La juventud y la fe (3/3)


(Volver a la parte 2/3).

Ya ha pasado un mes desde la carta que le envié, en el octavo mes, y que usted, intencionadamente o no, todavía no ha respondido.
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Esto es algo que pesa en mi corazón. Quizá se le haya pasado por alto, a causa de sus muchas ocupaciones. O tal vez yo sea tan insignificante para usted que no merezca siquiera una línea de su parte.[24]
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Cierto sutra afirma: «El león no desdeña a la pequeña liebre ni teme al gran elefante».[25] […]
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En el estudio del budismo, el camino supremo es dedicar la propia vida, voluntariamente, a saldar la deuda de gratitud que uno tiene con su país. Por lo tanto, lo que hago no es para obtener beneficio personal.[26]

«NO ES EN BENEFICIO PERSONAL»

A comienzos de 1268, el Gobierno militar de Kamakura recibió una carta oficial del Imperio mongol que exigía la subordinación del país [bajo amenaza de invasión en caso de rechazo]. La noticia generó conmoción. De pronto, la calamidad de una invasión extranjera, predicha por el Daishonin [en 1260] en su tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra [enviado a Hojo Tokiyori], pareció inminente.

Una vez más, el Daishonin tomó medidas para advertir a las autoridades; esta vez, al regente Hojo Tokimune,[27] quien había asumido [en marzo de ese año] las riendas del poder. [Al igual que ocho años antes, cuando había despachado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra] quiso valerse de los oficios del sacerdote laico Yadoya,[28] funcionario de alto rango en el Gobierno de Kamakura, para que hiciera llegar el escrito a su destinatario.

Pero, como se infiere leyendo Carta al sacerdote laico Yadoya,[29] escrita ese mes de agosto, no hubo respuesta del Gobierno al documento. Una nueva carta al sacerdote laico Yadoya, redactada un mes después, en septiembre, fue un segundo intento del Daishonin de apelar a Yadoya para que, sin pérdida de tiempo, informara a Tokimune de la preocupación del Daishonin y, de ese modo, ayudara a resolver la crisis.

Así, como un león, el Daishonin entabló una lucha valerosa de palabras con las autoridades de Kamakura.

El Daishonin recalca: «En el estudio del budismo, el camino supremo es dedicar la propia vida, voluntariamente, a saldar la deuda de gratitud que uno tiene con su tierra. Por lo tanto, lo que hago no es para obtener beneficio personal».[30]

Estas palabras expresan la permanente convicción que el Daishonin sostuvo durante toda su vida. En otros escritos, declara: «Mi único propósito al hablar así es el bienestar de la nación, de la Ley y de los demás, no mi propio beneficio»,[31] y «No hablo por mí, sino en bien de las deidades, del soberano, de la nación y de todos los seres».[32]

El Daishonin fue una persona de grandeza, cuya vida estuvo guiada por el altruismo.

En su vehemente confrontación con las autoridades, arriesgó su vida; no lo hizo por un impulso personal, sino como fruto de su compromiso con la seguridad y la felicidad de la gente, y con el fin de construir una sociedad pacífica. Al mismo tiempo, como muestran sus cartas a Nanjo Tokimitsu, forjó a cada uno de sus discípulos con la máxima calidez y consideración.

Ambas actitudes son expresión de su amor compasivo. Encarnan el espíritu del Sutra del loto y la lucha por establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz de la tierra. Además, en su afán de proteger al pueblo, el Daishonin rebatió las enseñanzas distorsionadas que contradecían el verdadero propósito del budismo; entabló una gran batalla de palabras mediante la cual criticó agudamente a los líderes de la nación, que ignoraban el sufrimiento de la población. En esa gran causa, el Daishonin perseveró sin descanso, siempre basado en las enseñanzas budistas.

JÓVENES QUE SE PONEN EN ACCIÓN COMO SUCESORES

Nanjo Tokimitsu, quien se puso de pie como discípulo del Daishonin, tiempo después fue presionado por algunos familiares a abandonar la fe en el Sutra del loto. En Las funciones de Brahma y de Shakra,[33] texto fechado en mayo de 1277, el Daishonin le recuerda a Tokimitsu –mientras protagonizaba esa lucha– que el destino ineludible de quienes practican el Sutra del loto en el Último Día de la Ley es enfrentar persecuciones mayores aún que la «feroz oposición a dicha enseñanza [que hubo] durante la existencia del Buda».[34] Y lo exhorta a mantenerse firme ante el asedio de las funciones negativas.

Tokimitsu, con la orientación del Daishonin, se fortaleció año tras año, y luchó como digno sucesor juvenil de su maestro.

