¡Las mujeres de la Soka son radiantes soles de esperanza!


Ensayo de Daisaku Ikeda · De la serie «Nuestra brillante revolución humana»


En la cercanía del verano, la explosión carmesí de las azaleas parece decirnos «¡Adelante, brillemos!» | Foto tomada por Daisaku Ikeda en Tokio (5 de mayo de 2020) · Seikyo

El 6 de junio recordamos el 150.° natalicio[1] de Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944), nuestro presidente fundador, quien murió en la cárcel en defensa de sus convicciones.

A la vez, el 4 de junio es el Día del Ikeda Kayo-kai del Departamento de Mujeres Jóvenes de la SGI, mientras que el 10 de junio es el aniversario del Departamento de Mujeres.[2]

En Japón, las integrantes de ambas agrupaciones están avanzando juntas, con corazones exultantes, habiendo adoptado el lema «Mes de las mujeres: Conexiones de esperanza». Mi esposa Kaneko y yo sentimos que es, de verdad, una maravillosa forma de celebrar el mes en que nació el presidente fundador.

El maestro Makiguchi, a menudo, transmitía estas palabras de Nichiren Daishonin a nuestras compañeras de los departamentos femeninos en los primeros tiempos de nuestro movimiento: «Cuando el cielo se despeja, la tierra se ilumina. Del mismo modo, cuando uno conoce el Sutra del loto, comprende el significado de todas las cuestiones mundanas».[3] Las alentaba diciendo: «En el momento en que asoma el sol, la tierra se ilumina al instante. De la misma manera, espero que ustedes llenen de luz su vida cotidiana, con una fe tan potente que pueda despejar las nubes del cielo. ¡Que sus problemas sean como un trampolín que las impulse!».

Makiguchi Sensei, un hombre de corazón abierto y joven, siempre trataba de elevar y enriquecer su propia vida y la de otras personas, creando valor junto a ellas. Una vez, mientras alentaba a una adolescente, le preguntó por sus intereses. La joven dijo que le gustaba la música, y él respondió enseguida:

–¡Me encantaría escuchar tus temas favoritos!

Hoy, las integrantes del Departamento de Mujeres Jóvenes en todo el mundo están valiéndose de su creatividad y su ingenio para alentarse unas a otras y seguir avanzando juntas con actitud positiva. La vida de todas ellas brilla con el «eterno resplandor del corazón», como dice un verso de la canción «El juramento del Ikeda Kayo-kai» (en japonés), sin dejarse vencer por las numerosas dificultades y problemas que enfrentan.

Sus innovadoras actividades juveniles, en las que vuelcan libremente su potencial único e inigualable, inspiran a toda la familia Soka, tal como había anhelado Makiguchi Sensei.

*

El lirio de los valles es la flor emblemática del Departamento de Mujeres Jóvenes, mientras que el Departamento de Mujeres ha adoptado como símbolo el lirio blanco. Ambas florecen a comienzos del verano. Y, al igual que ellas, las mujeres Soka también en esa misma época expanden su hermosa red humana y ofrecen ramos de felicidad en su comunidad, la sociedad y el mundo.

Noble encuentro de amigas,
de corazón puro,
como fragantes lirios blancos.

Mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, compuso este poema para expresar su gratitud a las miembros que habían preparado un bello arreglo floral de lirios blancos para la primera reunión inaugural del Departamento de Mujeres, el 10 de junio de 1951.

A las miembros que se habían reunido allí, les dijo:

–Me gustaría que, algún día, todas ustedes pudieran viajar por Japón para transmitir a otras el budismo del Daishonin. ¿Creen que lo harán?

–¡Sí, iría a cualquier parte…! –respondió de inmediato, levantando la mano, una joven de poco más de veinte años.

En ese momento, como madre de dos niños de muy corta edad, llegar a fin de mes era toda una odisea para ella. Jamás se le había ocurrido, hasta ese momento, viajar a lugares lejanos. Pero en su corazón ardía vivamente el espíritu de la Soka Gakkai.

El maestro Toda se quedó muy gratamente impresionado con el espíritu de búsqueda de esta joven madre y con su forma de responder a su propuesta. Pues, como dice el Daishonin, «lo importante es el corazón».[4] Esta relación de maestro y discípula, tan pura, hoy se mantiene intacta y vital en la Generación Joven Lirio Blanco,[5] del Departamento de Mujeres.

En aquel encuentro inaugural, una mujer nacida en la ciudad de Pusan (hoy, Busan), en Corea del Sur, manifestó su profundo deseo de que se lograra la paz en su país, desgarrado por la guerra, y se estableciera la seguridad para todos sus habitantes.

