«La decisión más importante»


Mensaje de Año Nuevo de los responsables titulares de la Soka Gakkai de Europa

Suzanne Pritchard y Hideaki Takahashi

Nuestras felicitaciones por haber podido celebrar el comienzo del «Año de la esperanza y de la victoria» junto al presidente de la SGI, Daisaku Ikeda y su esposa, Kaneko Ikeda.

¡Les trasmitimos nuestro más profundo agradecimiento por los increíbles esfuerzos realizados en 2020! A pesar de la pandemia del coronavirus, los miembros de toda Europa han respondido al gran aliento del maestro Ikeda y, basándose en la campaña «1-2-3 Be the Light!», han encontrado muchas formas creativas de acercarse y conectarse. A través de seminarios y reuniones virtuales, y de los esfuerzos por mantenerse en contacto y apoyar calurosamente a todos, han asegurado que el flujo del kosen-rufu continúe avanzando pase lo que pase. Hemos recibido informes muy inspiradores desde muchos países y regiones, diciendo que gracias a que las reuniones virtuales sortean los problemas causados por las distancias geográficas, la participación en las actividades se ha visto incrementada. También hemos sabido de miembros que pudieron superar el sentimiento de soledad y la falta de contacto humano a través del fortalecimiento de su juramento y su lazo directo con Ikeda Sensei.

Sin embargo, el sufrimiento y las dificultades causados ​​por la pandemia persisten y, a la luz de esto, nuestro lema de la Soka Gakkai, «Año de la esperanza y de la victoria», ¡es como un rayo de sol! La esperanza conduce a la victoria, la victoria conduce a la esperanza y, como suele destacar Sensei, «¡la esperanza es una decisión!». En el siguiente extracto de su ensayo titulado «La decisión más importante», comienza expresando los sentimientos que surgen naturalmente en los corazones de las personas en un momento en que el clima social es oscuro e incierto. Sin embargo, después nos trasmite la base filosófica para que nosotros, como miembros de la Soka Gakkai, evoquemos una esperanza poderosa capaz de abrir el camino hacia la victoria. Escribe:

Observando el mundo de hoy, es fácil sentirse desesperado. Una especie de impotencia parece ser el estado de ánimo predominante en el mundo de hoy. Todas las decisiones sobre temas importantes parecen tomarse en algún lugar fuera de nuestro alcance. ¿Qué puede lograr una persona frente a las grandes fuerzas que gobiernan nuestro mundo? La corriente de la época puede parecer tan rápida y compleja como abrumadora.

No creo que las personas sean impotentes. La tradición filosófica que abrazo enseña que, en el nivel más esencial, el de la vida misma, cada vida humana forma parte de la fuerza vital ilimitada del cosmos. El mismo poder que mueve el universo existe dentro de nuestras vidas. Cada individuo posee un inmenso potencial, y un gran cambio en la dimensión interior de la vida de un individuo tiene el poder de conmover la vida de otros y transformar la sociedad. Todo empieza por nosotros…

El término que mi maestro, Josei Toda, utilizó para este proceso de transformación interior que también transforma nuestro entorno fue «revolución humana». Y creo que es la más fundamental y la más vital de todas las revoluciones. Puede generar cambios más duraderos y valiosos que las revoluciones políticas, económicas o tecnológicas. Porque, sin importar cómo cambien los factores externos, el mundo nunca mejorará mientras que las personas sigan siendo egoístas y apáticas.

Un profundo cambio interior para mejor en un solo individuo –es decir, una persona que se hace más sabia, fuerte, compasiva– es el primer paso esencial en el camino hacia concretar una coexistencia pacífica y la plenitud de toda la raza humana. Creo firmemente que una gran revolución humana en una sola persona puede ser el comienzo de una transformación en el destino de sociedades enteras y de toda la humanidad. Y, para el individuo, todo comienza en la profundidad de la vida misma. Cuando cambiamos nuestra determinación interior, todo comienza a moverse en una nueva dirección. En el momento en que tomamos una decisión poderosa, cada nervio y fibra de nuestro ser se orienta inmediatamente hacia el cumplimiento de esta meta o deseo. Por otro lado, si pensamos «Esto nunca va a funcionar», cada célula de nuestro cuerpo se desinflará y dejará de luchar.

La esperanza, en este sentido, es una decisión. Es la decisión más importante que podemos tomar. La esperanza lo cambia todo, empezando por nuestras vidas. La esperanza es la fuerza que nos permite actuar para hacer realidad nuestros sueños. Tiene el poder de convertir el invierno en verano, la impotencia en creatividad, la agonía en alegría. Mientras tenemos esperanza, no hay nada que no podamos lograr. Cuando poseemos el tesoro de la esperanza, podemos extraer nuestro potencial y fuerza interior. Una persona con esperanza siempre puede avanzar.[1]

¡Lo maravilloso de la esperanza es que cuanto más la compartimos, más aumenta en nuestras propias vidas! Cuanto más alentamos a las demás personas, más nos alentamos a nosotros mismos. Por lo tanto, en 2021, basándonos en nuestra entonación del «daimoku como el rugido del león», ampliemos las oportunidades para un diálogo lleno de esperanza y enviemos la ola de aliento que la sociedad tanto necesita.

