Todo comienza por una oración imbuida del juramento… (2/3)


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[L]as oraciones de un practicante del Sutra del loto serán respondidas tal como el eco acompaña el sonido, como la sombra sigue a un cuerpo, como la luna se refleja en el agua límpida, como el rocío se condensa sobre un espejo,[5] como el imán atrae al hierro, como el ámbar adhiere el polvo o como un espejo bruñido refleja el color de los objetos.[6]

LAS ORACIONES DE LOS PRACTICANTES DEL SUTRA DEL LOTO SE CUMPLEN SIN FALTA

El primer pilar es la oración como practicantes del Sutra del loto.

En su tratado Sobre la oración, que se cree fue redactado durante su destierro en Sado, el Daishonin declara con absoluta certeza: «[S]abemos que las oraciones de un practicante del Sutra del loto serán respondidas».[7] En la parte inicial, también afirma: «Las [oraciones] que se cumplen, sin falta, son las que se basan en el Sutra del loto».[8] En otras palabras, declara que tales oraciones producen resultados genuinos.

En otro escrito, el Daishonin dice que los beneficios de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto son como la luz de una luciérnaga, mientras que los beneficios que brinda el daimoku del Sutra del loto [Nam-myoho-renge-kyo] son como el sol y la luna.[9] ¡El beneficio del daimoku es realmente vasto e incalculable!

Entonar Nam-myoho-renge-kyo nos permite hacer que el sol del tiempo sin comienzo –nuestra budeidad innata– brille al máximo dentro de nosotros e ilumine nuestra vida de esperanza, día tras día. Es el origen fundamental de la creación de valor.

EL SONIDO DEL DAIMOKU REVERBERA EN TODO EL UNIVERSO

Las diversas analogías que el Daishonin emplea en el pasaje citado de Sobre la oración –como el eco que responde al sonido, la sombra que sigue al cuerpo o el reflejo de la luna sobre el agua– aluden todas a fenómenos naturales invariables. Nos está enseñando que las oraciones de los practicantes del Sutra del loto generan resultados sin falta.

Es tal como señala en otro pasaje de este escrito: «[A]unque uno apuntara a la tierra y errase, o pudiera liar el firmamento; aunque la marea dejara de subir y bajar, o el sol saliera por el Poniente; jamás podría ocurrir que las oraciones del practicante del Sutra del loto quedaran sin respuesta».[10]

En otra parte, dice: «No hay ningún lugar en los mundos de las diez direcciones al cual no llegue el sonido de nuestra voz al hacer daimoku [Nam-myoho-renge-kyo]. Nuestra voz podrá parecer insignificante, pero, cuando entonamos el poderoso sonido del daimoku, no hay lugar del universo que no logre penetrar».[11] Declara que esta recitación es tan potente que llega hasta lo más recóndito del cosmos.

Lo importante es que nuestras oraciones estén imbuidas de la poderosa y decidida convicción de hacerlas realidad, pase lo que pase. Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo con seriedad, nuestro daimoku alcanza hasta el último rincón del universo.

A través de una oración profunda, transformamos nuestro estado vital básico, y este cambio repercute en nuestra vida y en nuestro medio ambiente.

Esto se relaciona con la doctrina de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital»,[12] que el Daishonin plasmó de manera concreta [a través de Nam-myoho-renge-kyo]. Es la ley absoluta de la vida. Es por ello que todo comienza por la oración.

LA BATALLA PERMANENTE CONTRA LA IGNORANCIA FUNDAMENTAL

Orar al Gohonzon activa las funciones protectoras del universo o «deidades benevolentes». Desde la perspectiva del budismo, la ley de causa y efecto asegura que en el momento en que oramos ya estamos creando una causa de victoria para que nuestras oraciones reciban respuesta.

Pero esto no es perceptible para la mente convencional; como resultado, podemos albergar dudas o preocupaciones relativas al cumplimiento de nuestras oraciones. La oración es una lucha permanente contra la ignorancia fundamental,[13] la expresión última de la ilusión. Y la fe significa tener convicción absoluta en esa ley incuestionable de la vida, aunque no podamos percibirla de manera directa. Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo, utilizando la «estrategia del Sutra del loto»,[14] podemos vencer la ignorancia fundamental.

Si la oración pasa a ocupar en nuestras vidas un segundo plano y priorizamos el recurso a métodos o estrategias, probablemente nos encontraremos girando en círculo infructuosamente. La victoria suprema queda asegurada cuando oramos con todas nuestras fuerzas como practicantes del Sutra del loto.