Nuestras camaradas del Departamento de Mujeres siempre han marchado a la vanguardia como pioneras de nuestro movimiento por el kosen-rufu en Asia y en el resto del mundo.

Las semillas del lirio japonés de montaña[6] caen a la tierra en otoño, pero a menudo, antes de germinar, deben resistir el paso de dos inviernos. Y, una vez que echan sus brotes, tardan otros tres años en florecer.

Con un corazón semejante al lirio blanco, nuestras infatigables compañeras del Departamento de Mujeres también han resistido duros inviernos y, por eso, hoy florecen triunfalmente, con majestuosa dignidad y fragante buena fortuna.

En estos tiempos de tanta dificultad, recuerdo la seguridad con que mi maestro afirmaba que, en el Último Día de la Ley, cualquier cosa requeriría de perseverancia.

*

La primera «organización budista de mujeres» se remonta a la época de Shakyamuni. Comenzó siendo un círculo de buenas amigas, unidas a su mentor por los lazos de maestro y discípulo. Este grupo, comprometido a brindar apoyo y cuidado a otras mujeres que se veían ante las aflicciones del nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, fue estableciendo conexiones de unión y de esperanza.

Recuerdo el juramento que la reina Shrimala[7] hizo en presencia del Buda, tal como leemos en el Sutra Shrimala: «Si veo a alguien solo, alguien […] que ha perdido la libertad, si veo a alguien que padece a causa de la enfermedad, la desgracia o la pobreza, jamás lo abandonaré. En cambio, le brindaré alivio espiritual y material».[8] Ese fue, en otras palabras, el juramento de no dejar a nadie atrás.

La primera mujer en convertirse en discípula del Buda fue Mahaprajapati, tía y madre adoptiva de Shakyamuni. Tras ella, muchas otras mujeres siguieron sus pasos.

El capítulo «Aliento a la devoción» (13.o) del Sutra del loto predice que, en el futuro, Mahaprajapati llegará a ser una buda conocida como Contemplada con Agrado por Todos los Seres Vivos.

Hay muchos escritos del Daishonin donde se menciona a Mahaprajapati. En cartas dirigidas a la monja laica Toki, a la monja laica Myoho, a Nichimyo la Venerable, madre de Oto, les dice que ellas están a la par de aquella gran precursora y que tienen la misión de abrir el camino hacia la felicidad y la victoria en bien de muchas otras.

En una misiva, elogia la firme unión y la noble amistad entre la monja laica Sennichi y la monja laica de Ko, en la isla de Sado, diciéndoles: «[A]mbas tienen el mismo corazón».[9]

Y a la esposa de Shijo Kingo, Nichigen-nyo, le expresa el deseo de que mantenga contacto estrecho con otra condiscípula [conocida como «la esposa de Toshiro»[10]] y lean la carta juntas.

En estos pasajes, sentimos el deseo del Daishonin de que sus discípulas vivan hasta el final junto a sus camaradas practicantes de la Ley Mística y avancen con la unión de «distintas personas con un mismo propósito».

Por muchas dificultades que encontremos, nada podrá cortar los lazos que nos unen como integrantes de la familia Soka.

En este mismo momento, en todo el mundo, nuestros miembros están velando por sus camaradas y amigos, pendientes de su bienestar y situación, conectándose por teléfono, cartas, correo electrónico y otras formas de comunicación para saber cómo están y ofrecerles aliento.

La empatía con las aflicciones de otras personas; la oración por la protección y la seguridad de los demás; el cuidado y la consideración por quienes nos rodean; la cálida disposición a dialogar con sabiduría y con corazón abierto para compartir las alegrías de la gente… Todas estas son formas de superar las divisiones de nuestra sociedad, unir el corazón de las personas, y construir puentes de esperanza y de confianza.

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El matrimonio Ikeda, en una parada para recoger, en un campo junto a la carretera, flores con las que alentar después a amigas y amigos (Mayo de 1973, afueras de París) | Foto: Seikyo

El 6 de junio es, asimismo, el Día de Maestro y Discípulo en la SGI de Europa.

En este momento, el Seikyo Shimbun está publicando dos secciones, tituladas «Nuestros miembros en el mundo» y «Surgir a través de la crisis», con notas sobre la contribución a la sociedad de nuestros camaradas de la SGI, en el contexto de la grave pandemia de COVID-19. Todos ellos están poniendo en práctica la intrépida filosofía del respeto a la dignidad de la vida y del humanismo budista. Sus historias son una verdadera inspiración para muchas personas.

