Mensajeros de Paz


Lurvis Graciela Olivero · Fuengirola


En los años 70 escuché algo relacionado con la práctica budista en la Soka Gakkai, y se plantó en mi vida una semillita. Cuando, años más tarde, viajé desde Venezuela –de donde provengo– a España y, animada por mi hija, asistí feliz a varias reuniones de la SGEs en Torremolinos, aquella semilla empezó a germinar.

De regreso a Venezuela empecé a participar en las reuniones locales y, en 2008, recibí el Gohonzon. Con el tiempo, asumí una responsabilidad en la actividad equivalente a la de Mensajeros de Paz, centrada en promover la lectura del Seikyo Criollo, nuestra revista allí. La situación en el país se fue volviendo más difícil, pero seguíamos determinados a que la palabra escrita llegara a los miembros para alentarlos a seguir adelante.

A finales de 2019 emigré a España, y todavía no se había encaminado mi vida cuando llegó la pandemia y todo se paralizó. Sentí que mi vida también se paraba, y fui encerrándome cada vez más. Las experiencias que leía en Civilización Global me motivaban a no tirar la toalla; sin embargo, muchas veces la revista llegaba tarde a mi buzón o directamente se perdía.

Tras una prolongada lucha por vencer mi sentimiento de parálisis, decidí tomar las riendas y resolver la situación. Salí de mi «pequeño yo» y, dialogando con Correos, identificamos y pusimos solución al problema. Como resultado, ahora la revista llega puntualmente a mi casa para vigorizarme y renovarme.

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