Personas sinceras, dignas del mayor respeto


Recursos para la introducción de las reuniones de diálogo de la SGEs


Esos bodisatvas surgidos de la tierra son Nichiren y sus seguidores, que hoy entonan Nam-myoho-renge-kyo.

OTT, pág. 233. El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente es una compilación de las enseñanzas orales de Nichiren Daishonin sobre el Sutra del loto expuestas durante sus años en el monte Minobu, lugar donde se estableció en mayo de 1274 y permaneció hasta el 8 de septiembre de 1282, pocas semanas antes de su fallecimiento. Dichas enseñanzas fueron registradas y recopiladas en dos volúmenes por su discípulo y sucesor Nikko Shonin.

Celebramos el 3 de mayo, Día de la Soka Gakkai, como punto de partida. Unidos por los lazos de maestro y discípulo, cada año en esta fecha reafirmamos nuestra misión como Bodisatvas de la Tierra y renovamos nuestro gran juramento de lograr el kosen-rufu. […]
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Uno de los grandes temas de la enseñanza esencial (últimos catorce capítulos) del Sutra del loto es: «¿Quiénes propagarán la Ley Mística tras la muerte de Shakyamuni, y quiénes, en nombre de él, guiarán a todos los seres a la iluminación en el Último Día de la Ley?».
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Y esa tarea crucial es transferida a los Bodisatvas de la Tierra. […] En el budismo, la Ley siempre es fundamental. Pero, si no hay quienes la practiquen y la propaguen, esa Ley no puede beneficiar a la gente ni prosperar. Por eso, Nichiren Daishonin escribe: «La Ley no se propaga por sí sola; como las personas la propagan, ambas son dignas de respeto».[1] […]
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Los Bodisatvas de la Tierra descritos en el Sutra del loto son quienes, en esta época malvada, surgen entre las personas por propia decisión y sin darse aires de importancia, y se esfuerzan en alentarlas y guiarlas hacia la felicidad a la vez que hacen frente a sus propios problemas. […]
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Aunque nos encontremos en un estado de sufrimiento infernal, mientras no nos dejemos vencer, sigamos entonando Nam-myoho-renge-kyo de todo corazón y luchemos con todas nuestras fuerzas, podremos cumplir nuestra misión como Bodisatvas de la Tierra. No necesitamos fingir; podemos esforzarnos tal cual somos. Cualesquiera sean nuestro estado de vida y nuestras circunstancias, podemos valernos de todo para llevar a cabo nuestra práctica del bodisatva.
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En este mismo tenor, todos tenemos distintos trabajos, trayectorias vitales, talentos, personalidades. Cada cual, en su propio campo de acción y con sus propias capacidades, está activo en la sociedad, dando lo mejor de sí para ayudar a otras personas. Nuestra hermosa diversidad –como la floración de los «cerezos, ciruelos, melocotoneros y albaricoqueros»–[2] es una radiante prueba de la nobleza de nuestras vidas.[3]

En un ensayo reciente, Daisaku Ikeda ha hecho referencia a otra respuesta que el Sutra del loto ofrece a las inquietudes sobre el futuro:

El Sutra del loto también transmite el mensaje de la nobleza y la dignidad de los niños mediante la historia de la hija del Rey Dragón, de ocho años. Al lograr la budeidad tal como es, ella muestra que todas las personas pueden obtener la iluminación, y de este modo hace que la fe en la Ley Mística despierte en el corazón de los adultos que antes dudaban de esa posibilidad.
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Recuerdo una entrañable charla que mantuve con el ex subsecretario general de las Naciones Unidas, Anwarul K. Chowdhury, quien intervino muy de cerca en el proceso que condujo a adoptar la Convención sobre los Derechos del Niño, en 1989, y fue un activo promotor de la misma.
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Él destacó dos puntos con respecto a los derechos de los niños. El primero fue «la filosofía básica de que los niños poseen derechos que los adultos deben reconocer»; el segundo, «la importancia fundamental de consultar a los pequeños sobre los actos de los adultos que pueden tener consecuencias inmediatas o futuras en su vida».[4]
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Esto significa tratar a los niños con supremo respeto como personas, hacer aflorar sus opiniones de un modo que concuerde con su estadio de desarrollo, tener en cuenta sus pensamientos, tratar de comprenderlos, y responder a ellos adecuadamente. En otras palabras, significa entablar una relación de diálogo con ellos.
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Este tipo de conversaciones con los niños y adolescentes en el hogar y en el entorno cercano estimula en ellos y en los adultos la capacidad de comunicarse con otros y de establecer lazos humanos positivos. Confío en que esto nos permitirá construir comunidades y sociedades más pacíficas.[5]

Grupo Esperança | Foto enviada por Noemí Farré

Este grupo de diálogo barcelonés ha encarnado en su reciente encuentro el espíritu juvenil del 16 de marzo y, haciendo honor a su nombre, la esperanza de futuro del 5 de mayo. ¡Enhorabuena!

Envío de imágenes a: prensa@ediciones-civilizacionglobal.com


Continúa leyendo el artículo dirigido a los «Jóvenes fénix», que este mes constituye la segunda parte de esta sección.


[1]Extraído del Hyaku Rokka Sho (Las ciento seis comparaciones), escrito no incluido en END ni en WND-2. Véase GZ (nueva ed.), pág. 2200, y GZ, pág. 856.

[2]Véase OTT, pág. 200.

[3]Véase este número, sección «Estudio».

[4]CHOWDHURY, Anwarul K. y Daisaku IKEDA: Creating the Culture of Peace, Londres: I. B. Tauris, 2020, pág. 86.

[5]Véase Civilización Global, n.º 210, octubre 2022, sección «Punto de partida».

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