Entre los desafíos que están asumiendo los miembros de Europa, me gustaría mencionar la iniciativa de nuestros compañeros de España, quienes publicaron el 3 de mayo de este año un libro que contiene la traducción de mis disertaciones sobre El logro de la budeidad en esta existencia, un importante escrito del Daishonin, en dos lenguas regionales: el gallego y el euskara.

Un diario de Galicia señaló que el profundo principio de «lograr la budeidad en esta existencia» esclarecía el empoderamiento individual como fuente del empoderamiento colectivo, y que era un concepto que podía abrir rutas a un futuro lleno de esperanza en el siglo XXI.[11]

El artículo se publicó el 17 de mayo, Día de las Letras Gallegas. Dicha fecha conmemora la publicación de una antología de poemas de la gran escritora Rosalía de Castro (1837-1885), quien revivió la literatura gallega en el siglo XIX.

Galicia es una comunidad autónoma situada en la región noroeste de España, con una larga y digna historia de fuertes influencias célticas y romanas. De Castro elogió en su obra poética las delicias de su tierra, que para ella era la más hermosa del mundo, y exhortó a sus lectores a sonreír y cantar juntos para transformar las desdichas y dolores en consuelo y alegría.[12]

La traducción al gallego de mis disertaciones sobre El logro de la budeidad en esta existencia fue realizada por una sagaz responsable del Departamento de Mujeres nacida en Galicia.

En todo el mundo, hay admirables mujeres dedicadas al kosen-rufu que están afirmando sus raíces en la sociedad y haciendo contribuciones notables. Ellas muestran que la enseñanza sobre el «logro de la budeidad en esta existencia» conduce a hacer realidad el ideal del Daishonin de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

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En mi primer viaje a Europa (en 1961), estando en París, compré varias reproducciones de pinturas.

En una de ellas se ve a una muchacha de mejillas sonrosadas conversando con un joven que parece haber ido a visitarla. La imagen es un bello ejemplo de la vitalidad luminosa de la juventud.

Foto: Seikyo

Cada vez que contemplaba ese cuadro, recordaba siempre a Marius y a Cosette, dos personajes de Los miserables, la obra maestra de Víctor Hugo (1802-1885), y pensaba en mis jóvenes amigos del Departamento de Hombres Jóvenes y el Departamento de Mujeres Jóvenes. Al dorso de la reproducción, escribí: «Sean eternamente jóvenes».

Otro de los cuadros muestra a una pareja y a sus hijos pasando un grato momento familiar en la sala de estar.

La madre, vestida con sencillez, está enfrascada en la costura, mientras que los niños juegan alrededor de su padre, sentado al lado de ella. Junto a ellos, también se ve al perro. Aunque no representa una escena fuera de lo común, capta ese dichoso momento en familia cuyo punto focal es la sonrisa afectuosa de la madre.

Con la esperanza de que nuestras familias Soka, siempre llenas de ocupaciones, también pudieran gozar de este cálido círculo familiar que atesora a las madres, di a este cuadro el nombre «Familia armoniosa».

El grueso libro que aparece retratado sobre una mesa, al lado de la madre, podría simbolizar el deseo de conocimiento y autosuperación.

Siguiendo los pasos del fundador Makiguchi, los miembros de la Soka estamos cabalmente comprometidos con el estudio y el desarrollo personal. Por eso nuestro movimiento nunca se estanca.

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El logro de la budeidad en esta existencia es uno de los treinta escritos de Nichiren Daishonin que el Departamento de Mujeres Jóvenes ha escogido como meta de estudio en Japón y en otros países. Estas jóvenes de profundo espíritu de búsqueda han grabado en su corazón la frase que dice: «[T]odos sus actos virtuosos sembrarán en su vida beneficios y plantarán en ella las raíces del bien. Con esta convicción debe esforzarse en la fe».[13]

«Pase lo que pase, ¡mientras tengamos una fe inamovible, seremos felices, sin falta! ¡Podremos triunfar sobre toda clase de retos y de dificultades…!». Esta es la convicción de las mujeres que practican la Ley Mística. Por eso son tan fuertes; por eso nunca son vencidas, y por eso son dignas y positivas. Como ven los problemas como oportunidades para entonar Nam-myoho-renge-kyo, esto les permite activar su sabiduría interior, su valentía y fortaleza, y con ellas, alentar a otras personas. Finalmente, todas construirán por sí mismas una felicidad genuina y ayudarán a muchas otras a hacerlo.