Si entonamos daimoku sin foco o determinación reales, nuestras oraciones no se cumplirán. Como practicantes del budismo Nichiren, recitemos con seriedad, extraigamos sabiduría y sigamos desafiándonos con valentía y perseverancia, más que nadie. El budismo es una enseñanza que valora la razón.

SEAN PRACTICANTES ACTIVOS, NO CREYENTES PASIVOS

En la frase «las oraciones de un practicante del Sutra del loto»,[15] la expresión «practicante del Sutra del loto» se refiere, específicamente, a Nichiren Daishonin. Pero, en un sentido más amplio, también incluye a los discípulos genuinos que se dedican al gran juramento de propagar la Ley Mística. Esto se aprecia, por ejemplo, en una carta a Shijo Kingo donde dice: «[U]sted decidió ser un devoto del Sutra del loto».[16]

El presidente fundador de la Soka Gakkai Tsunesaburo Makiguchi enseñó la importancia de ser practicantes activos en lugar de creyentes pasivos.[17]

Practicantes son quienes practican exactamente de acuerdo con la enseñanza del Buda.[18] Son personas de acción, que perseveran con valentía en la fe pase lo que pase. Esto describe a nuestros miembros de la Soka Gakkai que, día tras día, entonan sincero daimoku, actúan, dialogan y contribuyen positivamente a la felicidad de los demás, al desarrollo de sus comunidades y a un mundo más seguro y pacífico. Los miembros de la Soka Gakkai son emisarios del Buda.

Ya que nuestras oraciones son las de practicantes del Sutra del loto, las deidades celestiales nos protegerán y nuestras oraciones se cumplirán sin falta.

El Daishonin sostiene que estas funciones protectoras tienen una enorme deuda de gratitud con el Sutra del loto. Justo antes del pasaje que estamos estudiando, pregunta retóricamente: «¿[C]ómo podrían haber olvidado estos seres celestiales el juramento que hicieron en presencia del Buda o la deuda de gratitud contraída con el sutra que les hizo posible lograr la Budeidad, y haber abandonado a los practicantes del Sutra del loto? [De ninguna manera lo harían.] Si lo pensamos de este modo, sentimos una gran tranquilidad».[19] Todos los budas, bodisatvas y seres celestiales reunidos en la asamblea donde se predicó el Sutra del loto lograron la budeidad por medio de ese sutra. Para retribuir esa deuda de gratitud, juraron a Shakyamuni proteger a quienes lo practicasen. Si faltasen a su promesa –infiere el Daishonin– estarían cometiendo una grave ofensa.

El Daishonin nos asegura que, mientras continuemos esforzándonos en bien del kosen-rufu, estaremos protegidos por las funciones protectoras del universo. Y escribe: «[S]i no albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la Budeidad en forma natural».[20] Nuestras oraciones como practicantes del Sutra del loto nos permiten recorrer el camino hacia la felicidad segura y afrontar los desafíos del karma con esperanza y optimismo.

EL PODER DE CONVERTIR EL VENENO EN MEDICINA

El segundo pilar es la oración para convertir el veneno en medicina.[21]

Mi maestro Josei Toda decía a menudo que la esencia de la Ley Mística yace en su poder de transformar el veneno en medicina.[22] Él alentaba de todo corazón a las personas que sufrían asegurándoles que, a través de los beneficios de creer en el Gohonzon y entonar Nam-myoho-renge-kyo, sin falta podrían convertir todos sus problemas y preocupaciones en felicidad.[23] Inspirados por su aliento, incontables individuos se pusieron de pie en la fe y construyeron una vida de esperanza y de renovación. El señor Toda fue un maestro de profundo amor compasivo.

La Ley Mística nos permite transformar cualquier veneno en medicina. Hay ocasiones en que nos preguntamos por qué nos pasan cosas malas, pero, cuando practicamos el budismo, todo lo que ocurre tiene un hondo significado. Podemos dar a todo una dirección positiva, con la certeza de que nuestras oraciones se cumplirán sin falta.

La fe en el Gohonzon nos garantiza que «los infortunios se convertirán en buena fortuna».[24] Como declara el Daishonin, «Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido de un león».[25] Con daimoku, podemos superar todos los obstáculos.

A veces obtenemos un resultado distinto del que esperábamos, pero llegará un día en que, con seguridad, miraremos atrás y nos daremos cuenta de que todo fue lo mejor para nuestra vida.