En el momento en que se anunció el lema de 2021, Ikeda Sensei señaló que 2021 marcará una nueva fase en el camino hacia nuestro centenario en 2030, un período crucial de diez años que determinará la dirección futura de la humanidad. En 2021 celebraremos múltiples fechas recordatorias: el 800.º centenario del nacimiento de Nichiren Daishonin; el 150.º natalicio del primer presidente fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, y el 70.º aniversario de la asunción de Josei Toda como segundo presidente. También aquí en Europa tendremos dos hitos de gran importancia: en octubre celebraremos el 60.º aniversario de la primera visita de Sensei a Europa y, antes de esto, el 40.º aniversario de la designación del 6 de junio como el «Día de maestro y discípulo de Europa».

Con esto en mente, 2021 es realmente el momento para que cada uno de nosotros se ponga en pie con el mismo corazón y espíritu que nuestro maestro. ¡Fortalezcamos nuestra determinación de revelar todo nuestro potencial y cumplamos nuestra misión única como discípulos y «bodisatvas-budas» convocados en este momento crucial para la humanidad y nuestro planeta! Este es el deseo más profundo de Sensei, como podemos constatar a través del siguiente pasaje de aliento:

Saber en teoría que todos somos budas potenciales y manifestar la Budeidad en la vida concreta son dos cosas muy distintas. Y aquí entra en juego la inseparabilidad de maestro y discípulo.

El maestro, más que ninguna otra cosa, ansía la felicidad de sus discípulos y de toda la humanidad; se dedica absolutamente al gran juramento de hacer que todos logren la iluminación. Los discípulos, por su parte, deben armarse del mismo compromiso que su mentor. Si se contentaran con recibir la cálida protección de su mentor, bajo la tibia sombra de su enseñanza compasiva, no podrían en sentido estricto recorrer el camino que les permitiría llegar a ser budas. Es así, porque los seres humanos no podemos alcanzar la felicidad verdadera sin acciones que les permitan poner en juego el potencial que anida en ellos.[2]

Sensei continúa aclarando que solo cuando el gran juramento del maestro y el juramento individual de cada discípulo en respuesta coinciden, entonces y solo entonces, podemos abrir el camino hacia la victoria en nuestras propias vidas e «imprimir un cambio positivo en el destino de la humanidad».[3]

Fortalezcamos y consolidemos nuestra determinación de ser protagonistas que impulsan el kosen-rufu, expandiendo diálogos de esperanza y mostrando una prueba real de victoria que brinde alegría, felicidad e inspiración a todos los que nos rodean. Aunque esperemos ansiosos el momento en el que podamos alentarnos unos a otros en persona, por ahora sigamos encontrando formas aún más creativas de ofrecer aliento sin que nadie se quede atrás. Podemos hacerlo con convención de que, como dice Ikeda Sensei:

¿Qué es lo que nos conecta y nos acerca a los demás, pese a las distancias físicas o geográficas que nos separan? Es nuestra inmensa mente o pensamiento, que abarca la totalidad del universo; es la función más profunda de la vida, dotada de un potencial ilimitado.

Nada es más fuerte o más noble que el sincero deseo de alentar a otro ser humano, el diálogo franco que busca establecer una comunicación genuina. Cuando deseamos el bienestar de los demás y ponemos en juego la sabiduría de la Ley Mística que funciona de acuerdo con las circunstancias cambiantes, encontramos sin falta la forma de conectarnos con sus vidas.

Nuestro desafío es traspasar el relevo de ese juramento del kosen-rufu a través de las épocas, las generaciones y las fronteras nacionales, y extender un arcoíris de esperanza en el cielo sobre nuestro planeta azul.[4] 

Orando por la buena salud de Daisaku Ikeda y de su esposa Kaneko, y por la de todas y todos ustedes, valiosos miembros europeos, les deseamos un 2021 lleno de esperanza y victoria.

Hideaki Takahashi y Suzanne Pritchard
Presidente de la SGI de Europa y responsable de los departamentos de mujeres de la Soka Gakkai de Europa


[1]IKEDA, Daisaku: Hope is a Decision (La esperanza es una decisión), Nueva Delhi: Eternal Ganges Press, 2018, págs. 3-5.

[2]IKEDA, Daisaku: Disertación sobre Carta a Nichimyo la Venerable, Daibyakurenge, marzo de 2014.

[3]Véase, en Civilización Global, n.º 186, octubre 2020, la sección «Punto de partida».

[4]Véase, en Civilización Global, n.º 187, noviembre 2020, la sección «Punto de partida».

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