La juventud y la fe (2/3)


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[El capítulo «El maestro de la Ley» (10.o), en] el cuarto volumen del Sutra del loto señala: «Si alguien busca el Camino del Buda y por el término de un kalpa[2] une las palmas de las manos en mi presencia [es decir, en presencia del buda Shakyamuni] y recita incontables versos de alabanza, estas loas al Buda le valdrán [a esa persona] beneficios incalculables. Y si uno alaba y ensalza al que practica este sutra, su buena fortuna será mayor aún».[3]
.
Lo que este pasaje indica es que uno, por dar ofrendas al devoto [practicante] del Sutra del loto, que es alguien tan odiado en el mundo malvado del Último Día, obtendrá beneficios mayores que si diera ofrendas al Buda durante todo un kalpa mediano.[4] Si se pregunta quién pudo hacer una declaración tan inconcebible, pues ha sido nada menos que el buda Shakyamuni, el mismísimo señor de las enseñanzas. Está en usted creer en él o poner en duda sus palabras.[5]

EL SENTIDO DELEITE DE VER EL CRECIMIENTO DE TOKIMITSU

Nichiren Daishonin escribió esta carta en noviembre de 1274 a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu, quien le había enviado en calidad de ofrenda diversos alimentos y artículos, como mandarinas, konnyaku[6] y raíz de bardana.

En mayo de 1274, el Daishonin había partido de Kamakura con destino al monte Minobu, donde fijó su residencia. Solo dos meses después, en julio, recibió allí la visita de Tokimitsu, quien, con 16 años,[7] ya tenía un apasionado espíritu de búsqueda.

El Daishonin había conocido a Tokimitsu apenas diez años antes, cuando aún era un niño. Verlo convertido en un excelente joven, heredero de la fe de su difunto padre, lo deleitó verdaderamente.[8]

En el texto que nos ocupa, escrito unos cuatro meses después de la visita de Tokimitsu, el Daishonin expresa su infinita esperanza en el futuro de este joven sucesor.

El pasaje del Sutra del loto citado, perteneciente al capítulo «El maestro de la Ley» (10.°), es extraordinario. Sostiene que los beneficios adquiridos por hacer ofrendas a quienes creen en el sutra –especialmente, a quienes lo practican en el Último Día de la Ley– son superiores a los que derivan de hacer ofrendas al buda Shakyamuni, quien predicó el Sutra del loto.

El Daishonin llega a decir que esta es una «declaración inconcebible».[9] Sin embargo –explica–, es lo que enseña el Sutra del loto; son las propias palabras de Shakyamuni, el señor de las enseñanzas. En definitiva, dice el Daishonin, dependerá de Tokimitsu creer en ellas o no.

La fe genuina proviene de nuestro interior. Es algo que cada persona debe decidir por sí misma. Aquí, el Daishonin alienta a Tokimitsu a recorrer el camino de la fe por iniciativa y voluntad propias.

LOS PRACTICANTES DEL SUTRA DEL LOTO SON PERSONAS DE NOBLEZA INSUPERABLE

El capítulo «El maestro de la Ley» del Sutra del loto esclarece que tanto la ofensa que supone denigrar a quienes practican el sutra como el beneficio de alabarlos y hacerles ofrendas superan la ofensa de calumniar a Shakyamuni y el beneficio de alabarlo y hacerle ofrendas. Incuestionablemente, esto expresa la verdadera intención de Shakyamuni; estamos ante la declaración del Buda.

En la narrativa del Sutra del loto, el otorgamiento por Shakyamuni de profecías de iluminación a los discípulos que escuchan la voz finaliza en el capítulo «Profecías a adeptos y aprendices» (9.°). Entonces, a partir del capítulo «El maestro de la Ley», el eje se desplaza hacia la importante cuestión de quiénes propagarán la Ley ampliamente en la época corrupta posterior a la muerte de Shakyamuni. Este planteamiento comienza cuando el sutra esclarece cuán nobles son quienes abrazan la enseñanza correcta y la propagan en esa época corrupta.

Desde la perspectiva de la Ley o enseñanza, el beneficio logrado con la transmisión de la Ley Mística [Nam-myoho-renge-kyo], esencia del Sutra del loto, en el Último Día de la Ley es inmenso y supera toda medida. Originariamente, Shakyamuni y todos los otros budas lograron la iluminación mediante el poder de Nam-myoho-renge-kyo. Por ende, el beneficio de dar a conocer esa Ley de Nam-myoho-renge-kyo es incalculable.