LA BUENA FORTUNA DE HABER CONOCIDO LA LEY MÍSTICA

Tenemos la inmensa buena fortuna de haber conocido el daimoku de Nam-myoho-renge-kyo, la enseñanza suprema que puede guiar a todas las personas a la iluminación y a la felicidad duradera. Como escribe Nichiren Daishonin: «Es sumamente raro nacer como ser humano. Pero usted, además de estar dotado de forma humana, ha tenido la especial fortuna de conocer el budismo. Y de las muchas enseñanzas del Buda, ha tomado contacto con el daimoku –o título– del Sutra del loto [es decir, Nam-myoho-renge-kyo] y se ha convertido en su devoto. ¡En verdad, una persona como usted tiene que haber hecho ofrendas a cien mil millones de budas en sus existencias pasadas!».[26] No hay mayor fortuna o alegría que poder entonar daimoku al Gohonzon.

Cada pensamiento, deseo u oración que expresamos ante el Gohonzon será aceptado y envuelto en el infinito amor compasivo de la budeidad. Oremos abierta y sinceramente, «considerando el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida».[27] Cuando nuestro corazón está transido de dolor o de tristeza, dejemos salir en nuestro daimoku esos sentimientos, tal como los sentimos. Oremos con fe invencible en el poder de la Ley Mística, del mismo modo en que «los padres son renuentes a abandonar a sus hijos o un niño se niega a alejarse de su madre».[28]

Cuando convertimos nuestros problemas en oraciones, su significado cambia. Transformándolos en oraciones llenas de determinación y convicción, expandimos nuestro estado de vida. Y entonces las adversidades pasan a ser un catalizador de nuestra revolución humana, y hasta nuestro karma se convierte en misión en bien del kosen-rufu. De esta manera, todas nuestras contiendas se transforman en combustible para un renovado crecimiento y desarrollo. Este es el significado de convertir el veneno en medicina. Y es lo que expresa el Daishonin cuando escribe: «[L]os padecimientos infernales desaparecerán en un instante».[29]

Lo importante es grabar en el corazón las palabras del Daishonin que dicen «Es imposible extraer fuego del pedernal si uno se detiene en mitad del intento»,[30] y seguir entonando Nam-myoho-renge-kyo con profunda convicción hasta el final.

UN SOLO DAIMOKU PROPORCIONA BENEFICIOS INCALCULABLES

Incluso un solo daimoku proporciona beneficios incalculables.

Nichiren Daishonin promete que podemos lograr la budeidad entonando Nam-myoho-renge-kyo aun una sola vez: «[S]i usted recita las palabras del daimoku [Nam-myoho-renge-kyo] una sola vez, estará llamando y congregando a su alrededor la naturaleza de Buda de todos los seres vivos. En ese momento, se manifestarán y se harán visibles los tres cuerpos[31]de la naturaleza del Dharma que hay en su interior –el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto–. A esto se le llama lograr la Budeidad».[32]

Si no nos sentimos bien, podemos entonar daimoku tres veces en lugar de forzarnos a hacer un gongyo completo. Incluso podemos recitar daimoku por amigos y seres queridos que no practican el budismo Nichiren, o por miembros que, debido a una enfermedad, no pueden practicar por sí mismos. Y es que el deseo de hacer daimoku y el espíritu de orar por los demás son, en sí, causa de beneficio.

También podemos acumular beneficios y buena fortuna a través de entonar daimoku aun sin entender su profundo significado, tal como indica el Daishonin con la siguiente analogía: «Cuando un bebé se amamanta, no comprende el sabor de la leche, y sin embargo, su cuerpo se nutre en forma natural».[33]

El daimoku sincero siempre llega al Gohonzon. Entonemos Nam-myoho-renge-kyo con el vigor de un magnífico corcel que galopa a través de llanuras abiertas, orando hasta sentirnos satisfechos y renovados.

Nam-myoho-renge-kyo es el corazón y la esencia del Sutra del loto. Es la vida misma del Daishonin, tal como él afirma al decir: «[E]l alma de Nichiren no es otra cosa que Nam-myoho-renge-kyo».[34] Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo con fe en el Gohonzon, tomamos contacto con ese corazón del Daishonin y manifestamos la misma condición de vida elevada que él, que es el estado de vida de Nam-myoho-renge-kyo. Así, desplegamos sabiduría, amor compasivo y coraje infinitos, superamos enérgicamente cualquier dificultad y convertimos el veneno en medicina. ¡Qué afortunados somos!

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[5]Dejado a la intemperie durante la noche, el vapor se condensa sobre un espejo. En la antigüedad, se decía que ese vapor era agua que los espejos extraían de la luna.