Una de los monumentales desafíos que Tokimitsu debió afrontar fue la persecución de Atsuhara.[35] Cuando sus compañeros de fe fueron hostigados, se levantó a protegerlos con la resolución de un león. Incluso refugió a algunos de ellos en su residencia.

En la parte final de El Portal del Dragón, una carta escrita [en 1279] cinco años después del decisivo encuentro que mantuvieron en el monte Minobu, el Daishonin otorga a Tokimitsu el tratamiento de «Ueno el Sabio» [Tokimitsu también se llamaba Ueno, por la localidad donde vivía, en el distrito Fuji de la provincia de Suruga].[36] Estas son palabras de suprema alabanza, que reconocen la valiente labor de este discípulo. A ese joven de 21 años,[37] le otorga el título de «Sabio», que implica gran madurez y sabiduría. En esto, veo el poderoso aliento del maestro, que aplaude la intrépida lucha que su discípulo ha desplegado al lado de él durante todo ese tiempo.

En el budismo, la relación de maestro y discípulo significa abrazar los mismos grandes ideales y tomar acción juntos mientras se recorre el mismo camino. En el Sutra del loto hallamos el pasaje: «Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros».[38] Esta cita se refiere al juramento de maestros y discípulos de esforzarse juntos fielmente en existencia tras existencia, dedicados a la práctica de bodisatva para aliviar los sufrimientos de la gente.

VIVIR CUMPLIENDO UN JURAMENTO COMPARTIDO

El Daishonin insta a Nanjo Tokimitsu [en su carta El Portal del Dragón]:

Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento. […] En definitiva, nadie puede escapar de la muerte; cuando llegue ese momento, el sufrimiento será exactamente igual al que experimentamos ahora. Ya que en ambos casos moriremos igual, uno debería estar dispuesto a ofrecer la vida al Sutra del loto. Piense en esto como la ofrenda de una gota de rocío que se reintegra al océano, o de una partícula de polvo que retorna a la tierra. Un pasaje del tercer volumen del Sutra del loto reza así: «Suplicamos que el mérito acumulado gracias a estas ofrendas se extienda a lo ancho y a lo largo, a todas las personas, para que nosotros y los demás seres vivos entremos juntos en el Camino del Buda[39]».[40]

Abrigar un profundo juramento eleva enormemente nuestro estado de vida. Cuando dedicamos la existencia a cumplir ese gran juramento, desplegamos al máximo nuestro ilimitado potencial. Y, al compartir ese compromiso con otras personas, ampliamos jubilosamente nuestro círculo de amistad, entablamos lazos de confianza y hacemos brillar la dignidad en nosotros mismos y en los demás.

El maestro Toda a menudo decía: «Cuanto más grandes son nuestros ideales, más se engrandece nuestra vida. Nadie llega a ser un verdadero líder sin un serio esfuerzo y un trabajo denodado».

Este es el significado de la frase «para que nosotros y los demás seres vivos alcancemos juntos el Camino del Buda»,[41] que aparece en la cita anterior. Dedicarnos al kosen-rufu junto a los compañeros miembros y perseverar en la práctica del bodisatva nos permite romper la coraza de nuestro ego, nuestro yo inferior. Así, construimos una vida basada en una identidad auténtica, fuerte y amplia, sin temer a nada. Podemos acumular ilimitados tesoros del corazón y conducir existencias plenas y triunfantes, con tranquilidad y alegría.

Este es el propósito fundamental de nuestra práctica budista. Los jóvenes que aprenden sobre este camino certero hacia la felicidad indestructible pueden contribuir a la mejora de la sociedad. Pueden vivir su juventud con un rumbo claro, con sentido de propósito y con confianza. No hay mejor fortuna que esta.

Al abrazar una magnífica visión y no escatimar esfuerzos para hacerla realidad, los jóvenes de la Soka son tesoros; cumplirán un papel decisivo en la conformación del futuro de la humanidad. Las esperanzas que el mundo deposita en nuestros jóvenes son más grandes que nunca.

HACER QUE LA FILOSOFÍA DEL RESPETO POR LA DIGNIDAD DE LA VIDA SEA EL ESTANDARTE DE LA ÉPOCA

El profesor Helwig Schmidt-Glintzer, supervisor editorial de la edición alemana (del primer volumen) de los escritos de Nichiren Daishonin, ha comentado: «Nichiren muestra con su propia vida que, a pesar de todas las adversidades, es posible mantener vivas la esperanza y la convicción. Ya que todos los seres poseen la naturaleza de buda, es importante revelar dicho potencial».[42]

El profesor Schmidt-Glintzer expresó su sagaz conclusión de que, aun en el contexto de la cultura europea, el budismo Nichiren puede ser comprendido profundamente, y que el ideal altruista del bodisatva que postula puede mejorar la sociedad.