Por otro lado, desde el punto de vista de la persona, el capítulo «El maestro de la Ley» explica que los bodisatvas que, habiendo alcanzado el mismo estado que el Buda, juraron dedicarse a guiar a la humanidad hacia la iluminación son quienes propagarán el Sutra del loto en la época de maldad. Estos bodisatvas renuncian voluntariamente a la recompensa kármica de renacer en una tierra pura y, en cambio, eligen nacer en este atribulado mundo saha[10] para asumir la práctica del bodisatva y aliviar los sufrimientos de los demás. Este es el principio de «adoptar voluntariamente el karma apropiado».[11]

Un pasaje del capítulo «El maestro de la Ley» señala que alguien así «es el enviado de El Que Así Llega.[12] Ha sido despachado por El Que Así Llega para llevar a cabo su labor».[13] Estas personas son quienes protagonizan la amplia transmisión del Sutra del loto en la época oscura del Último Día de la Ley. Y, como enviadas de El Que Así Llega, llevan a cabo la misma labor que él.

Así pues, las personas que viven en el Último Día de la Ley, en vez de recibir instrucción directa de Shakyamuni, se conectan con la enseñanza correcta del budismo e ingresan en el camino de la fe mediante el contacto con esos bodisatvas que han jurado guiar a todos a la iluminación. Esto es lo que determina la nobleza sin parangón de quienes practican el Sutra del loto en el Último Día.

LA MANERA EN QUE SE DESARROLLA EL KOSEN-RUFU EN EL ÚLTIMO DÍA DE LA LEY

El capítulo «El maestro de la Ley» precede la Ceremonia en el Aire;[14] esto significa que los Bodisatvas de la Tierra[15] aún no han aparecido en escena. No obstante, en el capítulo se menciona a los bodisatvas que «adoptan voluntariamente el karma apropiado», que surgirán en la época impura posterior a la muerte de Shakyamuni para enseñar el Sutra del loto y así guiar a la iluminación a todos los seres que sufren. También explica que estos bodisatvas necesitarán estar preparados para difundir el Sutra del loto aun en medio de feroces vientos de oposición y persecución. Este es el patrón invariable que seguirá el kosen-rufu en el Último Día de la Ley.

Esto se expresa en el capítulo «El maestro de la Ley», donde se lee: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».[16] Los capítulos «El surgimiento de la torre de los tesoros» (11.°) y «Aliento a la devoción» (13.°) también identifican claramente los obstáculos que surgirán durante la propagación de la enseñanza correcta en el Último Día de la Ley; por ejemplo, hablan de «los seis actos difíciles y nueve actos fáciles»[17] y de los «tres enemigos poderosos».[18]

Quizá tales dificultades no ocurrirían si en la época malvada tras la muerte de Shakyamuni surgiera un buda resplandeciente con atributos sobrehumanos[19] para guiar a la gente a la iluminación. Pero, en ese caso, las personas comunes verían a ese buda como un ser sobrenatural, completamente apartado de la realidad de sus vidas, del cual esperar la salvación pasivamente. En ese caso, serían incapaces de activar su dignidad inherente, su naturaleza de buda.

Cuando las personas comunes nos armamos de valentía y transmitimos a otros la enseñanza budista correcta en esta época corrupta, sin falta encontramos oposición, igual que el bodisatva Jamás Despreciar.[20] Pero si desplegamos la fuerza de nuestra fe y en el momento de afrontar la adversidad perseveramos –así como Jamás Despreciar no se dejó intimidar y se mantuvo firme en su práctica de reverenciar a los demás–, esto activa nuestra naturaleza de buda y se traduce en un estado de vida espléndido.

La radiante luz interior de quienes han triunfado sobre este tipo de dificultades ilumina a todos a su alrededor, e inspira incluso a quienes en un momento dado se opusieron al budismo a reconocer el valor y la dignidad de su propia vida. De esa manera, una persona tras, otra empiezan a brillar como seres de infinita nobleza, y esto termina creando un bosque de «torres de tesoros» que no deja de crecer. Esta es la fórmula del kosen-rufu tras la muerte de Shakyamuni.

