Volumen 23
Este año, en el que decidimos estar a la vanguardia de la campaña «El uno es madre de diez mil», ¿qué mejor ocasión para conmemorar el 16 de marzo que nuestros encuentros de La nueva revolución humana?
Queremos desafiarnos, más que nunca, en invitar a nuestros compañeros, amigos y amigas, alentándolos en diálogos de uno a uno. Y, de esta forma, queremos permitirles a ellos también profundizar la relación de maestro y discípulo, y sentir la alegría de vivir con una misión.
JOAQUÍN GARRALDA · MADRID
En el volumen 23 de La nueva revolución humana, Sensei nos muestra la importancia que tiene la educación para el movimiento Soka. Viendo a través de sus ojos, me doy cuenta de cómo deberíamos cuidar a los integrantes de los departamentos Futuro, de Estudiantes y de Jóvenes de la Soka Gakkai, para que puedan crecer como personas capaces de crear valor en la sociedad.
He sentido la importancia de entender cada fase cuando dice: «Para mantener vivo el vibrante palpitar del espíritu Soka, debemos transmitir y perpetuar eternamente el camino del mentor y el discípulo. Dicha senda empieza con el esfuerzo que realiza el discípulo para aprender del espíritu y la acción del maestro».[1]
Cada tomo de La nueva revolución humana renueva mi determinación de profundizar en el vínculo de maestro y discípulo, para poder vivir una vida plena, luchando por el kosen-rufu. Me determino a alentar a cada joven con el que dialogue, porque, como dice Sensei: «Quienes encuentran regocijo en los retos de la vida y se esfuerzan con actitud positiva son imbatibles».[2]
CRISTINA MARTÍNEZ · TARRAGONA
El volumen 23 ha sido muy alentador para mí. En particular, me he sentido muy inspirada por este aliento que Sensei comparte con el Departamento de Mujeres Jóvenes:
No quisiera que ninguna de ustedes, cuando sea mayor, termine arrepintiéndose de no haber entonado más daimoku, no haber practicado con más seriedad o incluso no haber contribuido más a la sociedad.[3]
Cuando las leí, estas palabras calaron muy hondo en mi corazón, debido a que siempre tuve miedo de compartir el budismo con los demás por mis inseguridades y el «qué dirán», pero como dice Sensei… ¡No pienso arrepentirme de no haberlo hecho! Esa será mi gran victoria este año: compartir y alentar a todos los miembros y a todo mi entorno para que la palabra «sufrimiento» no exista en sus vidas.
Ha resurgido en mí el sentido de misión que tengo en esta existencia y he identificado en el comportamiento de Ikeda Sensei mi propia aspiración de convertirme en una persona dedicada a alentar a los demás y, con esta postura, hacer brillar mi propia vida.
[1] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, Vol. 23 y 24, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 168.
[2] ↑ Ib., pág. 26.
[3] ↑ Ib., pág. 161.