Febrero: una tradición juvenil


¿Dónde existe la Soka Gakkai? Esta sugestiva pregunta abre el capítulo «La educación humanística» de La nueva revolución humana. Con base en él proponemos profundizar aquí en temas centrales para las actividades del kosen-rufu este mes.

Cuando acababa de cumplir 24 años, Daisaku Ikeda asumió la labor de contribuir al desarrollo del distrito general Kamata de la Soka Gakkai como consejero. Junto a los miembros de esa área de Tokio, en febrero de 1952 generó una ola de expansión sin precedentes, que marcó un punto de inflexión en el avance hacia la visión que su maestro Josei Toda había compartido al ser nombrado presidente de la organización, el año anterior. Esa «campaña de febrero», en principio local, dio lugar a la «tradición de febrero», que en la Soka Gakkai ahora se reedita anual y mundialmente.

En «La educación humanística», el tercer capítulo del volumen 24 de La nueva revolución humana, leemos sobre cómo también en 1977 –el año en el que transcurre el hilo principal de la narración– la meta de fortalecer la primera línea organizativa y los esfuerzos por alentar durante el segundo mes del año a los allí responsables resonaron con lo vivido y aprendido en Kamata.

A continuación, podemos leer extractos de varias entregas del capítulo en las que el protagonista, Shin’ichi Yamamoto,[1] esclarece el porqué y el cómo de lo anterior, y lo conecta con un tema central para el movimiento Soka este 2024: la construcción de «una Soka Gakkai juvenil».[2]

EN LA PRIMERA LÍNEA DE LA ORGANIZACIÓN

«En su empeño por fortalecer a la Soka Gakkai, [Shin’ichi] se centró en la primera línea de la organización. Ese es el principal campo de lucha donde se despliegan los mayores esfuerzos, el lugar en el que se decide la victoria del movimiento por el kosen-rufu. La misión de los responsables es alentar con energía y afecto a los miembros en la vanguardia de la organización, inspirando a la mayor cantidad posible de personas para que se pongan de pie y en acción.

En 1952, cuando Shin’ichi estaba al frente de la campaña de febrero como consejero del distrito general Kamata de Tokio, concentró toda su atención en el nivel de grupo, la primera línea de la organización. […]

Shin’ichi visitó los grupos y alentó a los miembros. Se dispuso a dialogar, mano a mano, en pequeñas reuniones. También conversó exhaustivamente con quienes aún no tenían noción de que pertenecían a la Soka Gakkai. Era una tarea ardua y cotidiana que, por lo común, pasaba inadvertida. […] Pero, a través de este esfuerzo denodado, los miembros despertaron a su misión y se levantaron para impulsar una nueva oleada de expansión […].

El kosen-rufu y la práctica budista se encuentran en la primera línea de la organización».[3]

*

«A comienzos de febrero [de 1977], Shin’ichi habló con el director general y con los vicepresidentes de la Soka Gakkai […]:

–Lo más importante es que exista una unión sólida entre los mismos responsables. Esta unión se crea a partir de nuestra determinación personal de asumir la responsabilidad total de cada distrito, en lugar de esperar que otros hagan la tarea.

“Cada responsable tiene que estar firmemente decidido a crear una organización de la que pueda sentirse orgulloso, que represente el ideal de la Soka Gakkai.

“Deben trabajar junto con los miembros y alentar a cada uno de ellos para crear una organización local donde todos sientan, desde el fondo de su corazón, que ustedes los valoran, conocen sus problemas y están atentos a su bienestar; y que no existe un mundo tan cálido y solidario como este, en el que han aprendido el verdadero significado de la fe budista. […]

“Como me resulta casi imposible encontrarme con los miembros del distrito de forma individual, quiero que ustedes sean mis representantes y hablen con ellos, presten oídos a sus problemas, los ayuden a recobrar sus fuerzas, los inspiren y los alienten cordialmente.

“Por favor, piensen qué haría yo como presidente de la Soka Gakkai, cómo los inspiraría, y luego esfuércense para superarme en tal sentido. […]

“A continuación, es vital que todos los miembros obtengan beneficios. Para asegurar esto, deben dialogar largamente con cada uno para enseñarle la práctica de entonar [daimoku] y de propagar el budismo Nichiren: dedicar la vida a la misión del kosen-rufu. Este modo de actuar es crucial para obtener beneficios y llegar a ser genuinamente felices. […]

“¿Cuál es el propósito de la Soka Gakkai? El logro del kosen-rufu, y que todos sus miembros obtengan beneficios y sean verdaderamente felices. Esta es la meta de las actividades de la organización. Jamás deben olvidar este punto que es la base de todo».[4]

VALORAR A LOS JÓVENES

«Cuando los máximos responsables volvían a la sede central de la Soka Gakkai después de participar en las reuniones de diálogo, Shin’ichi les preguntaba siempre cuántos miembros del Departamento de Jóvenes habían participado y, especialmente, si las integrantes del Departamento de Mujeres Jóvenes estaban de buen ánimo.

Le hacía muy feliz escuchar que las jóvenes del lugar habían presentado jovialmente el tema, preparado por ellas, [o] experiencias personales […].

«[A Shin’ichi] le hacía muy feliz escuchar que las jóvenes del lugar habían presentado jovialmente el tema [en una reunión de diálogo]» | Ilustración: Cortesía de Seikyo Shimbun
En una oportunidad dijo:

–Me alegra escuchar eso. Una de las razones del gran desarrollo actual de la Soka Gakkai se debe a que hemos valorado siempre a los jóvenes, poniéndolos en el primer plano para forjarlos.

“Los tiempos cambian rápidamente. Los cimientos de nuestra fe deberán mantenerse invariables, pero el modo de operar y el estilo de nuestra organización tienen que adaptarse al momento. La Soka Gakkai siempre ha adquirido de sus jóvenes el sentido de la época, valiéndose de su energía para adelantarse a los cambios y ser el ímpetu de un nuevo avance.

“A veces, los miembros del Departamento de Mujeres y el de Hombres tienden a apegarse al modo en que han hecho las cosas en el pasado y no piensan en buscar nuevos enfoques. Pero así es como uno queda rezagado en el devenir de los tiempos.

“Tenemos que estar al tanto de los cambios de nuestra sociedad y aprender de los jóvenes a tener una nueva visión de las cosas. En ese sentido, es importante asegurarnos de que nuestra organización aliente a los integrantes del Departamento de Jóvenes a expresar libremente sus opiniones e ideas».[5]


[1] ↑ Shin’ichi Yamamoto representa a Ikeda en la novela.

[2] ↑ El entrecomillado forma parte del lema de la Soka Gakkai para este año.

[3] ↑ IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana. Volúmenes 23 y 24, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, págs. 333 y 334 (adaptado).

[4] ↑ Ib., págs. 334 y 335.

[5] ↑ Ib., págs. 330 y 331.

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