El Daishonin, como devoto o practicante del Sutra del loto en la época malvada del Último Día de la Ley, propagó la enseñanza correcta haciendo frente a persecuciones que amenazaron su vida. En la misma carta a la que nos estamos refiriendo, más adelante, confía a Tokimitsu sus sentimientos, la determinación que lo ha movido y el rumbo de sus acciones:

Yo, Nichiren, tenía la profunda esperanza de ayudar a este país, pero los japoneses de alta y de baja estirpe parecen empeñados en destruir la nación porque no tienen en cuenta mi consejo, y persisten en tratarme con animosidad. Impedido de actuar de otro modo, me retiré a este bosque de montaña.[21]

LEVANTARNOS, ACTUAR Y VENCER JUNTO A NUESTRO MAESTRO

En la conclusión de la carta, el Daishonin describe su compromiso inclaudicable de enunciar la verdad: «Lo he proclamado a gritos, sin escatimar la voz, durante los últimos veinte años [desde que di a conocer públicamente mi enseñanza].[22] […] Aunque otros nos denigren, nosotros somos maestros de la Ley y no dejamos que esto nos afecte».[23]

Con toda seguridad, al ofrecerse a sí mismo como ejemplo de alguien que ha practicado tal como indica el Sutra del loto y ha luchado al máximo a pesar de las adversidades, el Daishonin espera transferir a su joven discípulo su indómito compromiso con el kosen-rufu.

Siento que, en este gesto de describir la realidad de su lucha por conducir a todas las personas a la iluminación, el maestro está invitando a su discípulo a ponerse en pie junto a él, para poder ponerse en acción y vencer juntos. Al enterarse de los nobles esfuerzos de su maestro, sin duda Tokimitsu se habrá sentido inspirado a levantarse con un compromiso profundo y propio.

La vida entera del Daishonin, con su tenaz propagación de la Ley Mística aun en medio de interminables dificultades, estuvo dedicada a la felicidad de la gente. Corporeizó el espíritu del Sutra del loto, que enseña que todas las personas pueden lograr la iluminación.

Las advertencias que el Daishonin dirigió a las autoridades de su época también surgieron de ese noble y abnegado compromiso con la propagación del budismo. Ejemplo de ello es su escrito Una nueva carta al sacerdote laico Yadoya, incluido por primera vez en la nueva edición japonesa de Nichiren Daishonin gosho zenshu (Obras completas de Nichiren Daishonin) [publicada en noviembre de 2021].

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[2] ↑ Kalpa: De acuerdo con la antigua cosmología india, un período inconmensurablemente largo. Hay varias interpretaciones sobre la duración de un kalpa.

[3] ↑ Véase SL, cap. 10. pág. 162.

[4] ↑ Kalpa mediano: Unidad de tiempo mencionada en la antigua cosmología india. Un kalpa mediano se puede referir a dos períodos de diferente duración: uno es cualquiera de los veinte lapsos que, sumados, constituyen cada uno de los cuatro kalpas de formación, continuación, declinación y desintegración; el otro, el total de esos veinte kalpas, es decir, la duración de cualquiera de los cuatro kalpas antes mencionados.

[5] ↑ On the Offering of a Mud Pie (La ofrenda de un pastel de barro), en WND-2, pág. 499. Este texto, dirigido a Nanjo Tokimitsu, fue escrito el 11 de noviembre de 1274. En él, el Daishonin agradece a Tokimitsu por haberle enviado sinceras ofrendas de alimentos y otros artículos a su residencia en el monte Minobu. Recalca los impresionantes beneficios que reciben quienes dan ofrendas a los practicantes del Sutra del loto en el Último Día de la Ley, y elogia la fe sincera y constante de Tokimitsu y de su difunto padre.

[6]Konnyaku: También, konjac. Alimento de consistencia gelatinosa que se obtiene de la raíz de la planta de konnyaku. Se cree que elimina las sustancias tóxicas del cuerpo.

[7]Este dato responde a la forma tradicional de contar la edad en Japón, que asigna un año de vida a la persona el día de su nacimiento.

[8]En una carta dirigida a la madre de Nanjo Tokimitsu, la monja laica de Ueno, el Daishonin escribe: «Me pregunto si [el difunto Nanjo Hyoe Shichiro] no habrá vuelto a ser joven y hoy está aquí con nosotros, en la persona de este preciado, adorado hijo [Tokimitsu]. Me quedo sin palabras al ver que no solo el parecido físico es perfecto, sino que su corazón [de Tokimitsu] es el mismo que el de su padre» (Reply to Ueno [Respuesta a Ueno], en WND-2, pág. 495).

[9] ↑ On the Offering of a Mud Pie, op. cit., pág. 499.

