 1951, se produjo durante la guerra de Corea. Con hondo pesar por el sufrimiento que estaba causando la lucha armada, el señor Toda escribió un artículo titulado «El kosen-rufu y la guerra de Corea» que se publicó en el Daibyakurenge, la revista mensual de estudio de la organización.

Allí, se solidarizaba profundamente con todos aquellos cuya vida había sido desgarrada por este enfrentamiento, escribiendo: «Me embarga el dolor cuando pienso que la guerra arroja en el duelo a tantas personas que pierden a sus esposos o esposas, y que tantos individuos quedarán buscando a sus hijos o padres desaparecidos». Antes que argumentar sobre los aciertos y yerros ideológicos de las partes en conflicto, su única preocupación era el sufrimiento de todas las personas afectadas por la tragedia.

El señor Toda presentó su histórica «Declaración para la abolición de las armas nucleares» en el estadio Mitsuzawa de Yokohama, el 8 de septiembre de 1957. En esta proclama, la más importante de sus instrucciones testamentarias a los jóvenes, también resplandece la sabiduría del Camino Medio. En aquellos años, los dos bandos enfrentados en la Guerra Fría justificaban fríamente su acumulación desenfrenada de arsenales nucleares.

El señor Toda fue a la raíz de la cuestión –la naturaleza diabólica del poder que pone bajo amenaza la supervivencia de la humanidad– y denunció las armas nucleares como un mal absoluto, junto con la mentalidad que intentaba justificar su empleo. También vio que la única forma de resolver el problema de fondo era crear una solidaridad creciente entre los pueblos que ansiaban y reclamaban la paz.

El Camino Medio, ciertamente, no es una senda fácil de transitar. Es una ruta compleja, que exige de nosotros una tremenda sabiduría; es el camino honorable y excelso que recorren los campeones del espíritu. Esta sabiduría surge cuando se vive de acuerdo con la consigna de trabajar siempre para el pueblo y junto al pueblo.

El Camino Medio es una forma de vida basada en la convicción inapelable en la dignidad de todas las personas; en valorar a cada sujeto y en mantener las raíces siempre bien afirmadas en la tierra del pueblo. Por ende, es un principio esencialmente pacifista. Rechaza los extremismos violentos disparados por la impaciencia, en favor de un gradualismo constante que respeta cabalmente la nobleza del ser humano y de una filosofía de genuino humanismo.

(Continuar leyendo la parte 3/3).

Tres venenos
Codicia, odio y estupidez; males fundamentales inherentes a la vida, que originan el sufrimiento humano. En el célebre Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de Nagarjuna, se les considera la fuente de todas las ilusiones y deseos mundanos. Se los llama así porque contaminan la vida de la gente y le impiden inclinar su mente y sus sentimientos hacia la bondad.
(Ir al lugar donde se menciona en el texto principal).


[5] Enseñanza esencial: Enseñanza expuesta por Shakyamuni desde la perspectiva de su verdadera identidad: la del Buda que logró la iluminación hace incontables kalpas. Consiste en los últimos catorce capítulos del Sutra del loto, desde «Surgir de la tierra» (15.°) hasta «El aliento del bodisatva Sabio Universal» (28.°).

[6]  Kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios: Período inconcebiblemente largo descrito en el capítulo «La duración de la vida de El Que Así Llega» (16.°) del Sutra del loto para indicar en qué tiempo remotísimo el buda Shakyamuni había logrado originariamente la iluminación.

[7] Ignorancia u oscuridad fundamental: La ilusión más hondamente arraigada en la vida, que daría lugar a las otras ilusiones. La oscuridad fundamental denota la incapacidad de ver o de reconocer la verdad, en especial, la verdadera naturaleza de nuestra vida.

[8]  OTT, págs. 119-120.

[9] Ib., pág. 118.

[10] Ib., pág. 119.

[11] En Respuesta a Niiama, el Daishonin escribe: «[El Buda declaró:] “Yo he mantenido ocultos a mis verdaderos discípulos, en las profundidades de la tierra, durante kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios. Es a ellos a quienes se lo encomendaré”. Y después de hablar así, el Buda convocó al bodhisattva Prácticas Superiores y a los otros bodhisattvas, en el capítulo “Irrumpir de la Tierra”, y les entregó los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo, corazón de la enseñanza esencial del Sutra del loto». END, pág. 490.

[12] En El general Tigre de Piedra, el Daishonin señala: «[El buda Shakyamuni no quiso encomendarle a ninguno de ellos la tarea de la propagación y, en cambio, se la confió a los Bodhisattvas de la Tierra, porque eran estos quienes habían fortalecido su determinación de manera completa y absoluta». END, pág. 997.

[13] El pasaje del capítulo «Irrumpir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto dice: «[N]o se dejan ensuciar por cuestiones mundanas, / como la flor de loto en el agua; irrumpen de la tierra…». SL, cap. 15, pág. 221.

[14] Véase Civilización Global, n.º 175, noviembre 2019, pág. 25.

[15] Ib.

[16] T’ien-t’ai: Palabras y frases del «Sutra del loto», vol. 9. Citado en OTT, pág. 119.

[17]  END, págs. 266.

[18]  GZ, pág. 834.

[19] Verso de la canción de la Soka Gakkai Kofu ni Hashire (Hacia el kosen-rufu).

[20]  END, pág. 35.

[21] Ib., pág. 4.

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