«Ofrendar vida»


Diciembre es un mes en el que desde la SGEs se propone profundizar en el significado y la nobleza de la ofrenda budista. Con la voluntad de apoyar esta iniciativa, presentamos un extracto de una disertación de Daisaku Ikeda sobre un escrito de Nichiren Daishonin que aborda la cuestión: La ofrenda de arroz.

De todos los tesoros, el mayor es la vida. Se dice que el valor de nuestro cuerpo y de nuestra existencia es superior, incluso, al de todas las riquezas de un gran sistema planetario. Ni siquiera los tesoros que colman el universo pueden reemplazar la vida; esta es como una lámpara, y el alimento, como el aceite. Cuando el combustible se acaba, la llama se extingue; del mismo modo, sin alimento, la vida deja de existir. […]
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Por eso, los sabios y venerables de la Antigüedad ofrendaban la suya al Buda y así ellos mismos manifestaban la Budeidad. […]
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Sin embargo, en lo que concierne al logro de la Budeidad, las personas comunes llegan a ser budas en la medida en que mantienen una «determinación seria y sincera».[1]

El Daishonin escribió esta carta en respuesta a la sincera ofrenda de alimentos que le envió uno de sus discípulos. No se conocen la fecha ni la identidad del destinatario.

Estos obsequios expresan el sincero deseo de este practicante: cuidar la vida de su maestro y hacerlo feliz. Por tanto, el Daishonin elogia su corazón y le explica que, desde la perspectiva del budismo, su sinceridad es infinitamente noble.

El Daishonin compara la vida con una lámpara, y los alimentos, con el aceite. De la misma manera en que una lámpara se apaga cuando se acaba el aceite, la vida, tan preciada, se extingue cuando no tiene con qué nutrirse. Por eso, afirma el Daishonin, ofrendar alimentos que sustentan la vida es lo mismo que ofrendar vida.

«Ofrendar vida» | Foto: Polina Tankilevitch (detalle)

Para esclarecer más este principio, se explaya sobre el significado de ofrendar algo que uno considera valioso en respuesta a un sentimiento de reverencia hacia el Buda. Escribe:

Para venerar a todas las deidades y budas, se agrega el término namu delante de sus nombres. Para explicar exactamente su significado, esta palabra, namu, proviene de la India; en la China y en el Japón, se la traduce como «consagrar la vida», lo cual quiere decir ofrendar nuestra existencia al Buda.[2]

Como ejemplos de seres que hicieron esa clase de ofrendas, el Daishonin cita al niño Montañas Nevadas,[3] el bodisatva Rey de la Medicina,[4] el príncipe Shotoku[5] y el emperador Tenji.[6] Los dos primeros son «venerables» que dedicaron su existencia entera a la práctica del budismo, mientras que los dos últimos fueron «sabios» que protegieron y propagaron el pensamiento budista.[7]

¿Significa esto, entonces, que nosotros no podemos lograr la iluminación? De ninguna manera. El tema de esta carta es esclarecer un budismo para las personas corrientes, que haga posible el logro de la budeidad para todos en la época en que vivimos, conocida como el Último Día de la Ley.

La vida de los miembros de la Soka Gakkai […] brilla con la seriedad y sinceridad […] que tanto elogia el Daishonin.

El Daishonin escribe que las personas comunes llegan a ser budas en la medida en que mantienen una determinación seria y sincera. ¿A qué se refiere, exactamente, esa determinación? En el mismo escrito nos dice que se corresponde con la doctrina de observar la vida, esbozada por T’ien-t’ai en su obra Gran concentración e introspección, en oposición al estudio doctrinal de los sutras. A continuación, el Daishonin explica de manera sucinta qué significa observar la vida para nosotros, personas comunes.

Ofrendar en bien del Sutra del loto la única prenda que uno posee para abrigarse es algo semejante a lo que hizo el venerable que se arrancó la piel, al no tener papel, para poder registrar en ella las enseñanzas; de manera análoga, ofrecer al Buda lo que uno tiene para comer en épocas de hambre equivale a ofrendar la propia vida. Estas ofrendas de ropa y alimentos tienen exactamente el mismo valor que las de los venerables de la Antigüedad, y el beneficio derivado de esa práctica conduce al logro de la budeidad.

La vida de los miembros de la Soka Gakkai, siempre dispuestos a dedicar generosamente su tiempo y su esfuerzo en bien de los demás y del kosen-rufu, brilla con la seriedad y la sinceridad de determinación que tanto elogia Nichiren Daishonin.[8]


[1] ↑ La ofrenda de arroz, en END, pág. 1171.

[2] ↑ Ib.

[3] ↑ Niño Montañas Nevadas: Nombre del buda Shakyamuni en una existencia anterior en la cual practicó austeridades. La deidad Shakra, decidida a probar la determinación de Montañas Nevadas, se le presentó con la forma de un demonio hambriento y recitó media estrofa de una enseñanza budista. El niño suplicó al demonio que le enseñara la mitad restante. Este accedió, pero a cambio de que le ofreciera su sangre y su carne. Montañas Nevadas prometió dárselas y el demonio, en respuesta, le transmitió el resto de la enseñanza. Cuando el niño se disponía a cumplir su promesa, el demonio recobró la forma de Shakra y lo salvó, elogiándolo por su disposición a dar la vida en la búsqueda de la Ley.

[4] ↑ Bodisatva Rey de la Medicina: Aparece en el capítulo que lleva su nombre (23.o) del Sutra del loto. En una existencia anterior, cuando fue un bodisatva conocido como Contemplado con Agrado por Todos los Seres Vivos, practicó austeridades como la de quemarse los brazos para iluminar al Buda.

[5] ↑ Príncipe Shotoku (574-622): Segundo hijo varón del 31.o emperador de Japón, Yomei, y regente durante el reinado de la emperatriz Suiko. Se dice que fue un devoto practicante del budismo y que contribuyó a su establecimiento en Japón. Según una leyenda, se arrancó la piel de una mano y transcribió en ella una parte del Sutra del loto.

[6] ↑ Según Breve historia del Japón, el emperador Tenji (626-671), 38.o soberano, se cortó un dedo de la mano izquierda como ofrenda al budismo.

[7] ↑ La ofrenda de arroz, en END, pág. 1171.

[8] ↑ Extracto de IKEDA, Daisaku: «La “determinación seria y sincera” abre un caudal de esperanza infinita y fuerza sin límites», Daibyakurenge, diciembre 2014.

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