La Soka Gakkai –prosiguió–, de la mano de instituciones y personas con ideales afines, está trabajando por la felicidad de los individuos y por la paz mundial; en otras palabras, por la felicidad propia y de los demás.

En todo el mundo hay personas perspicaces que reconocen las vastas contribuciones de la Soka Gakkai, que sostiene la filosofía del respeto por la dignidad de la vida como estandarte de la época.

ILUMINAR EL FUTURO DEL MUNDO

Toda Sensei dijo: «Las cualidades que definen a los jóvenes son la pasión y la mente contemplativa. Mientras posean estas fuerzas, jamás envejecerán».

La pasión y la energía juveniles, la capacidad reflexiva y la unión y la acción de los jóvenes hombres y mujeres de la Soka son un faro de esperanza que alumbra el futuro del mundo.

El mundo busca una filosofía que permita crear infinito valor para el futuro.

La era de la juventud Soka ha llegado finalmente.

¡Este es el momento de esforzarnos al máximo! Estoy orando profundamente por el crecimiento, la victoria y los logros brillantes de todos nuestros jóvenes campeones de la Soka, valientes Bodisatvas de la Tierra.

(Traducción del artículo publicado en la edición de julio de 2022 de Daibyakurenge).


[24] ↑ Ya que falta una parte del texto original, el significado exacto es impreciso; esta interpretación se infiere a partir del contexto.

[25] ↑ Paráfrasis de un pasaje del Sutra del nirvana.

[26] ↑ Traducción tentativa de GZ (nueva ed.), pág. 853. Ya que falta la parte final del texto, no se sabe con certeza quién fue su destinatario, pero a partir del contexto se cree que está relacionada con Letter to the Lay Priest Yadoya («Carta al sacerdote laico Yadoya», en WND-2, pág. 312), escrita en agosto de 1268, y, por ende, se acepta que es un escrito dirigido a Yadoya Mitsunori.

[27]Hojo Tokimune (1251-1284): Octavo regente del Gobierno militar de Kamakura. Durante su mandato, Japón sufrió numerosos desastres naturales, reiteradas luchas internas entre facciones del clan Hojo y la invasión de las fuerzas mongolas.

[28] ↑ Yadoya Mitsunori (s.f.): Vasallo del clan Hojo que prestó servicio a dos regentes sucesivos: Hojo Tokiyori (quien una vez retirado fue conocido como el «sacerdote laico del Saimyo-ji», pero siguió siendo la persona más influyente del clan gobernante Hojo), y Hojo Tokimune. En particular, cumplió una importante función en el Gobierno como colaborador cercano de Tokiyori.

[29] ↑ Letter to the Lay Priest Yadoya, op. cit., pág. 312.

[30] ↑ GZ (nueva ed.), pág. 853.

[31] ↑ Razones por las cuales escribí «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», en END, pág. 173.

[32] ↑ Letter to Hojo Tokimune (Carta a Hojo Tokimune), en WND-2, pág. 315.

[33] ↑ Las funciones de Brahma y Shakra, en END, págs. 838-840.

[34] ↑ Ib., pág. 839. Referencia a un pasaje del Sutra del loto que se cita en el mismo párrafo del escrito mencionado, que dice: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega [Shakyamuni], ¡cuánto peor será después de su muerte!» (SL, cap. 10, pág. 163).

[35] ↑ Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji de la provincia de Suruga (actualmente, zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron cerca de 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente. En 1279, veinte discípulos campesinos fueron arrestados bajo falsos cargos. Fueron interrogados por Hei no Saemon-no-jo, jefe interino del Departamento de Asuntos Policiales y Militares, quien les exigió que renunciaran a su fe. Sin embargo, ni uno solo de ellos claudicó. Al poco tiempo, Hei no Saemon-no-jo mandó ejecutar a tres de ellos.

[36] ↑ Véase El Portal del Dragón, en END, pág. 1048.

[37] ↑ Véase la nota 7.

[38] ↑ SL, cap. 7, pág. 140.

[39] ↑ pág. 130.

[40] ↑ El Portal del Dragón, en END, pág. 1048.

[41] ↑ SL, cap. 7, pág. 130.

[42] ↑ Las palabras del profesor Schmidt-Glintzer en esta cita y en las siguientes proceden de una entrevista publicada en el Seikyo Shimbun el 30 de marzo de 2021.

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