[10] ↑ Mundo saha: Este mundo humano, colmado de sufrimientos. A menudo es traducido como «mundo donde se resiste». En sánscrito, saha denota la tierra y deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir»; por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos resisten sufrimientos.

[11] ↑ Adoptar voluntariamente el karma apropiado: Alusión a los bodisatvas que, aunque están calificados para recibir las recompensas puras de la práctica budista, renuncian a ellas y juran, en cambio, renacer en una tierra impura para salvar a los seres vivos. Ellos propagan la Ley Mística mientras sobrellevan los mismos padecimientos y aflicciones que la gente que nace en este mundo perverso a causa de su karma. El término deriva de la interpretación de Miao-lo sobre pasajes relevantes del capítulo «El maestro de la Ley» (10.o) del Sutra del loto: «Rey de la Medicina, debes comprender que estas personas voluntariamente renuncian a las recompensas que les corresponderían por sus acciones puras y, compadecidas ante los seres vivos, nacen en el mundo malvado después de mi extinción para exponer ampliamente este sutra» (SL, cap. 10, pág. 160).

[12] ↑ El Que Así Llega: Uno de los diez títulos honoríficos de un buda. Significa «el que llega del reino de la verdad». Este título indica que un buda manifiesta la verdad fundamental de todos los fenómenos y ha captado la ley de causalidad que abarca el pasado, presente y futuro.

[13]SL, cap. 10, pág. 160.

[14] ↑ Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas descritas en el Sutra del loto, en la cual todos los participantes quedan suspendidos en el espacio por sobre el mundo saha. Va desde el capítulo 11.o, «El surgimiento de la torre de los tesoros», hasta el 22.o, «La transferencia». Los dos ejes de esta ceremonia son el surgimiento de la Torre de los Tesoros que irrumpe de la tierra y la transferencia a los Bodisatvas de la Tierra –liderados por Prácticas Superiores– de la misión de propagar la esencia del Sutra del loto en la época corrupta posterior a la muerte de Shakyamuni.

[15] ↑ Bodisatvas de la Tierra: Innumerables bodisatvas que aparecen en el capítulo «Surgir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto, a quienes Shakyamuni confía la tarea de propagar la Ley después de su muerte.

[16] ↑ SL, cap. 10, pág. 163.

[17] ↑ Seis actos difíciles y nueve actos fáciles: Comparaciones expuestas en el capítulo «El surgimiento de la torre de los tesoros» (11.°) del Sutra del loto para enseñar a la gente lo difícil que sería abrazar y propagar el sutra en el Último Día de la Ley. Los seis actos difíciles son 1) propagar el Sutra del loto ampliamente, 2) copiarlo o hacer que alguien lo copie, 3) recitarlo aunque sea por poco tiempo, 4) enseñarlo aunque sea a una sola persona, 5) escucharlo o aceptarlo y preguntar acerca de su significado y 6) mantener la fe en él. Los nueve actos fáciles son proezas como enseñar una cantidad incalculable de sutras que no sean el Sutra del loto, atravesar un campo en llamas cargando en las espaldas un fardo de heno sin quemarse, o arrojar de un puntapié un gran sistema planetario a otra parte del universo.

[18] ↑ Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a quienes propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del Buda. Son descritos en la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción» (13.o) del Sutra del loto. Miao-lo los tipificó en tres categorías: 1) laicos arrogantes, 2) sacerdotes arrogantes y 3) falsos venerables arrogantes.

[19] ↑ Referencia a los budas adornados de treinta y dos rasgos y ochenta características especiales.

[20] ↑ El bodisatva Jamás Despreciar aparece en el capítulo «El bodisatva Jamás Despreciar» (20.°) del Sutra del loto. Este bodisatva, que representa a Shakyamuni en una existencia anterior, vivió a fines del Día Medio de la Ley de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Se inclinaba ante cada persona que tenía ante sí y decía: «Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el camino del bodisatva y entonces seréis capaces de conseguir la budeidad» (SL, cap. 20, pág. 264). Sin embargo, la respuesta de las personas arrogantes era atacarlo con palos y varas, y apedrearlo. El sutra explica que esta práctica fue la causa que le permitió al bodisatva Jamás Despreciar lograr la budeidad.

[21] ↑ The Joy of Fulfilling the Sutra Teachings (La alegría de poner en práctica las enseñanzas del sutra), en WND-2, pág. 500.

[22]Nichiren Daishonin proclamó por primera vez su enseñanza el 28 de abril de 1253.

[23] ↑ On the Offering of a Mud Pie, op. cit., págs. 500-501.

 

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