Una miembro de la región japonesa de Tohoku, que comenzó a practicar el budismo Nichiren el año en que asumí la tercera presidencia de la Soka Gakkai (en 1960), hoy tiene cien años. Ella habla sobre la clave de la verdadera victoria en la vida con estas palabras: «Que su corazón sea como un diamante. Brillen con el máximo resplandor posible. Para eso existe la fe. […]. ¡No se preocupen, dedíquense a la fe con todo su corazón!».

*

A comienzos de 1960, escribí en mi diario: «Al Departamento de Mujeres de la Soka Gakkai podríamos atribuirle otros nombres: organización femenina más grande del mundo; agrupación cultural; organización para la liberación de la mujer; agrupación de mujeres con criterio propio e ideas humanísticas modernas; organización para la búsqueda de mejoras en la calidad de vida».[14]

Hoy, tal como esperaba –no, tal como estaba seguro de que ocurriría–, nuestra red unida de mujeres Soka brilla como un faro de paz y de cultura, sin parangón en todo el mundo. Si hemos triunfado sobre todos los obstáculos en estos últimos sesenta años desde que asumí el liderazgo, es gracias a las oraciones y a los esfuerzos valientes y solidarios de estas nobles mujeres que comparten mi espíritu y mi compromiso.

Estoy orando con todo mi corazón para que cada una de ustedes, mis preciadas compañeras de fe, goce de buena salud, felicidad y larga vida.

Y estoy recitando daimoku con fervor todos los días para que, aun en esta oscura noche de sufrimiento que parece imponer nuestra época, sean ustedes quienes disipen la oscuridad como soles resplandecientes de la Soka e iluminen vivamente el futuro de nuestro planeta, transformando cualquier veneno en medicina.

(Traducción del artículo publicado el 1 de junio de 2020 en el Seikyo Shimbun). |


[1] Según la forma tradicional de contar la edad en el Japón, que asigna ya un año de vida a la persona el día de su nacimiento.

[2] N. de E.: En España, el 16 de junio se celebra como Día del Departamento de Mujeres de la SGEs.

[3] El objeto de devoción para observar la vida, en END, pág. 397.

[4] La estrategia del «Sutra del loto», en END, pág. 1046.

[5] En la reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai celebrada el 18 de noviembre de 2019 en Japón, la responsable del Departamento de Mujeres anunció que sus integrantes de hasta 50 años se denominarían Generación Joven Lirio Blanco. El «lirio blanco» es uno de los símbolos del Departamento de Mujeres. En conjunción con esta novedad, el grupo de Jóvenes Madres de Japón se disolvió como tal para incorporarse a aquel nuevo grupo más amplio.

[6] Lilium auratum, también conocido como lirio de rayos dorados.

[7] Reina Shrimala: También conocida como la dama Shrimala o la reina Srimala. Hija del rey Prasenajit de Kosala y de su consorte Mallika, durante la época de Shakyamuni. Shrimala se casó con Mitrayashas (también conocido como Yashomitra), el rey de Ayodhya. Es la protagonista del Sutra de Shrimala, que narra su conversión al budismo a través del aliento de sus padres, su encuentro con el buda Shakyamuni y su juramento ante él de propagar la enseñanza del vehículo único.

[8] Véase The Lion’s Roar of Queen Srimala: A Buddhist Scripture on the Tathagatagarbha Theory (El rugido de león de la reina Srimala: Una escritura budista sobre la teoría del Tathagata-garbha), trad. Alex Wayman y Hideko Wayman, Nueva York: Columbia University Press, 1974, pág. 65.

[9] Carta a la monja laica de Ko, en END, pág. 624.

[10] Véase Las deidades Mismo Nacimiento y Mismo Nombre, en END, pág. 335.

[11] «Filosofía budista no Día das Letras Galegas», Xornal Galicia, disponible en <https://xornalgalicia.com/agenda-de-galicia/14958-filosofia-budista-no-dia-das-letras-galegas>.

[12] Véase De Castro, Rosalía: Cantares gallegos, Madrid: Ediciones Akal, 2000, págs. 31-35.

[13] El logro de la budeidad en esta existencia, en END, pág. 4.

[14] Véase Ikeda, Daisaku: A Youthful Diary: One Man’s Journey from the Beginning of Faith to Worldwide Leadership for Peace (Un diario juvenil: La travesía de un hombre desde los albores de la fe hasta el liderazgo de la paz mundial), Santa Monica, California: World Tribune Press, 2000, pág. 465.

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