Nuestra poderosa determinación resuena en todo el universo (1/3)


Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda Iluminando el mundo con el budismo del sol.

Cuando preguntaron a un célebre alpinista
por qué escalaba, respondió
refiriéndose a la montaña:
«¡Porque está ahí!».[1]

En diciembre de 1981, viajé a la prefectura de Oita, en Kyushu, un lugar que, durante el primer incidente con el clero, había soportado una tormenta de obstáculos. Allí me estaban esperando las radiantes sonrisas de nuestros miembros, pletóricos de alegría por haber prevalecido frente a los ataques maliciosos de los prelados hostiles. Y los más espléndidos de todos eran los jóvenes Bodisatvas de la Tierra que habían luchado y crecido magníficamente, sin dejarse intimidar por las intrigas y las conspiraciones del clero.

UNA JUVENTUD SÓLIDA ASEGURA UN FUTURO SÓLIDO

Mi felicidad era indescriptible.

Cuando la juventud se yergue firme, el futuro también será sólido. Durante mi permanencia en esa región precursora de Kyushu, donde late el espíritu Soka de maestro y discípulo, quise ofrecer pautas que sirvieran de guía a nuestros valientes sucesores del Japón y del mundo. Con ese pensamiento, escribí el poema «Jóvenes, escalen la montaña del kosen-rufu del siglo XXI».[2]

Desde entonces, han pasado cuatro décadas.

Los jóvenes de entonces, practicantes del budismo del sol, han escalado la soberbia montaña del kosen-rufu mundial a mi lado. Y ahora que hemos iniciado el nuevo siglo, están escribiendo con arrojo una brillante historia que narra las victorias del pueblo.

NUNCA PERMITAN QUE NADA DESTRUYA SU FE

En el largo transcurso de nuestra existencia, habrá días soleados y jornadas tempestuosas. Por eso, he proclamado a mis amados jóvenes: «¡No pierdan la esperanza, por difícil que sea la situación! Nuestra práctica del budismo Nichiren es una fuente de esperanza ilimitada; ¡no permitan, entonces, que nada destruya su fe! ¡De esa manera, sin falta se abrirá ante ustedes un futuro espléndido!».

Este es, también, un punto que destaqué en ese poema:

¡Mientras su fe
no retroceda,
invariablemente les espera
una prueba contundente de victoria!
Y esta será visible
para todos en la sociedad,
pues el budismo que practican
representa el principio
de los tres mil aspectos
del mundo fenoménico
contenidos en cada instante vital.

El kosen-rufu y la vida son una lucha incesante entre las funciones del buda y las funciones destructivas. Llegamos a la cumbre de la eterna victoria triunfando en cada una de estas batallas.

La clave del triunfo existe dentro de nosotros. Pero hace falta que demos ese primer paso resuelto en la escarpada senda que se extiende por delante. El factor crucial es que imprimamos un gran cambio en nuestra determinación interior.

Hoy, con miras a nuestro centenario (en 2030), nos disponemos a un nuevo ascenso.

En esta entrega, estudiemos la importancia de nuestra decisión en la fe –esa determinación en un instante vital–, origen de la fuerza que nos permite escalar jubilosamente hasta las cimas más empinadas mientras superamos todos los obstáculos y creamos valor en el camino.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1] ↑ Estrofa del poema «Jóvenes, escalen la montaña del kosen-rufu del siglo XXI».

[2] ↑ «Jóvenes, escalen la montaña del kosen-rufu del siglo XXI» es un poema que Daisaku Ikeda presentó a la juventud en una reunión de responsables jóvenes celebrada en la prefectura de Oita, Kyushu, el 10 de diciembre de 1981. Ese año representaba el trigésimo aniversario de las «Guías para la juventud» de Josei Toda, y habían instado a Ikeda Sensei a ofrecer nuevas pautas a los jóvenes de Japón y el mundo con miras al siglo XXI, algo lo que él respondió con este poema. Tiempo después, él mismo lo revisó e introdujo algunos cambios. La versión revisada se publicó en japonés en el Seikyo Shimbun en marzo de 1999.

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