[6]Sobre la oración, en END, pág. 359. Esta obra fue escrita por Nichiren Daishonin en 1272, durante su destierro a la isla de Sado; se cree que su destinatario fue un sacerdote discípulo llamado Sairen-bo. En ella, el Daishonin declara que es imposible que las oraciones del practicante del Sutra del loto queden sin respuesta.

[7]END, pág. 359.

[8]Ib., pág. 355.

[9]Véase WND-2, pág. 1074.

[10]Sobre la oración, en END, pág. 364.

[11]GZ, pág. 808. De «Oko Kikigaki» (Disertaciones registradas), escrito no incluido en WND ni en END.

[12]Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital: Es la enseñanza fundamental para el logro de la budeidad que se clasifica en dos: el principio teórico, y la verdadera concreción de dicho principio. Son denominados, respectivamente, «tres mil estados teóricos contenidos en cada instante vital» y «tres mil estados reales contenidos en cada instante vital». El principio teórico se basa en la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto, mientras que el principio real se revela en la enseñanza esencial (segunda mitad) de dicho sutra. Sin embargo, en el Último Día de la Ley, ambos son teóricos, y la Ley de Nam-myoho-renge-kyo revelada por Nichiren Daishonin es la enseñanza real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.

[13]Ignorancia fundamental: También llamada «oscuridad fundamental», representa la ilusión más hondamente arraigada en la vida, que da lugar a otras ilusiones. Se refiere a la incapacidad de ver o de reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, así como los actos negativos que surgen de tal ignorancia.

[14]La estrategia del «Sutra del loto», en END, pág. 1046.

[15]Sobre la oración, en END, pág. 359.

[16]El Daishonin escribe: «No obstante, usted decidió ser un devoto del Sutra del loto y, a raíz de ello, ha tenido que sufrir graves persecuciones. Y, además, ha acudido en mi ayuda […], además de prestar oídos a la Ley, creyó en ella y, desde entonces, ha mantenido firme su fe sin desviarse. ¡Qué maravilloso! ¡Qué extraordinario!» (Los deseos mundanos son la iluminación, en END, págs. 337-38).

[17]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 10, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, pág. 151-52.

[18]En el Sutra del loto, el Buda expresa: «Cuando El Que Así Llega haya pasado a la extinción, debéis aceptar, proclamar, leer, recitar, explicar, predicar, transcribir y practicar este sutra [del Loto] tal como se ha indicado, con un único pensamiento» (SL, cap. 21, pág. 271). La frase «tal como se ha indicado» suele reformularse indirectamente como «practicar tal como indica el Buda», «practicar de acuerdo con la enseñanza del Buda», etc.

[19]Sobre la oración, en END, pág. 359.

[20]La apertura de los ojos, en END, pág. 300.

[21]Convertir el veneno en medicina: Principio según el cual una vida dominada por los tres caminos de los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento puede convertirse en una vida donde brillen las tres virtudes del Buda: el cuerpo del Dharma, la sabiduría y la emancipación, a través del poder de la Ley Mística. En otras palabras, toda adversidad puede convertirse en algo positivo mediante la fuerza de la práctica.

[22]TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 7, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1987, pág. 599.

[23]TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 2, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1982, pág. 56.

[24]Véase Respuesta a Kyo’o, en END, pág. 433.

[25]Ib.

[26]Carta a Jakunichi-bo, en END, pág. 1038.

[27]Véase La felicidad en este mundo, en END, pág. 715.

[28]El significado de la fe, en END, pág. 1082.

[29]Disminuir la retribución de nuestro karma, en END, pág. 208.

[30]Los deseos mundanos son la iluminación, en END, pág. 338.

[31]Tres cuerpos: Tres clases de cuerpo que puede poseer un buda, es decir el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto. El cuerpo del Dharma es la verdad o Ley fundamental con respecto a la cual está iluminado un buda. El cuerpo de la recompensa es la sabiduría necesaria para percibir la Ley, y se llama así porque la sabiduría de buda se considera la recompensa derivada de un esfuerzo y una disciplina incesantes. Y el cuerpo manifiesto es la conducta compasiva que despliegan los budas para guiar a las personas a la felicidad.

[32]Conversación entre un venerable y un hombre no iluminado, en END, pág. 137.

[33]Sobre los cuatro niveles de la fe y los cinco niveles de la práctica, en END, pág. 828.

[34]Respuesta a Kyo’o, en END, pág. 433.

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